Bearfield and Puppiers antology (CANCELADO)

Colisión

Junior se encontraba en un problema que sobrepasaba sus expectativas. El alfa había asistido a una misión donde uno de los llamados "herederos de umbrella" estaba involucrado.

¿Cuál era su plan? Buscar la forma de traer a Albert Wesker a la vida con el propósito de crear un nuevo mundo repleto de infectados. Claro, no cabía decir que ese plan tenía muchas fallas y el sujeto que lo estaba llevando a cabo era más bien un peón en algo mucho más grande; aún así y pese a todos lo huecos y fallas el hombre decidió llevarlo a cabo en un hospital abandonado justo a las afueras de Raccoon City.

El, junto con su propio escuadrón conformado en su mayoría por alfas y betas principiantes, liderado por Jake Muller se adentró al sitio que estaba resguardado hasta el cuello por criaturas mutantes bastante parecidas al uroboros.

-Mierda- mascullo al ver como de a poco su equipo se disolvió al tratar de abrirle el paso.
Eran muchos más b. o. w. de los que creyó, muy pronto se quedó solo, recorriendo los pasillos oscuros haciendo eco con sus botas, rebotando el sonido por las paredes.

-Aquí alfa 1, estoy solo pero he encontrado el objetivo. Estoy cerca, envíen refuerzos por si acaso-

-Copiado cachorrito, manda tu ubicación y me aseguraré de que tu padre reciba la indicación-

-Junior, ten cuidado. No sabemos con exactitud cómo planea lograr su cometido, reportate si algo va mal, ¿de acuerdo?-

-Entendido, capitán Nivans- suspiró tratando de ser más silencioso.

Entró al área de quirófanos y ahí pudo notar una sala iluminada entre toda la oscuridad.

-Ahí estás...- se preparó para irrumpir en esta. Pero como siempre una orda de secuacez desfigurados le rodearon, avisando su llegada con ruido y gruñidos.

Disparó con gracia dando a todos sus objetivos en el blanco, podía sentir como con cada misión su puntería iba mejorando sin tener la necesidad de usar su propia mutación, tenía talento y era claro de quien lo había sacado.

Una vez habiéndose hecho camino entró a la sala con pose defensiva, apuntando su arma en búsqueda de cualquier amenaza que pudiera salir. Su híbrido de lobo y oso le ayudaba a rastrear movimientos, la parte depredadora estaba alerta por si necesitaba usarla.

-Nos volvemos a ver, pequeño Redfield- una cansada voz habló cual villano de los cómics que solía leer.

Junior no dijo nada, había aprendido que a veces era mejor dejar hablar al tipo malo para poder así averiguar de qué se trataba todo. En un inicio prefería terminar con ellos, pero la información que podían dar era valiosa y muy útil si había todo un séquito detrás.

-tu padre fue una molestia para nuestra organización en el pasado, ¿Sabes?... Seguramente a nuestro fundador le encantaría volver a verlo otra vez, y conocerte, por supuesto-

-Ustedes suenan más como una secta que como una antigua empresa farmacéutica- respondió de manera arrogante, provocando al sujeto e invitándolo a que soltara más información.

-Las cosas cambian con el paso del tiempo, muchacho... Y veo que has llegado en el momento indicado para revivir al pasado... Literalmente- el tipo encendió las luces de la mesa de operaciones dejando ver los restos de un par de cadáveres y una extraña máquina que parecía ser sacada de la novela de Frankenstein.

-Es algo rudimentario pero servirá para nuestro objetivo...-

-Parece que no me equivoque con lo de la secta-

-... Y ya que llegaste hasta aquí, te daré el placer de observar el procedimiento-

Junior rodó los ojos, era algo viejo para estos discursos y sentía que todas estas nuevas amenazas eran cada vez más ridículas. Tal vez debería hablar con sus padres para conseguir una misión más seria.