Merah

425 32 5
                                    

Cabello castaño rizado, piel morena, ojos oscuros como el chocolate. Podía verla de nuevo, sonriendo divertida, sacando la lengua en señal de burla hacia el... Aún recordaba su voz y su peculiar acento de medio oriente, tan curioso pero encantador para el. Aún recordaba el día de su muerte, estaba tan fresco en su memoria como el aire de esa mañana, había sacrificado su propia vida para que él y su capitán vivieran, un gesto que le conmovió en lo más profundo de su ser y jamás olvidó; pues Merah era como la hermana que nunca tuvo, aquella amiga que siempre estaba ahí para el, alguien que le entendía y apoyaba al 100%, alguien que lo vio con buenos ojos cuando descubrió los sentimientos que tenía hacia su capitán e hizo lo que pudo para intentar juntarlos... Piers siempre estaria agradecido con aquella muchacha beta.

Un llanto le regresó a la realidad, primero escuchándolo a lo lejos como un eco, aumentando de forma gradual hasta volverse más fuerte. El despertó de la inconsciencia causada por la anestesia, recordando el motivo de su sueño inducido.
Abrió los ojos con pesadez, aún noqueado por el fármaco y en la bruma pudo observar borroso el rostro aliviado de Chris

-Capitán- murmuró sonriendo cansado

-Al fin despiertas, los doctores advirtieron que dormirías mucho... Temía que no fueras a lograrlo- suspiró con felicidad genuina.

Piers sabía que Chris era un alfa bastante apegado y sobreprotector, podría verlo en las ojeras formadas bajo sus cansados ojos azules y la escencia reconfortante que emanaba en este momento.

-Tambien me alegra verte-

Chris se acercó a depositar un pequeño beso en sus labios, olvidando momentáneamente la preciada carga que entre sus fuertes y musculados brazos se encontraba. Un pequeño gemido y el movimiento llamaron la atención de ambos adultos, alfa y omega miraban al pequeño bultito inquieto cubierto por una pequeña cobijita rosada.

-Es nuestra- afirmó Chris al ver maravillado al menor, era la primera vez que la miraba desde su nacimiento y al instante cayó enamorado.

-¿Puedo cargarla?- preguntó ansioso, se sentía culpable de no haberlo hecho a causa de la anestesia que le aplicaron.

Estiró sus brazos recibiendo a la bebé que fue depositada cuidadosamente por su pareja.

La pequeña criatura se removía en los brazos del menor, amenazando con romper en llanto en cualquier momento.

-Tiene tu personalidad- suspiró Piers embelesado por su pequeña niña.

-Tiene tus ojos- respondió Chris casi en un susurro, sosteniendole con uno de sus brazos, cuidando que no fuera a lastimarse.

Su mano recorría el pequeño rostro regordete como el aleteo de una mariposa, repasando las mejillas rosas y la naricita de la bebé, acariciando la pelusita de cabellos negros en su cabezita. Lágrimas de felicidad se iban acumulando en el rostro del menor, era increíble ver el resultado de la unión entre el y Chris, era un regalo del universo ante las adversidades que enfrentaron juntos, las separaciones y reconciliaciones, las noches de llanto y pasión... El fruto de su romance hecho niña.

-Es perfecta... ¿Le has dado un nombre ya?- preguntó Piers mirando a su alfa, curioso por conocer la respuesta.

-Esperaba que tuvieras ese honor-

El omega soltó un suspiro en respuesta, acercando a su pecho a la recién nacida que finalmente se había calmado y ahora agarraba con sus manitas la tela de la bata de hospital, apenas arrugándola.

Y de nuevo la imagen de ella se hizo presente, como si de una señal se tratase.

-Bueno, tengo un nombre en mente- murmuró para sí mismo, algo inseguro de su descisión.

El de cabellos negros le miró fijo, comprendiendo lo que estaba pensando.

-No tengo problema con ello, lo sabes bien-

-Chris...-

-Significa mucho para ti, para ambos... Y el que nuestra hija lleve su nombre sería un gran homenaje a su memoria- sonrió mirando al pequeño ser, dormitando aún aferrada con sus diminutas manos al pecho de Piers.

Este asintió, dejando escapar una lágrima fugaz como respuesta al cúmulo de emociones florecientes en ese momento.

Chris se sentó sobre la camilla, acercándose hacia el, besándole con devoción y adoración... Depositando todo su sentir en aquél cálido roce.

-Te amo tanto... Los amo tanto- completó entre ronroneos.

-Gracias por tan hermoso regalo- añadió Piers, besando la frentecita de la recién nacida.

-Bienvenida al mundo Merah-

.
.
.

...


Bearfield and Puppiers antology (CANCELADO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora