Bearfield and Puppiers antology (CANCELADO)

Finalmente te encontré

Hola queridos lectores y lectoras, la autora aquí con otra actualización. Lo escucharon bien (o leyeron), ayer iba a subir este oneshot pero me dio sueño asi que lo pospuse para hoy. Me pasé de ver... con el final de soultattoo, eh? No esperaba que saliera tan larga la conclusión pero... UPPS!. Como siempre agradezco a todas por su apoyo, comentarios y lecturas en cada historia, esta vez el agradecimiento especial va para Goethe69 por sus kudos en el resto de mis fics, ¡eres genial! y respondiendo a tu pregunta en "Caminando descalzo entre cristales rotos", si, ya habías leído y comentado pero fue en AO3, aunque también tengo cuenta en fanfiction :P.

Ok ya, creo que ha sido suficiente plática por ahora, todos quieren leer la historia así que vamos con el one shot de hoy. Les advierto que tiene algo de angst (ultimamente mis historias tienen angst, después veré como remediarlo). Espero lo disfruten.

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-Otra ronda- estaba mareado, que otra cosa sino.

La dependiente del bar, quien fungía esa noche como encargada de la barra llenó el vaso de cristal con vodka.

No recordaba cuanto había bebido o el tiempo que había pasado ahí, su cuerpo era como uno de esos zombies que exterminó alguna vez, se movía sin voluntad solo guiado por un solo objetivo. Pero en vez de carne fresca lo que le movía era la culpa y el malestar, los gritos resonaban fuerte en las paredes de su mente, alivio, quería una cura a su dolor... Aunque no recordaba la razón de este.

Empinó el vaso tragándolo todo, pudo sentir el ardor característico del alcohol bajando por su garganta llegando a su esófago. Suspiró al aire azotando el cristal sobre la madera, pronto se dió cuenta que esa "pócima" dejó de hacerle efecto. Seguía consciente de todo lo que pasaba a su alrededor, su alfa aún podía percibir todo lo que había ahí y de pronto, notó algo inusual.

No recordaba el momento en el que ese omega se sentó al lado suyo, estaba tan ocupado consigo mismo que ni siquiera el olor del maple fue capaz de captar con su nariz. 

-Es difícil encontrar un buen trozo de carne en este sitio, ¿No lo crees?- el muchacho le miró por un momento, quería sacar algo de conversación pero Chris no estuvo interesado

-Supongo- contestó mirándolo por un momento y este regresó su atención al plato

Chris hizo lo mismo, pero no pudo evitar mirarlo de nuevo por el rabillo del ojo.

Miraba la silueta del mismo, comía con algo de entusiasmo uno de los especiales de la casa, su cabello castaño claro simulaba un poco al color de la miel, su piel parecía combinar con sus ojos, redondos y verdes como las aceitunas de los cócteles que había estado ingiriendo desde que terminó ahí... Pero eso no era todo, hubo algo más que le llamó la atención y era ese notable bulto en su vientre, su mano le acariciaba de manera protectora mientras que con su otra mano comía las brillantes verduras al vapor.

-"¿¡Qué demonios está haciendo un omega embarazado en este lugar?!"- pensó por un momento sorprendido de la osadía del muchacho al lado suyo.

¿Estará buscando a alguién? ¿Se habrá perdido? cientos de posibilidades pasaron por su cabeza mientras sus labios chocaban de nuevo con el alcohol, prefirió dejarlo de lado pues no era su problema.

-Dame otro- exigió a la bartender una vez que se dió cuenta del vaso vacío

-Ya has bebido suficiente- la mujer habló severa, era una beta y parecía harta de mirarle el rostro

-No te pedí tu opinión, mujer...- gruñó sacando un poco de su alfa para intimidar a la fémina pero ella decidió ignorarle

-He dicho, que me des otra ronda- se levantó de su asiento, el banco de madera chocó contra el suelo y la mano del alfa aprisionó la muñeca de la beta.

Sus ojos se tornaron salvajes por unos segundos, su parte racional desapareció dejándole el control a su impulso de obtener lo que creía necesitar. La mujer chilló asustada tratando de liberarse, llamando la atención de otros 2 clientes. Los alfas fornidos se levantaron de su asiento, también liberando su naturaleza para imponerse al oso, uno de ellos tomó una botella vacía y la estrelló en el cráneo de Chris. Soltó el agarre de la chica y se fue directo a su agresor mostrando los dientes como símbolo de amenaza, entre empujones y puñetazos logró someter a los 2 varones dejándolos en el suelo. Tomó la misma botella rota y antes de que pudiese encajarla en la piel expuesta una tercera mano sostuvo su muñeca, con agarre firme pero gentil.

Su rostro giró aún con los colmillos de fuera hasta que se topó con ojos oliva, mirándolo intenso, obligándolo a ceder. El lobo omega era visible en ese rostro, estoico y joven que le observaba con advertencia de un posible ataque.

-No creí que el legendario Christopher Redfield terminaría así, y mira, te encuentro en este estado deplorable y patético-

-¡¿Y tu quién demonios eres para hablarme así?!-

Se sostuvieron la mirada por unos segundos más, antes que el omega le soltara; relajando su cuerpo decidió tomar asiento en una silla disponible a su alcance, en su condición no debía esforzarse tanto.

-Piers, me llamo Piers-

-Ujum...- respondió a secas -Bueno, Piers... No se exactamente que quieres o que tienes que ver conmigo, pero estoy seguro que sea lo que sea, no me interesa más-

-¿Estás seguro que no recuerdas quien soy?- preguntó buscando su teléfono en el bolsillo de su camisa -Bueno, entonces tal vez recuerdes esto- le mostró la pantalla de su celular con la foto de un periódico y el encabezado sobre el incidente de Edonia-

-¿Qué tal tus antiguos compañeros?- le mostró las fotos de cada uno de los caídos ese día

Al llegar a Finn, su memoria finalmente empezó a ceder, flashes de su muerte, los gritos de su cabeza se volvían más nítidos, el horror en los ojos de todos aquellos hombres que tenía bajo su ala y les falló.

-Te he estado buscando por cielo, tierra y mar. Deja de huir del pasado, Chris, Te necesitamos, debes volver con nosotros-

-¡¿Quién eres, y qué quieres de mí?!- gritó, su cabeza dolía peor que sus resacas, la sostuvo entre sus manos buscando sostener y bajar el malestar

Golpeó la mano del chico alejando el motivo de su trauma, este le obligó a mirarle una vez más. Puso la pantalla frente suyo con una nueva foto, esta vez, era una foto de ellos dos en su último aniversario, estaba enojado, frustrado de que no pudiera recordarle aún.

-¿Y esto?- su voz se quebró al hablar -¿Acaso no recuerdas esto?- dejó el teléfono en su bolsillo e hizo a un lado el cuello de su camisa blanca, dejando ver la marca de vínculo en su cuello

Otro flash de recuerdos se hizo presente frente a sus ojos, pero no era tan nítido como el anterior, risas, el tacto sobre su cuerpo, su nombre dicho de distintas maneras... Ojos verdes mirándolo con intensidad.

Se levantó de la silla, tomó las manos temblorosas del alfa y las puso sobre su vientre, pequeñas lágrimas se formaron en sus ojos pero pudo contenerlas.

-Te fuiste antes de que pudiera decírtelo...-

El alfa abrió sus ojos como platos, tratando de no colapsar por la sobrecarga de información.

El omega le miró intenso, con ojos de cachorrito y una devoción abrumadora que hizo titubear al alfa.

-Necesito que vengas conmigo, todos te esperan en la BSAA-

-¿Todos?-

Un grupo de soldados infiltrados como civiles se acercaron de a poco, mostrándose cautelosos ante el alfa y el omega.

-No te dejaremos ir de nuevo, no ahora que finalmente te encontré-

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