Daddy

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Era tan encantador, tan apetecible y tan sensual que el solo mirarlo debería considerarse pecado.

Sus largas piernas cubiertas con seda traslúcida, sus glúteos firmes adornados con encaje fino dejando nada a su imaginación, los pectorales prominentes, sus rosados botones escondidos por la tela de shiffon que caía sobre estos apenas tocandolos delicadamente, sin duda todo en él provocaba un perverso deseo.

Sus ojos brillantes se posaron sobre él, sus labios carnosos se curvearon traviesos, invitándolo a caer con el en los brazos de la tentación.

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Manos inquietas recorrían su cuerpo despojandolo de toda prenda estorbosa que estuviera en su camino, estaba ansioso y enojado por tener que lidiar con la ropa.

-Estabas impaciente de que llegara, ¿no es así, Puppy?- soltó una risita en su oído, haciéndo temblar a su presa.

El cuerpo bajo suyo gemía con cada roce, expectante por ser devorado en cualquier momento.

-Daddy... Oh daddy, tócame mas-

El alfa arqueó una ceja ante lo que acababa de escuchar.

-¿Hmmm? ¿Como me has llamado, podrías repetirlo para mi?-

-Daddy... Por favor...-

Esto era algo nuevo para Chris, en todos los celos que pasó con su pareja era la primera vez que el chico lo llamaba así... Y eso solo aumentaba su excitación.

No era la primera vez que "jugaban en la cama" cuando el celo del omega se acercaba; inició como una sugerencia de Clarie y una broma por parte de Jake y Sherry, claro que al principio ninguno de los dos supo cómo seguir sin reírse o quedarse en silencio... Pero bien lo dicen, la práctica hace al maestro.

-hmmm... Daddy-

Y el Omega se había vuelto un experto en esto. ¿Quién creería que su teniente, el chico más serio con respecto a su trabajo fuera tan promiscuo y travieso en la intimidad?

Una vez que ambos estuvieron enlazados empezó a comprar lencería como si no hubiese un mañana, siempre pensando en qué le gustaría a él para que todo fuera más interesante entre los dos.

Los labios del omega se curveaban en una sonrisa traviesa, sus hábiles manos jugueteaban con la tela de sus boxers, quitandolos y arrojandolos lejos sin importar dónde fueran a caer, por su parte el alfa reía recorriendo cada parte desnuda del cuerpo ajeno con sus labios, saboreandolo, tentando la paciencia de su amante.

-Que hermoso conjunto, te queda divino mi ángel- frotaba sobre la tela, causando espasmos placenteros y más sonidos apetecibles

-Daddy... Mas- suplicaba moviéndose bajo las manos de Chris, buscando más contacto con sus dedos

La erección del susodicho aumentaba su tamaño con cada palabra que salía de la preciosa boca de Piers, para calmar un poco el ardor decidió frotarla contra la entrepierna aún cubierta de encaje.

-Eres hermoso, puppy... Mira como me has puesto-

El contacto con su propia erección lo volvía loco, apenas empezaban y ya sentía su entrada húmeda. La seda de sus panties oscureció gracias al lubricante que producía, se sentía listo, estaba listo, pero su capitán aún quería seguir "jugando con el", asi como un gato juega con su comida.

-Oh, Piers... no pongas esa cara- reaccionó al ver el puchero de su omega frustrado, era un deleite ver cada expresión que pudiera tener.

Dió una pequeña nalgada entonces, coloreando de rosa el trasero de su amante ansioso, el pobre omega jadeó cambiando su rostro a uno sorprendido.

-Hmmm... chico malo- el alfa susurró en uno de sus oídos, sensual y profundamente, causando un nuevo escalofrío placentero en su cuerpo.

Otra nalgada no se hizo esperar, las palmas grandes llegaban a cubrir parte de los glúteos bien trabajados del chico, Piers gimió al sentir de nuevo la mano azotando contra su glúteo, exitado y ansioso de lo que venía a continuación.

-Si te disculpas por ser impaciente... puedo reconsiderar tu castigo-

Sintió como su erección se volvía mas dolorosa tras esa condición, sus labios se curvearon y una nueva chispa en sus ojos aparecía dando un nuevo brillo en la iris color aceituna. El verdadero juego estaba a punto de empezar.

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Ambos cuerpos se abrazaban tratando de recobrar el aliento, descansando al máximo antes que de nuevo el lobo hambriento volviera a surgir.

-Eso fue... me haz sorprendido- en su voz se notaba una gran satisfacción, estaba complacido y genuinamente contento

-Tal vez no me creas... pero también yo lo estoy- 

La luz amarilla del atardecer se colaba por la ventana iluminando ambos cuerpos, dejando entrever el desorden en el lecho, algunas plumas regadas y una almohada deshecha.

El alfa tomó su mentón con una mano, guiándolo a su boca, acercándolo para que pudiera contemplarlo.

-No tienes idea de lo afortunado que soy de tenerte- su aliento golpeaba con sus labios

Piers entrecerró los ojos y unió sus labios a los ajenos, el sabor de su pareja era una droga para él durante esos días, saciaba su instinto y lo encendía cuando estaba en la cúspide de su celo.

En su lazo pudo sentir fluyendo todas esas emociones siendo intercambiadas, la adoración, el deseo, la felicidad... se sentía amado por el usualmente cascarrabias de su pareja.

Ambos se separaron jadeando a causa del calor que parecía volver a surgir... una nueva sesión estaba a punto de iniciar cuando Chris soltó la pregunta sin cuidado.

-Cariño... ¿de verdad te parezco tan viejo?-

El omega soltó una pequeña carcajada, era tan inoportuno y sin sentido, ¿de dónde lo sacó?

-¿A que viene la pregunta?-

El alfa se encogió de hombros, rosaba sus dedos contra la cintura de su amante.

-Nunca me habías dicho "daddy", por un momento pensé que me veía tan viejo como para ser tu padre- todo lo dijo como si fuera un chiste... uno muy malo para el gusto del omega.

-Usted, señor Redfield no luce tan viejo. Puede que ya se considere un adulto maduro... Pero así me encanta- le guiñó el ojo, su coquetería pocas veces salía a flote pero cuando lo ameritaba podía poner a su compañero casi tan rojo como en ese momento.

-Enserio que me encantas-murmuró recuperandose de a poco de la impresión.

Sonrió campante mostrando los dientes y con una nueva ola de adrenalina se abalanzó sobre el alfa.

-...pero, si de verdad quieres convertirte en "papi"... sabes lo que tienes que hacer...-

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Bearfield and Puppiers antology (CANCELADO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora