6. Conociéndote

242 19 0
                                    

—Entonces, ¿Te gusta Mauricio?— dijo Sebastian, desde que se levantó no dejaba de preguntar lo mismo. Y cada vez que preguntaba, era la misma respuesta.

—No, Sebastian. Sólo somos amigos. — dije rodando los ojos por quinta vez, o ya ni sabía, cuántas veces lo había hecho en menos de una hora.

—Tu le gustas a Mauricio.—dijo afirmando con seguridad.—¿Por qué no te das una oportunidad?

—Porque sólo es mi amigo.—dije remarcando la última palabra con fastidio. Ya  me habia cansado de lo mismo.

—Lo veremos en algunos días.— volvió afirmar y estaba segura que tenia una estupidá sonrisa en su rostro.

Iba a contestarle, pero justo en ese momento tocaron la puerta, debe ser Mauricio. Hace unas horas me había avisado que me llevaría a pasear, a lo cual no me negué.

—Y, ¿A dónde la llevarás?— preguntó Sebas, cuando iban llegando a dónde me encontraba.

—Aún no lo sé. Improvisaré—en ese momento sentí un beso en mi frente y me rodearon los brazos de Mauricio, pocas veces había hecho ese gesto, pero ya reconocía sus abrazos —¡Hola!—exclamo con mucha entusiasmo.—¿Lista?—Asentí con la cabeza, mostrando una pequeña sonrisa.

—Cuidado con hacer cosas malas.—dijo Sebastian en tono pícaro.

Mauricio soltó una carcajada y yo sólo esperaba no estar roja. Aunque ya podía sentir calientes mis mejillas. Era obvio, que Sebastian, no iba a dejar que nos fuéramos sin recibir ese lindo comentario de su parte, que se note mi sarcasmo.

—¿Quieres que te lleve cargando como la vez anterior?—dijo Mauricio cuando ya habíamos salido de la casa.

—Legarás cansado.—me apresuré a contestar.

—No, nada de cansado.—dijo con una risita.—Estoy agachado, frente a ti. Puedes subir.

Estire mi mano para comenzar a palmar la espalda de Mauricio, fui  subiendo, hasta llegar a su cuello. Una vez enrede mis manos en su cuello, él me sujeto de las piernas y las enredó en su cintura.

Comenzamos a caminar, no tenía idea hacia dónde íbamos. Pero me podía acostumbrar a esto.

—¿Me dirás a dónde vamos? —pregunte después de varios minutos.

—Te llevaré a dar un paseo en bicicleta.

—Te das cuenta de que no puedo andar en bicicleta, ¿No? —dije rápido.

—Y, ¿Quién dice que lo harás sola? Te llevaré en mi bicicleta.—dijo remarcando cada palabra de esa oración.—Confía en mí, nunca te pondría en riesgo.—termino de agregar. Confiaba en él, pero eso no quita el miedo.

—Está bien.—termine de decir dudosa.—¿Seguro que no estás cansado?—pregunte frunciendo el entre cejo.

—Relájate.Disfruta de este momento.—dijo afirmando el agarre.No pesaba tanto, pero aun así se podía cansar.—Estoy bien.

Narra Mauricio

Podía sentir el aliento de Ines en mi cuello, el cual hacia estremecer mi cuerpo, era una sensación tan diferente a otras veces. Podría acostumbrarme a esta sensación. Sin duda me tenía enamorado, y lo más sorprendente es que provoco eso, en menos de una semana.

¿Quién iba a decir que estaría haciendo todo esto por una chica? Nadie. Con Ines todo es diferente. Todo lo que quiero es que ella siga disfrutando de las cosas como si nada se lo impidiera.

Durante el resto del camino fuimos en silencio. Sonreía cada vez que se sujetaba más de mi cuello, sin duda tenía miedo. Aunque a veces sentía que me faltaba el aire, no la dejaba caminar. Estábamos llegando, mire nuestro alrededor sonriendo, estaba hermoso el día, me agache para que pudiera bajar.

Amor Verdadero ( Maunés) AdaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora