13. Te Amo

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—Te deseo tanto, Inés.— dijo para volver a unir nuestros labios. En el fondo aún se escuchaba la canción. Eso hacia el momento aún mejor, el comienzo de algo que yo también deseaba.

El besó se profundizó, pasaban los segundos y seguíamos besándonos. Pase mis manos por su cuello, comenzando a jugar con su pelo, él me apego más a su cuerpo. Nuestras respiraciones estaban agitadas. Podía sentir su erección en mi vientre.

Su mano comenzó a subir y bajar por mi espalda, se sentía tan bien su tacto que no quería alejarme de su lado.

En segundos Mauricio me cargó entre sus brazos y comenzó a caminar hasta su habitación, sonreí entre medio del beso. Detuvo sus pasos y con mucho esfuerzo escuche cuando abrió la puerta, dio unos pequeños pasos y me puso de pie. Nos separamos unos pocos centímetros.

—La habitación está llena de velas y rosas.—dijo cerca de mis labios. Sonreí ampliamente y unió nuestros labios por unos segundos.

—Eres el mejor.—dije tiernamente.—Haces de todo para que pueda disfrutar cada momento.

Y si, Mauricio hacia que viviera la vida, él era mis ojos.

—Lo hago porque eres lo más importante.—podía sentir su mirada clavada en mis ojos.

No necesitaba mucho para saber que estaba verdaderamente enamorada de Mauricio.

Nuestras respiraciones estaban chocando unas con otras. No podría esperar ni un segundo más sin sentir sus labios. Esos labios que me transportan a otro mundo.

Mauricio pego su frente a la mía, cerré los ojos por un segundo, eran muchas las sensaciones que estaba experimentando en ese preciso momento.

Nuestros labios se volvieron a unir, y está vez el beso comenzó con deseo pero también con amor. Mauricio comenzó a depositar besos lentamente hasta llegar a mi cuello. Mi piel se erizo al sentir su tacto. Incline mi cabeza para darle un mayor acceso al trabajo que estaba realizando.

Sus labios regresaron a los míos, haciendo que el beso se profundizara. Mauricio hizo que diera unos pasos, hasta sentir el borde de la cama.

Llevo sus manos hasta el cierre de mi vestido y comenzó a bajarlo muy lentamente, sin dejar de unir nuestros labios. Terminó de bajarlo completamente, llevó una de sus manos a mi hombro y comenzó a quitarme el vestido. En ese momento comencé a sentir más sensaciones de las que ya estaba experimentando, sentía nervios por no saber la reacción de Mauricio al verme en ropa interior.

—Te vez jodidamente hermosa.—dijo sin despegar nuestros labios.

Eso sirvió para que todo nervio desapareciera. Esboce una pequeña sonrisa y mis manos comenzaron a recorrer su torso, hasta llegar a los botones de su camisa. Con mucha torpeza trate de quitársela, cuando finalmente lo hice volvió a llevar mis manos a su torso y sentí lo bien trabajo que tenía su abdomen. Mi mente se lo estaba imaginando.

Me recostó con cuidado sobre la cama, se posicionó sobre mi cuerpo y llevó sus manos hasta el broche de mi brazier, fue cuestión de segundos para que estuviera alejado de mi cuerpo. Sus besos descendieron por mi cuello, llegando hasta mi abdomen. Llevo sus manos hasta el borde de mis bragas y tomándose su tiempo las bajo.

Se separó haciendo que deseará que regresara pronto, los segundos que pasaron se me hicieron horas, se volvió a poner sobre mi cuerpo y sentí que ya no llevaba ninguna prenda.

Nos estábamos besando mientras sus manos iban recorriendo cada parte de mi cuerpo. Gemidos salieron de mi boca sin previo aviso cuando Mauricio me penetró. Mi cuerpo se arqueaba con cada embestida, las cuales iban aumentando de ritmo a cada segundo.

Nos encontrábamos sumamente excitados, nuestras respiraciones eran agitadas. Mi cuerpo se estaba dejando llevar por lo que Mau estaba provocando. Lo escuche gemir mi nombre y sin querer una pequeña sonrisa se posicionó en mis labios. 

Sus embestidas fueron bajando la velocidad,me volvió a besar por el cuello para luego unir nuestros labios en un largo beso. Un beso en el que nuestras lenguas jugaron entre sí. Nos separamos unos centímetros, él llevó una de sus manos a mi mejilla y la acarició, y volvió a unir nuestras bocas.

Esta noche había sido testigo de nuestro amor. Nos habíamos unido en uno sólo. Por primera vez supe lo que era hacer el amor.

—Te amo.— dijo al separar nuestros labios.

Nuestras respiraciones aún seguían agitadas. Mi cerebro no lograba procesar con claridad si había escuchado bien. Trate de calmar mi respiración, él todavía tenía su cuerpo sobre el mío pero sin ejercer mucha presión.

—¿Que?.—dije con voz un tanto agitada.

—Te amo, Inés.— dijo sobre mis labios. Sonreí. Era la primera vez que lo escuchaba decirme esas palabras.—Te amo con mi vida, con cada parte de mi cuerpo.—volvió a unir nuestros labios en un beso calmado, un beso con un significado aún más grande que los otros.

—También te amo, Mau.—dije sonriendo.

Se recostó a mi lado, paso una mano por debajo de mi cuello y me apego a su cuerpo. Ls mitad de mi cuerpo estaba sobre él. Mi mano inconscientemente estaba dibujando círculos sobre su abdomen.

—Eres la primera chica a la que amo verdaderamente.—dijo besando mi frente.

—No fuiste el primero, pero si el mejor porque realmente nos amamos.— dije enseguida.

—Y estoy seguro que seré el último en tu visa.—sonreí porque era lo que más deseaba en estos momentos. 

Pasaron varios minutos en los que no dijimos nada, no necesitábamos hacerlo porque nuestros cuerpos ya habían expresado lo que sentíamos.

—Ha sido la mejor noche de mi vida.—dije rompiendo el silencio.

—La mía también.—dijo abrazándome aún más a su cuerpo.

—Sin duda haberte conocido ha sido lo mejor que me ha pasado en los últimos meses.—dije de manera tierna.

—¿Si?—dijo acariciando mi espalda.

—Si.—dije con toda la seguridad. Porque así lo era, ha sido lo mejor.—Me hiciste volver a disfrutar del amor. Contigo he vivido el amor verdadero.

—¿Como no hacerlo? Si tu eres lo que cualquier hombre desearía tener en su vida.

—Te equivocas, no cualquiera estaría con una chica ciega.

— Y no saben de lo que se están perdiendo, pero mejor para mi, así sólo eres mía.—dijo uniendo nuestros labios.

Elevó su cuerpo y se colocó sobre el mío. Sus manos recorrían mi piel desnuda mientras iba profundizando el beso.

Llevo su boca hasta mi cuello, acto que hizo que mi cuerpo se arqueara, solté un gemido al sentir como mordía el lóbulo de mi oreja.

Volvió a mis labios, uniéndolos en un beso tierno y lento. Amaba cuando me besaba de esta manera.

Nos separamos, apoyo su frente sobre la mía, sentía su respiración.

—Te amo y nunca me cansaré de repetirlo.— me dio un corto beso y se volvió a acostar a mi lado.

Acariciaba mi espalda, me pegué más a su cuerpo recibiendo todo el calor que emanaba. Mis ojos se iban cerrando lentamente con cada caricia de su parte. Besó mi frente y me abrazó suspirando antes de caer en un profundo sueño.

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Treceavo capitulo de esta historia espero que les haya gustado.

Nos vemos en él proximo capitulo.

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Amor Verdadero ( Maunés) AdaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora