20. Te lo prometo

164 11 0
                                    

Me desperté después de haber dormido muy cómoda, había extrañado los brazos de Mauricio.

tenía una mano por mi cintura, lo que hacía que no me pudiera mover mucho. No se cuantas horas dormimos, tampoco si ya es de noche.

Quisiera poder acariciar su rostro, ver cada una de sus expresiones, su sonrisa, pero se que eso nunca sucederá. Es por eso que me esforcé tanto en poder hacer las cosas sin ayuda, no tenía porque estar guardando esperanzas cuando no las hay, esta es mi vida y así seguirá, tratando de recrear los rostros de los demás, aunque algunos ya estén siendo imposibles.

Sentí un beso en mi mejilla y sonreí.

—Hola, amor.—dijo Mauricio abrazándome.

—Hola.¿Cuánto dormimos?—pregunte tomando su mano.

—Ya es de noche. Unas cuatro horas, por mucho.

—Me parecieron muchas más horas.—hice un silencio mientras jugaba con su mamo.—Mau, ¿Estamos bien?—pregunte dudosa. Quería asegurarme que todo fuera como antes.

—Si, igual a cómo estábamos hace unos días. Te amo, siempre.

—También te amo.—dije sonriendo.

En segundos sentí sus labios sobre los míos, me dejé llevar por ese momento y en mi mente sólo estaba lo bien que me hace sentir. El beso se estaba intensificando, cuando tocaron la puerta, nos separamos rápidamente.

—Ines.—era la voz de papá.—¿Puedo pasar? 

—¿Sabe que estas aquí? —le pregunte a Mau, mientras trataba de sentarme.

—Si, él me dejó pasar.—sentí cuando se puso de pie.

—Pasa, papá.—dije en voz alta. Escuche cuándo giró la perilla de la puerta.

—Pensé que ya se había ido Mauricio.—lo escuche decir cerca mío.—Tuve que salir y hasta ahorita regrese.

—Nos quedamos dormidos.—dije explicándole tranquila.

—Bueno, veo que te hizo hablar con él.—asentí sonriendo, hasta este momento no se escuchado nada por parte de Mauricio.—La cena está lista. ¿Te quedas Mauricio?

—Por supuesto, Alex.—respondió Mauricio.

—No tarden.—dijo depositando un beso en mi frente. Negué con la cabeza. Salió de mi habitación dejándonos nuevamente solos.

—Papá confía en ti.—dije riendo. Es muy cierto, hubiera sido otra persona, se habría puesto todo loco preguntando que habíamos estado haciendo.

—Es fácil que me amen.—dijo envolviéndome en sus brazos.

—Bueno, que engreído te has hecho estos días.—dije negando con la cabeza mientras reía.

—¿Estoy bien así?—pregunté antes de salir de mi habitación.

—Estas hermosa, aunque un poco despeinada.—dijo revolviendo mi pelo.

—Vamos, tengo hambre.—salimos de i habitación, sólo había dado unos pasos cuando los brazos de Mauricio pasaron por mis piernas, cargándome.

—Pero, ¿Que haces?—pregunté entre risas.—Puedo sola.

—Más rápido llegamos a la comida.—dijo riendo mientras bajaba las escaleras conmigo en sus brazos, me aferre a su cuello para no caerme.

—Mauricio, que te dije.—se escuchó la voz de Sebas. Ha de tener una sonrisa de maldad por la escena.—Nada de tocar a Inés. — dijo riendo.

Amor Verdadero ( Maunés) AdaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora