19. Mamá

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Cinco días.

Mi padre había regresado de su viaje y al parecer ya no volvería a irse durante mucho tiempo, eso me hacía muy feliz. Deseaba tenerlo conmigo a cada momento, que estuviera cuando más lo necesitaba.

Me había abrazado fuertemente cuando llegó y me vio sin ánimos. Sus palabras son lo mejor.

—Mi niña, la vida está llena de obstáculos y muy pocos saben enfrentarlos. Eres testigo de eso, has salido adelante a pesar de todo y esto sólo es una prueba para descubrir que tan grande es su amor. No desesperes, él sólo necesita asimilar lo que vio.

Eso me había dicho mi padre el día que le conté lo que pasó. Pero ya habían pasado cinco días y Mauricio seguía sin contestar mis llamadas.

Hable con Fany, sobre lo ocurrido y dijo que no sabía nada de Mau. Le había estado llamando pero no contesta, de hecho sólo un mensaje le contestó diciendo que estaba ocupado.

Y yo lo extrañaba, hoy más que nunca.

Me encontraba terminando de arreglarme para ir a dejarle flores a mi madre. Estaba cumpliendo ocho años de haber fallecido. Y aún la seguía extrañando como el primer día que nos dejó. El día que nos comunicaron que había sufrido un accidente fue el peor de todos, aún más cuando dijeron que no sobrevivió.

En ese momento lo único que deseaba era irme con ella. Era mi mamá, mi confidente, mi mejor amiga, me entendía a la perfección y todo cambio de un instante a otro. Nuestras vidas, no fueron las mismas sin ella.

Una lágrima cayó por mi rostro, la seque inmediatamente y comencé a caminar hacía la salida de mi habitación. Al abrir me tropecé con un cuerpo, que por su característico aroma, es mi padre. Mi madre decía que ese era su aroma favorito, desde su muerte, mi padre no volvió a cambiar de perfume.

—¿Lista?—asentí.—bien, tu hermano nos espera abajo. Dame la mano.—La extendí y él la tomó, dirigiéndonos hasta donde nos esperaba Sebas.

Ibamos en el auto, en silencio, al parecer estábamos guardando las palabras para decírselas a mamá. Suspire, pensando en que quisiera que Mau estuviera conmigo en estos momentos.

—Inés, ¿Estás bien?—preguntó Victoria, quien cada año nos acompañaba.

—Me hubiera gustado que Mau, me acompañara.

—Podemos hablarle si quieres.—dijo hablando en voz baja.

—No contesta mis llamadas.—dije triste.

—No perdemos nada con intentarlo.

Y así fue como Victoria, decidió llamar a Mauricio, pero como en las otras ocasiones no contestó. No volvía hablar en todo el camino, mi mente iba pensando en todo y nada a la vez.

Ya habíamos llegado, cada uno tuvo su momento para hablar con mamá. Sebas le platico, sobre sus planes de formar una familia a lado de Victoria. Eso haría feliz a mamá, más, viendo como lo cuida y lo ama como a nadie. En cambió, papá le volvió a jurar amor eterno como lo hace todos los años. Él, definitivamente no piensa volver a hacer su vida.

Había llegado mi turno, era la primera vez desde mi accidente que venía, era la primera vez que no miraba si todo estaba limpio y la mejor manera, para ella.

—Hola, mamá.—dije en voz baja y con ojos llorosos.—No sabes cuánto te extraño, o quizás si, te he necesitado más que nunca, durante todos estos meses. Quisiera que estuvieras aquí, me abrazaras, me dijeras cuánto me amas y que todo estará bien. No creas que en estos meses te olvidé sólo porqué no había venido, pero sabes cómo ha sido todo.—seque un poco las lágrimas que caían, guarde silencio por unos segundos.

Amor Verdadero ( Maunés) AdaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora