29. Amarte por mil años

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Mauricio entró a la habitación con el desayuno en una bandeja, era el cumpleaños de Inés y quería hacerla sentir Feliz. Llevaba una rosa roja, como la primera que le regaló hace unos meses. Sonrió al verla dormida. Se acercó sin hacer mucho ruido, colocó la bandeja en un lado y se acercó a su oído.

—Estas son las mañanitas que cantaba, Mau...—comenzó a cantar. La chica se removió en la cama.—hoy por ser un día especial, te las cantamos a ti.—la chica abrió sus ojos. —¡Feliz Cumpleaños, Amor! — exclamó Mauricio, acercándose a dejar un beso en la frente de Inés.

—Gracias.— dijo Inés entre bostezos sonrió sentándose en la cama.

Mauricio tomo la bandeja y se sentó junto a ella. Hoy le daría el desayuno, quería consentirla todo lo que fuera posible.

—Desayuno especial y una rosa para ti.— dijo poniendo la rosa entre las manos de Inés.

Ella la acerco a su nariz y los recuerdos de la primera llegaron a ella. Esbozó la sonrisa mas grande que tenia. 

—¿Me darás el desayuno?— pregunto con una sonrisa tímida. Mauricio asintió siendo consciente que su novia no lo estaba viendo.

Tomo el cubierto y agarró un poco de fruta.

—Comencemos a comer, el primer te amo esta a punto de llegar a ti.—ella sonrió sin entender muy bien a que se refería.—Abre la boca.—dijo Mauricio, ella lo hizo y el primer pedazo de fruta fue comido por ella. Entendió lo que Mau estaba haciendo.

—Por cada bocado, ¿Dirás algo?—dijo ella después de haberlo comido.

—Entiendes rápido.—dijo dejando un beso en su mejilla.—Por la vez que te dije lo que significabas en mi vida y por el hermoso atardecer.—era una manera tierna de desayunar, sin duda sólo Mauricio era posible de hacer tantas cosas por ella. Recordó esa vez, así como también le dijo que sólo serían amigos. Ni ella llegó a imaginar que después de meses estarían así, enamorados.

—Te amo,Mauricio.— dijo ella llevando despacio una mano hasta su mejilla. Cerré los ojos y suspiro con ternura. Mauricio por su parte la contemplo, la amaba, de eso no había duda y nunca la habría.

Volvió a hacer lo mismo, tomé fruta y haciendo primero sus juegos volvió a estar cerca de sus labios.

—Por la vez que nos hicimos novios.— ella comenzó a comer la fruta, le estaba divirtiendo esta manera de comer.

—Nuestro primer te amo.— llevo fruta hasta ella, una vez la tomo, Mauricio, se acercó y atrajo sus labios en el primer beso del día.

Un beso con sabor a fruta, introdujo su lengua, explorando y saboreando cada parte. Para ambos era el mejor beso, totalmente diferentes a los miles de besos que se habían dado. Mauricio se separó con lentitud guardando ese sabor.

—Nuestra primera vez, sin duda uno de los mejores momentos.—no dijo el mejor, porque tenía más de un momento especial.

Eso era lo que hacía diferente su relación, que su amor y su relación no se centraba sólo en sexo, o hacer el amor. Se basaba en ir construyendo momentos. Mauricio por su parte ayudar a Inés a crear un mundo, a ser los ojos de ella. Y Inés, demostrarle a Mau, que se puede amar sin importar sus condiciones.

 —Te amo, Inés.—dijo Mauricio dando por terminando el desayuno, puso la bandeja a un extremo y con sus fuertes brazos rodeé el pequeño cuerpo del amor de su vida. Ella llevé sus manos al cuello del chico, colocando su cabeza en el hombro de él.

La felicidad que Carolina sentía era difícil de explicar, por un momento pensé en que hubiera sido de este día si, Mauricio, no estuviera en su vida. Quizás habría pasado recordando que justo hoy se cumplía un año desde ese accidente que le arrebaté la posibilidad de ver el mundo, de todo lo que la rodea.

Amor Verdadero ( Maunés) AdaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora