27. Carpe Diem

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Después de horas de viaje, habíamos llegado a nuestro destino. Al principio, estuve nerviosa cuando nos subimos al avión, tenia mucho tiempo de no subir a uno, pero Mau tomó mi mamo y nunca la soltó.

Trató de distraerme durante todo el viaje, conversando de lo que haríamos al llegar, también me mencionó de una sorpresa. Tan sólo estaríamos cinco días en este lugar y el último sería mi cumpleaños.

Mau, me llevaba sujetada de la cintura, nos dirigíamos hacia la salida, nuestras maletas ya estaban en el taxi que esperaba por nosotros.

—Con cuidado, hay tres escalones.— dijo Mau sin soltarme. Puse despacio un pie en el primer escalón y así fui bajando los demás

—¿Está lejos el taxi?— pregunte tomando la mano que tenía en mi cintura.

—Unos diez pasos.— comencé a contarlos mentalmente, efectivamente habían casi los diez pasos. 

Escuche cuando abrió la puerta, estire mi mano hasta dar con ella, la agarré y me introducí con cuidado dentro del taxi. Segundos después, Mau, se sentó a mi lado y volvió a tomar mi mano.

Varios minutos después de viaje, llegamos al hotel. Mauricio, arreglo todo y ahora nos encontrábamos en nuestra habitación.

Estaba recostada en la cama, mientras Mau acomodaba las maletas por alguna parte de la habitación.

—Tienes que mostrarme cada lugar de la habitación.— dije rompiendo el silencio que se había instalado entre nosotros. —Si voy a estar aquí un tiempo, no quiero tener un accidente.

—Ni lo digas.— dijo rápidamente, la cama se movió, se había tirado junto a mi.

Sus brazos me rodearon, llevándome con él, acomodó su cabeza en el hueco de mi cuello, provocándome escalofríos al sentir su respiración. Reí sin poder evitarlo, comenzó a dejar besos por mi cuello.

Una de sus manos me sujeto más fuerte de la cintura, acercándome a su cuerpo. En cuestión de segundos sentí cuando mordió mi cuello entre medio de un beso.

—Mau, me dejaras una marca.— dije riendo.

—Nadie te la verá.— contesto sin más, sus labios comenzaron a rozar los míos, sumergiéndonos en un tierno beso.

Al separarnos del beso, Mau se coloco junto a mi, llevando mi cabeza sobre su pecho. Sentía su respiración calmada. Estuvimos por varios minutos, sélo sintiendo la respiración del otro y disfrutando de ese momento.

—Amor.—dijo Mau, despacio.

—¿Mhmm?— pregunté sin moverme, no quería dejar de sentir sus brazos rodear mi cuerpo.

—¿No quieres ir a dar una vuelta? Así, aprovechamos para comer.— dijo subiendo y bajando una mano por mi espalda.

—¿Ya va a anochecer?— pregunté acomodando mi cabeza en su pecho.

—Ya casi, ¿nos duchamos?— pregunté dejando su mano en mi espalda.

—¿Juntos?- pregunté levantándome, me quede sentada esperando su respuesta.

—Claro que si.— sin mas sus brazos me estaban sujetando, pase mis manos por su cuello y a los segundos me estaba poniendo de pie.

Me quede esperando que me dijera donde estaba cada cosa, pero no pasé, sus labios comenzaron a unirse a los míos. Se separé, quitando cada una de mis prendas. Espere un tiempo, en el que supongo se estaba desvistiendo, hasta que me cargo en sus brazos, dejando que el agua callera sobre nosotros.

Fue un largo baño, el cual estuvo lleno de besos cada vez más intensos y apasionados. Ahora, me encontraba esperando que él estuviera listo. Tan sólo llevaba un vestido y el pelo suelto, realmente no podía hacerme mucho, pero tampoco es que me gustara.

Amor Verdadero ( Maunés) AdaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora