14. Regresando

176 14 0
                                    

Narra Mauricio

Me levante con mucho ánimo. Sonreí al ver dormir a Inés, aferrada a mi cuerpo. Tenía su espalda desnuda descubierta por las sabanas. Es tan jodidamente hermosa y sexy, quisiera despertar cada día de esta manera junto a ella.

Comencé a hacer pequeños círculos sobre su espalda, sentir su suave piel no me estaba ayudando en nada, con ese simple tacto estaba sintiendo despertar a alguien más. Deposite un beso en su espalda y me dirigí hacia la cocina.

Quería prepararle el desayuno antes de que despertara. No era muy bueno en la cocina pero haría el mayor esfuerzo sólo por ella. Comencé a partir fruta, los minutos fueron pasando y ya estaba lista. También prepare unos Hotcakes, aunque los primeros se me habían quemado pero todo lo hacia por ella.

Narra Inés

Al despertar recordé todo lo que había pasado la noche anterior con Mau y sonreí. Estaba perdidamente enamorada de él. Me gire sobre la cama y comencé a palmar sobre ella pero estaba vacía. Me senté sobre la cama y me cubrí con las sabanas, necesitaba ir al baño pero no conocía el lugar.

Era la primera vez que estaba aquí y Mau no me había mostrado nada. Me puse de pie y comencé a tocar las cosas que estaban cerca, pero era muy complicado, más aún cuando pegue el pie sobre algo duro, lo cual imagino que era una mesita. Esto era demasiado frustrante.

—¡Mau!—grite en tono calmado, no quería preocuparlo. Pasaron los segundos y no contestaba.—¡Mauricio!—volví a gritar. 

—¡Ya voy, amor!—gritó desde alguna parte de su departamento.

Con cuidado me senté sobre la cama a esperar que regresara. Al pasar unos minutos escuche la puerta de mi habitación abrirse despacio. Sonreí inconscientemente al escuchar sus pasos acercándose a mi.

—Buenos días, bella durmiente.—dijo depositando un beso en mi frente.

—Buenos días.—dije sonriendo.—¿Donde estabas?

—Estaba haciendo el desayuno. No te quise despertar.— dijo sentándose junto a mi.

—Trate de ir al baño pero terminé golpeando mi pie en una parte de tu habitación.

—Más tarde te describiré el lugar.

—Si, porque sólo empecé a tocar y no se a donde iba a ir a dar. Pero bueno, ¿Que preparaste de desayuno?

—Fruta y hotcakes, también café y jugo.—sonreí al imaginarlo preparar todo el desayuno.

Me acomode en la cama y comenzamos a desayunar, él me dio de comer en la boca como si fuera un bebé. Reía cada vez que me decía que el avioncito estaba por aterrizar. Estuvimos conversando sobre nuestras familias y lo que haríamos el resto del día.

Habíamos terminado nuestro desayuno y nos quedamos abrazados en la cama. Mau me había ayudado a ponerme una de sus remeras.

Su mano subía y bajaba por mi espalda, mientras sentía como su respiración era tranquila.

—Te amo, Inés.—dijo de repente rompiendo el silencio que se había formado sin darnos cuenta.

—Yo te amo más.— dije sonriendo.

Apartó sus manos de mi cintura y tomo mi cara entre ellas para unirnos en un tierno beso. De un movimiento me hizo quedar sobre su cuerpo, sus besos descendieron hasta mi cuello haciendo que me estremeciera. Y de esta manera nos volvimos a unir en uno solo.

Después de nuestro momento de amor, Mau me describió un poco su habitación aunque tendría que tocar cada objeto y saber cuantos pasos dar hacia algunos lugares para guardarlos en mi memoria.

Hoy más que nunca Mau supo lo que era convivir conmigo. Tuvo que ayudarme en cada cosa que hacía. Estaba tan acostumbrada a mi casa, a cada cosa que había en ella y llegar a un lugar nuevo era todo diferente. Con esto se daría cuenta si realmente quiere estar a mi lado.

Nos encontrábamos en su coche de camino hacia el parque. El resto de la tarde lo pasaríamos comiendo helado y conversando al aire libre.

—Mau, hace unas horas te diste cuenta lo complicado que es la pida para mi...

—Si. ¿Por que me lo estás diciendo?—dijo interrumpiéndome. Suspire y me preparé para hablar.

—¿Aún así quieres seguir conmigo?—dije en voz baja pero audible para que Mau escuchara.

—Ya te dije que eso no importa. Te amo, Inés.—dijo y a los segundos sentí el contacto de nuestras manos.

—Gracias.—dije sonriendo. Mauricio era todo lo que había estado esperando, lo que siempre quise tener en mi vida.

El resto del camino hacia el parque  se convirtió en un concierto. Mau no dejó de cantar ninguna de las canciones que se reproducían en la radio. Me encantaba escuchar su voz, lo malo es que no lo hacía seguido.En la última canción lo acompañe, cantando parte del coro. Nuestras voces hacían una mezcla diferente y única.

El coche se detuvo, avisándome que ya habíamos llegado. Escuche la puerta del lado de Mau abrirse y a los segundos ya estaba tomando mi mano para que saliera.

Entrelazamos nuestras manos y comenzamos a caminar. A los segundos sin esperarlo me cargo entre sus brazos. Reí por su acción y me aferré a su cuello.

Me puse de pie y me pidió un helado de chocolate, al igual que él. Guiada por él comenzamos a caminar hacia una zona donde pudiéramos estar tranquilos.

—¿Te he dicho lo hermosa que eres?—dijo después de unos minutos en silencio. El cual no era incómodo simplemente estábamos disfrutando de nosotros de esa manera.

Reí negando con la cabeza.— En las últimas horas no lo había escuchado.—dije comiendo de mi helado.

—Entonces, te lo digo. Eres la más hermosa, y joder, eres muy sexy.

—Gracias. No te puedo ver pero siento tu mirada clavada sobre mi cuerpo.— dije riendo.

—Te das cuenta muy rápido.—dijo quejándose como un niño.

—Porque siento intensa tu mirada. ¿Sabes? Mi padre quiere que vayas a cenar cuando regrese de viaje.

—Sólo me dices el día y ahí estaré. Tienes helado en la comisura de tus labios.—dijo riendo. Sentí su dedo limpiar esa zona lentamente.

Fue cuestión de segundos para sentir sus labios sobre los míos. El beso tenía un sabor delicioso, chocolate. Desde este momento se convertiría en mi favorito. Posó una mano sobre mi mejilla e intensificó el beso.

El tiempo parecía que se había detenido en ese momento. Estábamos sólo él y yo sumergidos en nuestro propio mundo, alejados de todas las personas que podía imaginar serían muchas las que se encontraban en el parque.

Nos separamos y sonreí por los momentos que él estaba haciendo que viviera.

—¡Dios!—exclamó Mauricio. Haciendo que mi ceño se frunciera. Tomo mi mano e hizo que me relajara.— No me canso de mirarte, de decirte lo mucho que te amo y lo feliz que me haces.

—Yo igual te amo mucho.— dije sonriendo ampliamente por sus recientes palabras.

—Iré por una bebida, ¿Quieres?—pregunto a lo que asentí con la cabeza.—Ya regreso, no tardare.

—No me iré a ningún lado.—dije riendo.

Él se hecho a reír y escuche sus pasos alejarse, me acomode en una posición más cómoda, mientras mi mente se perdía en los recuerdos que tenía hace unos años. recuerdos que por momentos eran borrosos. Anteriormente me gustaba venir al parque ya fuera sola o en compañía.

Pero todo cambia de un momento a otro. Escuche a alguien acercarse y por un momento pensé que era Mau hasta que escuche esa voz.

—Hola, Inés.—después de tanto tiempo estaba de regreso y meses tuvieron que pasar para volver a escuchar su voz. 

🌷🌷🌷🌷🌷🌷🌷🌷🌷🌷🌷🌷🌷🌷

Cuatroceavo capitulo de esta historia espero que les haya gustado.

Nos vemos en él proximo capitulo.

Si les gusto voten y comenten.

Amor Verdadero ( Maunés) AdaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora