Extra 1

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Había pasado los primeros meses de prueba en Universidad, los cuales no fueron nada sencillos como pensaba. Me tenía que esforzar mucho en cada clase y tenía que pedir ayuda con algunos trabajos.

Hubieron momentos en los que quise dejar todo, pero siempre estaba mi familia y sobre todo Mau, para decirme las palabras justas.

Recuerdo la primera semana, estaba en mi habitación sin querer ver a nadie, me sentía frustrada. Aún no conocía del todo la Universidad. Mau, Sebastian o Fany, me tenían que ir a dejar al salón, cuando salía tenia que esperarlos, porque aún no tenía amigos.

Estaba llorando, eran como esos momentos cuando recién tuve el accidente. Escuche mi puerta sonar, sabía quien era, aunque no lo viera.

—Amor.—dijo Mauricio, sentí cuando se sentó en mi cama, una de sus manos se apoyó en mi pierna. —¿Salimos?

Lo pensé durante unos segundos antes de asentir y darle mi mano para que me ayudara a levantarme.

Rodeó mi cintura con sus brazos, mientras bajamos las escaleras.

—Alex, vamos a salir. Cuidaré de Inés.—dijo Mauricio a mi padre.

—Lo se, mi niña está en buenas manos.

Y lo estaba, de eso no había duda. Con Mau nada podía pasarme.

Salimos de mi casa, él me llevó hasta su auto, me colocó el cinturón y a los segundos ya estábamos dirigiéndonos a donde sólo Mau sabía. 

—Amor, te amo.dijo acariciando mi mano. Sonreí ante ese gesto, siempre provocaba lo mismo, aunque pasarán meses o años.

—También te amo, Mau.—dije con ternura.

—No me gusta verte así quiero que siempre estés sonriendo.

—Lo haré, sólo que hoy es uno de esos días donde todo viene a mi.—dije llevando una de mis manos sobre la de él.

El resto del camino lo pasamos en silencio, una vez llegamos al parque, comenzamos a caminar. Mau me llevaba junto a él, uno de sus brazos rodeaba mi cintura.

—¿Crees que pueda?—dije rompiendo el silencio que nos rodeaba.

—¿El que?— su tono de voz era confusión.

—La Universidad, que lo logre. Esta semana ha sido muy difícil, para ti también lo ha sido.—dije suspirando.—Tienes que estar al pendiente mío, aunque no lo digas se que no has hecho amigos, por pasar conmigo, las clases me cuestan más de lo que pensé, no se Mau.—seguíamos caminando mientras en mi mente sólo pasaban pensamientos negativos de esta etapa. 

—Inés, no me estás quitando nada, prefiero estar mil veces contigo, abrazarte, decirte lo mucho que te amo y ayudarte con esto.—agarró mi mano y la apretó dándome a entender que estaba conmigo.—Lo vas a lograr, porque eres guerrera, es lo que querías y en unos años estaremos festejando cuando culmines tu carrera.

—Es difícil.— fue lo único que dije. Mau se detuvo a mitad de nuestro camino soltando mi mano.

—Inés, recuerda esto, lo lograrás y estaré contigo ese día.—dejó un beso en mi mejilla, seguido de eso estrecho entre sus brazos.

—Mi vida no sería nada sin ti.— susurre mientras seguíamos abrazados. Se separo de mi, provocando un vació, quería seguir disfrutando de sus abrazos.

—Ven, vamos a sentarnos.—tomándome de la mano y llevándome con él.—Nos sentaremos en el césped.—dijo una vez se detuvo.

Con cuidado me agache, pero Mau fue más rápido y me sentó en su regazo. Incline mi cabeza en su pecho, sus manos rodeaban mi cintura, mientras las mías tomaba sus manos.

—Me encanta ver tu anillo.—dijo en voz baja. Sonreí, a mi encanta llevarlo conmigo.

—¿No te has arrepentido?—dije riendo.

—¿Sabes? Creo que si, justo en este momento.—respondió en tono burlón.

—Tonto. Esa noche fue mágica.—dije recordando las miles de sensaciones que experimente en ese momento.

—Hasta ahora ha sido la mejor noche.—dijo Mau, depositando un beso sobre mi cabeza.

—Tu me has dado los mejores días.—dije con una sonrisa sincera en mi rostro.

—¿Te quieres casar hoy?—pregunto con tono serio.

—¿Que?—dije soltándome de su agarre. No lo estaba diciendo enserio, ¿O si?

—Da igual si es hoy, mañana, en semanas o años.— decía sin ninguna pizca de ser broma.

—¿Lo estás diciendo enserio?—dije aún sin poder creerlo, no quería una boda de esa manera. Tampoco es que deseaba una boda con miles de invitados, pero si con un lindo vestido.

—Si.—dijo con seguridad.

—Quiero una boda con vestido, invitados, la familia, no así.—decía tratando que sonará lindo y no un rechazo.

—Deberías ver tu cara.— dijo llevándome de nuevo a él, dejó un beso en mi cuello, estaba sonriendo, lo sentía.—Sólo jugaba, nos casaremos más adelante.

—No se te quita la maldad.—dije riendo.

—Pero así me amas.—dijo abrazándome más fuerte.

—Más que a mi vida.—sonriendo cerré mis ojos disfrutando de estar abrazada a él, todo estaría bien en cuanto a mis estudios.

Hizo que me girará, estaba frente a él, podía sentir su respiración sobre mi.

—Hoy no me has dado mi beso.—dijo susurrando sobre mis labios, su frente estaba apoyada sobre la mía, nos quedamos unos segundos hasta unir nuestros labios.

Lleve mis manos alrededor de su cuello, me acercó más a su cuerpo, profundizando el beso. Sonreíamos entre medio sin separarnos.

Al terminar el beso, apoye mi cabeza en su hombro guardando en mi su aroma, el cual sabía reconocer muy bien.

—Te amo, Mauricio.— susurre en su cuello. Sentí como se estremeció, sonreí ante su reacción.

—Deja de hacer eso. —dijo apretándome más. Sonríe, haciendo que sintiera mi respiración sobre él.—Inés...

Me detuve porque sabía que estábamos en un lugar público y alguna persona nos estaría viendo. Pero, me encantaba saber lo que provocaba en él.

Saque esos recuerdos de mi mente para concentrarme en los audios que estaba escuchando de una de las clases. Estudiaba Psicología, es la carrera que había querido desde un principio.

Lo bueno es que está clase que escuchaba había sido sencilla y logre entender a lo que explicaba el profesor.

Algo que agradecía es fueran comprensivos y siempre tratarán de ayudarme con mis trabajos. También había conseguido nuevos amigos, Maria, una chica que llegó una semana después que yo, es muy amable y me ayuda en cada clase, que por suerte las compartimos todas. 

Y habían otros chicos, también amables. Al final, todo lo que pensé en esa primera semana que no iba a ser bueno, fue todo lo contrario, estaba logrando lo que quería, sólo fue cuestión que me acostumbrara a esta nueva etapa.

Amor Verdadero ( Maunés) AdaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora