Interrupcion.

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De todas las posibles maneras en las que eso podría haber sucedido, definitivamente esto no estaba en la lista.
—¡Allura! —gruñó Lance—. Date prisa por favor.
—Apreciaría... —un par de sonidos de lucha se escucharon a través del comunicador de todos— poder tener un poco más de tiempo, chicos —finalizó Allura una vez los sonidos terminaron.
—Tiempo es lo que menos tenemos en este instante, en caso de que no lo notaras. Por eso te lo estamos pidiendo en primer lugar —replicó Keith, mientras seguía peleando hombro con hombro junto a Lance y atravesaba a uno de los robots con su espada.
—No lo haré si siguen apresuran- ¡Coran, necesito apoyo por aquí!
—Enseguida, princesa —respondió este, mientras activaba las armas del castillo y comenzaba a dispararles a las naves enemigas.
—¡Allura! —gruñó de nuevo Lance mientras era casi lanzado lejos por uno de los robots.
—Chicos, entiendo que quieran hacerlo ahora pero no es el mejor momento —se escuchó la voz de Shiro a través del comunicador.
—Oh, no Shiro. Estos malditos nos tenían que encontrar justamente hoy, así que no me importa que estemos en mitad de una batalla, lo haremos de todos modos. Allura, hazlo —la voz de Lance sonó molesta, cosa que claramente estaba después de ver ese día arruinado por esa estúpida invasión Galra.
—Concuerdo con Lance, hoy se supone que sería nuestro... —Keith derrotó a otro de los robots— día y acaban de arruinarlo, pero eso no nos detendrá.
—Bien —gruñó Allura mientras seguía peleando con un par de robots y le daba indicaciones a Coran sobre a qué naves disparar—. Queridos amigos, hoy estamos aquí reunidos...
—¿Es en serio? —murmuró Pidge.
—¡Para celebrar la unión de Lance McClain...! —se escucharon varios sonidos de lucha de nuevo— ¡... Y Keith Kogane en matrimonio!
—¡Por dios, sólo digan sus votos! —gritó Pidge mientras seguía derribando enemigos igual que los demás.
—¡Yo, Lance McClain...! —comenzó este mientras vencía a más robots usando su Bayard— ¡... Te tomo a ti, Keith Kogane, como mi esposo, para amarte y respetarte, en las buenas y... —Lance se detuvo cuando un robot casi lo alcanzó y logró hacer un rasguño en su mejilla antes de que Lance lo atravesara con su Bayard— en las malas, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe!
—Yo, Keith Kogane —comenzó Keith, derribando a varios enemigos a la vez— te tomo a ti, Lance McClain, como mi esposo, para amarte y respetarte, en las buenas y en las malas, en la salud... —Keith clavó su espada en el pecho de otro robot—... Y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe.
—Lance, ¿aceptas a Keith como tu esposo? —Allura gruñó cuando al parecer uno de los robots la alcanzó.
—Acepto.
—Keith, ¿aceptas a Lance como tu... —Allura logró derrotar al robot— esposo?
—Acepto.
—Los declaro... —un montón más de robots llegaron al lugar, impidiendo que Allura pudiera continuar—. Los declaro... —Allura gruñó—. ¡Al Weblum, sólo bésense!
Lance y Keith siguieron peleando, pero en el momento en el que los enemigos disminuyeron considerablemente, Lance aprovechó para tomar a Keith de la cintura de manera rápida y besarlo.
Pidge los ayudó deshaciéndose de un par de robots que se acercaron demasiado a ellos.
—Uh, chicos, felicitaciones y todo eso pero... ¿Alguien sabe dónde terminaron los anillos? —preguntó Hunk una vez Lance y Keith se separaron para poder seguir con la pelea.
—¡Hunk, tu eras el encargado de los anillos! —chilló Lance.
—Amigo, lo siento, tuve que soltarlos cuando llegaron los Galras.
Lance soltó un quejido.
—Juro que si los perdiste...
—¡Mi vida estaba en riesgo, no puedes culparme por soltar los anillos! —chilló ahora Hunk.
—¡¿Pueden solamente concentrarse en la maldita pelea?! —gritó Pidge.

Un largo rato después, la pelea había terminado por fin. Sus enemigos habían sido derrotados. Y a pesar de que el lugar estaba medio dañado por la repentina invasión, Lance y Keith decidieron tener una ceremonia oficial de todos modos.
Hunk logró encontrar los anillos, y tanto Keith como Lance estaban más que agradecidos de poder decir sus votos sin necesidad de estar venciendo a centinelas Galra en el proceso.
Entonces ambos dijeron "acepto" de nuevo, con miradas cariñosas dirigidas hacia el otro y colocándose los anillos esta vez, besándose después con leves sonrisas en sus rostros mientras escuchaban los aplausos y gritos de sus compañeros de equipo.
Puede que hayan sido interrumpidos a media ceremonia y obligados a cumplir su deber como defensores del universo, pero de igual manera ese era un día realmente especial para ambos.

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