Las heridas del pasado.

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Los dos lo sabían. Sabían que eran peligrosos, que eran polos opuestos, pero igual no les importó. Juntos, eran explosivos. Como el mayor desfile de fuegos artificiales de toda la historia. Y esto, podría ser bueno aveces, ya que de alguna manera se complementaban, pero otras veces simplemente se repelian el uno al otro, y podían llegar a crear la más peligrosa explosión del mundo. Y eso, fue justamente lo que sucedió.
Así que decidieron olvidarlo, enterrar esos recuerdos agridulces y pretender que no se conocían cuando volvieron a encontrarse. Culparon todo en sus corazones, en su juventud, y en el otro. Pero en el fondo, ambos sabían que habían estado haciendo las cosas bien, pero por alguna u otra razón, todo se torció a mitad del camino y arruinaron lo que pudo ser un gran final, uno muy distinto al que tuvieron. Tenían la oportunidad de arreglar las cosas, pero eran muy tercos para aceptar la culpa en lugar de vivir con ella cada día.
Sin embargo, ninguno lo aceptó, ninguno dio el primer paso, ninguno se arrepintió. Pero si lo hubieran hecho, las cosas definitivamente serían diferentes.

—En serio, ¿no pueden llevarse bien por una sola vez en sus vidas? —suspiró Shiro con frustración después de ver a Keith y Lance arruinar otro de los ejercicios en equipo gracias a sus peleas.
—Es su culpa —reclamó Lance de inmediato, apuntando en dirección a Keith que se encontraba de brazos cruzados.
—¡Es tú culpa! —gruñó este, mirando a Lance de mala manera.
—Oh claro, todo siempre es mi culpa, ¿verdad, señor perfecto? —Lance se cruzó de brazos también.
—Generalmente sí, lo es.
—¿Oh, de verdad? Pues...
—¡Suficiente! —los cortó Allura, ambos se detuvieron de inmediato y se giraron a mirarla—. El resto del equipo y yo iremos a cenar, pero ustedes no saldrán de aquí hasta que resuelvan sus problemas y puedan trabajar en equipo. No los dejaremos salir ni aunque estén muriendo de hambre a menos que ya puedan llevarse bien, ¿entendido? —Allura no les dio tiempo a contestar puesto que salió de la habitación con los demás, seguidamente escuchando el ruido de Coran bloqueando la puerta para asegurarse de que no salieran de la habitación.
—Lo que faltaba —gruñó Keith mientras se sentaba.
—Perfecto —murmuró Lance con sarcasmo mientras se dejaba caer en su asiento, al otro lado de la habitación.

—¿Aún siguen sin hablarse? —Pidge asintió ante las palabras de Shiro mientras seguía mirando la pantalla frente a ella. Habían pasado al rededor de 3 vargas desde que habían dejado a los dos Paladines encerrados, y hasta ahora seguían quietos evitando hablar el uno con el otro o si quiera hacer contacto visual.
—Ya se rendirán en algún momento... —Hunk dio un bostezo—. Pero ahora, yo me largo a dormir.
—Pidge, ¿segura que quieres quedarte despierta a vigilarlos? —de nuevo, Pidge sólo asintió mientras observaba a los demás retirarse a sus respectivas habitaciones, dejándola sola en el puente.

Lance estaba de mal humor. Tenía sueño, y sólo quería estar en su cómoda cama, pero en lugar de eso estaba casi completamente a oscuras, encerrado en una habitación junto a Keith, mientras ambos acaparaban un espacio del sofá en un vano intento por querer dormir.
—Muy bien, estoy harto —rompió este el silencio por fin después de casi 5 vargas, incorporándose y mirando lo que supuso era Keith en la oscuridad.
Lance no recibió respuesta.
—Keith... —suspiró este. De nuevo nada—. Sé cuándo estás fingiendo dormir, te vi hacerlo muchas veces antes, ¿recuerdas? Así que déjate de eso y dame la cara de una vez.
Con un gruñido, Keith se incorporó también.
—¿Qué demonios quieres?
—Tú escuchaste a Allura. No saldremos de aquí hasta que no resolvamos esto, y honestamente quiero dormir en mi cama esta noche.
—No hay nada que resolver —murmuró Keith de mala gana.
—¿Lo ves? Ese siempre ha sido tu estúpido problema —Lance agitó las manos en el aire con exasperación—. Evades los problemas en lugar de hablar las cosas directamente.
—No tenemos nada que hablar, ya te lo dije —respondió Keith a la defensiva.
—Tenemos mucho de que hablar, y lo sabes.
Keith de nuevo no contestó, y se echó en su mismo lugar de espaldas a Lance, arrancando un suspiro de exasperación de este.
Entonces Lance tampoco dijo nada durante los siguientes minutos mientras esperaba y dejaba que las memorias inundaran su mente.
—... ¿Porqué no podemos simplemente ser cómo antes? —murmuró Lance. Keith se tensó de inmediato.
—Sabes lo que pasó.
—Lo sé tan bien cómo tú, y quiero arreglar las cosas, pero tu... —Lance se detuvo y respiró hondo antes de continuar—. Keith, lo he intentado. He intentado arreglarlo, de verdad. Pero tú eres el que me empuja antes de que logre acercarme de nuevo.
—¿Has intentado arreglarlo? —repitió Keith con sarcasmo—. Entonces explícame, ¿Porqué demonios comenzó nuestra supuesta rivalidad? ¿Quién lo inició todo, eh?
—¡Estaba enfadado! —reclamó Lance, alzando un poco la voz.
—Enfadado. Claro, el único con derecho a estar enfadado aquí soy yo —respondió Keith de la misma manera.
—¿Así que ahora vas a pretender que eres el único que sufrió con todo esto?
—Fue todo tú culpa, y lo sabes.
—¡Tú lo iniciaste todo!
—Claro que no, ¡fuiste tú, Lance!
—¿Vas a culparme de nuevo? En serio, ahora recuerdo porqué rompí contigo en primer lugar.
—¿Qué? ¡Yo fui el que te botó! —Lance apretó los labios antes de contestar.
—Muy bien, sí, lo hiciste. Me desechaste como un simple pedazo de basura.
—Porque eso es lo que eres.
—Si no cooperas jamás saldremos de aquí.
—¿¡Porqué es qué si acaso insistes tanto en que arreglemos esto!?
—¡Por que aún te amo, Keith! —gritó Lance. Seguido de esto ambos guardaron silencio.
Lance hizo una leve mueca antes de continuar.
—Aún lo hago. Y no entiendo cómo es que terminamos así, no te pido que regreses conmigo, no tenemos que... —Lance se detuvo de nuevo por un par de segundos—. Sólo te pido que volvamos a ser amigos, no importa lo que pasó en el pasado. Que volvamos a ser sólo tú y yo, ¿recuerdas? —Lance levantó un poco la manga de su chaqueta, revelando un pequeño tatuaje en forma de una plateada luna llena en el interior de su muñeca derecha.
Keith pasó saliva y acarició su muñeca distraídamente, donde se encontraba igualmente un pequeño tatuaje de un sol.
Guardó silencio un par de minutos más, procesando las palabras de Lance mientras pensaba sobre qué decir a continuación. Entonces alzó la mirada algo inseguro, a tiempo para ver a Lance mirando distraídamente su tatuaje con una expresión melancolíca. Keith pasó saliva.
—Muy bien. Arreglaremos las cosas. Y yo... —Keith dudó por un segundo y relamió sus labios— yo también te sigo amando.
Lance alzó la mirada con sorpresa.
—Pero —dijo Keith—. Honestamente, no quiero intentarlo de nuevo. Sabes que no sale nada bueno cuando estamos juntos, Lance. Por eso es que cortamos en primer lugar, nuestras peleas siempre eran más importantes y...
—Keith —interrumpió Lance, mientras ponía sus manos sobre las de el antes mencionado—. Lo sé. Demonios, lo sé. Yo inicié la mitad de esas estúpidas peleas, pero creo... Que merecemos una segunda oportunidad. Te conozco desde hace años, y sabes que nada me hizo más feliz que cuando comenzamos a salir, pero... —Lance dio un suspiro—. Los dos sabemos que no éramos lo suficientemente maduros para una relación. Eso fue lo que lo arruinó todo. Pero ahora... Creo que tenemos una oportunidad. Y sé qué acabo de decir, pero la verdad siempre he querido que volvamos a intentarlo. El destino no nos habría puesto juntos aquí de nuevo si no fuera así, ¿no crees? Pero... Si no estás listo, lo entiendo. Y aceptaré volver a ser sólo tu amigo si eso quieres.
Lance retiró lentamente sus manos de las de Keith.
—Lance —lo llamó este mientras lo tomaba de la manga de su chaqueta—. Yo... —Keith dio un suspiro—. Esto no es fácil para mi, y lo sabes. Y la verdad es, que seguimos peleando igual que siempre, pero creo que tienes razón. Éramos aún más inmaduros antes, nuestra relación pudo tener un buen final si sólo no hubiéramos apresurado las cosas, y creo que... Estoy dispuesto a intentarlo de nuevo. Pero esto puede no funcionar, y lo sabes.
Inevitablemente, una sonrisa se formó en los labios de Lance.
—Estoy dispuesto a tomar el riesgo. Pero esta vez iremos lento, ¿qué te parece eso? —Lance volvió a tomar delicadamente la mano de Keith. Este dio una muy leve sonrisa.
—... Eso me gustaría —ambos dieron una pequeña risa, y de pronto sin darse cuenta estaban enfrascados en una conversación llena de sus viejos recuerdos. De cuando se conocieron por primera vez cuando ambos tenían cerca de 10 años, de la vez a los 15 que se escaparon y consiguieron sus tatuajes, de cuando empezaron a salir, e incluso, de cuando se volvieron a encontrar.
Estaban tan concentrados en su conversación, que no notaron el momento en que Pidge había desbloqueado la puerta para dejarlos salir mientras esta caminaba a su habitación con una sonrisa satisfecha en el rostro.

Debo decir que me basé un poco en este video, aunque el video y el Shot sean totalmente diferentes XD

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