¿Que si Keith estaba enfadado? Claro que lo estaba, demasiado. ¿Pero Lance? Lance estaba furioso, como nunca antes había estado.
—Juro que voy a matarlo si le hace algo —murmuraba Lance mientras iba de un lado a otro en la habitación—. ¡Shiro, tenemos que ir ya!
—Lance, sé que no quieres que nada le suceda, y lo entiendo, pero en esta situación es muy peligroso si sólo vamos sin un plan en específico —contestó este.
—Shiro, juro que si no vamos por ella en este instante voy a tomar mi maldito león e iré yo.
—¿Crees que te dejaré ir sólo? —interrumpió Keith— ni hablar, iremos los dos y le patearemos el trasero a todos los que estén en esa estúpida nave.
—Nadie va a ir a ningún lado, les digo que necesitamos un plan.
Lance gruñó.
—Shiro, mi hija de 7 años está secuestrada en alguna nave Galra y ¿quieres que me siente a esperar a que la maten o la torturen?
—Lance, sabes que eso no es lo que quería...
—Me largo a rescatar a Karoline, y no me importa su estúpido plan. Si le hacen algo a mi hija mientras yo estoy aquí sentado esperando a que piensen en una estrategia entonces jamás me lo perdonaría. Vamos Keith, tenemos que rescatar a nuestra hija.
Keith asintió y antes de que pudieran salir de la habitación Shiro los detuvo.
—¡Suficiente! Ya les dije que necesitamos un plan. Lotor ya está...
—Escuchaste lo que dijeron, Shiro. "Si meten al emperador en esto, la niña lo paga", no pienso arriesgar la vida de mi hija por que Lotor quiera meterse en esto —gruñó Keith.
—Karoline es nuestra hija, tenemos derecho a decidir que debemos hacer, y yo digo que Keith y yo nos largamos a la nave de esos estúpidos Galras reveldes para patear sus malditos traseros y traer a Karoline de regreso.
—Si ustedes van, yo iré también —interrumpió Pidge, dando un paso al frente—. Karoline no sólo es importante para ustedes.
—Estoy con Pidge —Hunk igual dio un paso adelante—. Yo también quiero ayudar a recuperar a esa pequeña come galletas.
Shiro suspiró pesadamente.
—... Todos a sus leones, vamos —Pidge y Hunk soltaron un sonido de victoria ante la orden de su líder, mientras que Keith y Lance ya estaban corriendo para llegar al hangar.
Una vez todos estuvieron en sus leones salieron de el castillo, Shiro intercambiando alguna clase de estrategia con Allura. Lance escuchó sólo algunas cosas, cómo que Koran y Allura les darían refuerzo desde el castillo y que no formarían a Voltron hasta haber recuperado a Karoline de la nave. Eso era todo lo que necesitaba saber.
Divisaron la nave Galra a lo lejos. Al final, no habían ni avisado a Lotor de lo sucedido. Desde la muerte de Zarkon, el imperio Galra se dividió cuando Lotor tomó el poder. La gran mayoría lo siguieron, pero igual hubo muchos Galras que se negaron a seguir los ideales de paz de Lotor y se revelaron en contra de su emperador.
Con el paso de los años, los números de reveldes disminuían considerablemente, ahora sólo quedaban unos cuantos, pero esos mismos reveldes habían secuestrado a Karoline. A Karoline, la dulce niña de cabellos negros y ojos azules, que hablaba con fluidez Alteano, Inglés y Español, y que era todo para sus padres y para todos dentro de el castillo de los leones.
Era algo irónico pensar que antes ellos eran los reveldes, peleando contra el imperio Galra en vez de trabar junto a él como actualmente lo hacían.
Lance escuchó el lejano sonido de otras cuantas naves llegando. No era más que una pequeña flota, podían con ella sin tener que formar a Voltron. Lance iba a infiltrarse para encontrar a Karoline mientras Hunk cubría su león y los demás distraían a las demás naves.
Algo era seguro, Karoline se encontraba en la nave más grande. El problema sería encontrarla.
Lance logró infiltrarse en la nave sin problemas, su Bayard preparado y listo para atacar sin piedad a cualquiera que se atreviera a ponerse en su camino. Recorrió un largo pasillo, encontrando un Galra, cuando los Galras que se opusieron dejaron el imperio tuvieron que conseguir sus propias naves y tecnología, así que ya no había más centinelas robots en esas naves.
Lance no se lo pensó dos veces antes de arremeter contra el Galra, derribándolo sin mucho esfuerzo y apuntándole con su Bayard.
—¿Dónde está mi hija? —escupió con rabia, apuntando directamente a la cabeza del Galra. Este río y lo miró con expresión burlona.
—Justo a tiempo, acabamos de asesinarla. Íbamos a tirar su cuerpo al espacio justo ahora —Lance sintió sus manos comenzando a temblar. Soltó un gran suspiro y miró al Galra de manera asesina.
—No es cierto.
—Lo es, paladín —escupió la palabra con sorna—. No pudiste salvarla, lo siento.
Por su tono de voz, claramente no lo sentía.
Lance sintió una ola de ira inundarlo. Le disparó al Galra sin pensarlo, no molestandose en ver a donde apuntaba su arma ahora y satisfaciéndose de el grito que resonó por el pasillo. Lance siguió su camino casi de forma automática.
Una sola frase repitiéndose en su cabeza una y otra vez: No está muerta, no está muerta, no está muerta...
La voz de Keith resonó en la radio de su casco.
—¿¡La encontraste ya!?
—Aún no. Me encontré con un Galra por el pasillo, dijo que... —Lance hizo una pausa— dijo que llegamos muy tarde.
Un silencio inundó la radio por un segundo.
—Lance, encuéntrala. No importa que, encuentra a Karoline.
—En eso estoy —después de eso, no hubo ninguna respuesta de Keith. Lance tampoco dijo nada.
Lance recorrió otros 3 pasillos, derribando a todos los Galras que intentaban ponerse en su camino. Finalmente, Lance encontró un lugar parecido a una celda.
Sintió su corazón detenerse de golpe mientras se acercaba corriendo a abrir la puerta de la celda, claramente no pudo. Sólo un Galra podía abrirla. Maldijo por lo bajo mientras pensaba en regresar por alguno de los Galras que había dejado noqueados en el pasillo.
—Al diablo... —no tenía tiempo que perder, le disparó al pequeño aparato que mantenía la puerta cerrada. Este se deshizo en mil pedazos y la puerta se abrió lentamente.
Lance sintió su corazón volver a detenerse mientras veía la celda. Vacía, no había nada. Lance estaba a punto de correr a registrar todo el resto de la estúpida nave cuando lo escuchó. Un sollozo.
Se dio la vuelta de golpe, buscando la fuente de el sonido, encontrando un pequeño bulto tembloroso en un rincón oscuro de la celda.
Lance se apresuró a acercarse, casi tropezando en el proceso. Alcanzó el pequeño bulto y tocó su hombro. La pequeña respingó y se quedó quieta, sus sollozos ahogados en su garganta.
—Karoline... —la voz de Lance salió temblorosa, apenas siendo un murmullo.
La niña se dio la vuelta de inmediato, sus hombros relajándose y su mirada llorosa y algo opaca fija en Lance.
Lance sintió su corazón romperse y arreglarse a la misma vez.
—Papi... —Lance la abrazó de inmediato, Karoline correspondiendo con sus pequeños brazos.
Lance se separó y la miró de arriba a bajo, asegurándose de que Karoline estuviera bien. Su cabello estaba revuelto, su tez pálida, sus ojos rojos y llorosos, a la vez que algo opacos.
—Tenemos que irnos, vamos, papi te sacará de aquí —Lance la ayudó a levantarse.
Algo parecido al vértigo se apoderó de él al ver el roto vestido morado de Karoline. Tenía manchas de sangre.
—Estás herida —Lance no pudo despegar sus ojos de las manchas que adornaban de manera tétrica la falda de su tan antes lindo vestido—. ¿Quién te hizo eso? —su voz sonó más dura de lo que Lance pretendía, pero la rabia ya estaba apoderándose de él de nuevo.
—Papi... —la voz de Karoline salió como un sollozo de nuevo, avivando un poco la ira de Lance. Nadie hacía llorar a su hija—. Quiero irme a casa...
Lance asintió y tomó a Karoline en sus brazos de nuevo, una alarma sonando en su cabeza al notar que era algo más ligera que antes. Lance salió corriendo de la celda y regresó por los mismos pasillos que antes.
Se detuvo de pronto, Karoline temblando entre sus brazos y aferrada a él mientras Lance se daba cuenta de algo, su sangre deteniendo su recorrido por su cuerpo en un segundo. Los Galras que había derribado. Todos habían desaparecido.
Lance sintió sus piernas moverse por sí solas de regreso a su león mientras escuchaba la radio en su casco activarse de nuevo, no notando cuando perdió la comunicación con los demás.
—¿¡Lance!? ¡Lance, contesta!
—Estoy aquí, Keith —respondió.
—Tienes que salir de ahí —dijo ahora Pidge—, era una trampa. La nave va a explotar.
Lance corrió aún más rápido, su cerebro y oídos no concentrándose en las demás palabras que siguieron a eso. Alcanzó su león y entró, sentándose en su silla con Karoline agazapada en su regazo y despegó, segundos después la nave explotó. La explosión alcanzó al león azul por centímetros, mandando el león a volar lejos, Lance logró estabilizarlo justo a tiempo.
Lance vio la imagen de Keith aparecer en una parte de la pantalla de su león, la desesperación clara en su rostro.
—¿¡Y Karoline!?
—Está bien... —Lance acarició la cabeza de Karoline, la cual seguía pegada a él.
El rostro de Keith se relajó de pronto, y este soltó un gran suspiro de alivio.
Los leones regresaron de inmediato al castillo. Al parecer, Allura sí que había informado a Lotor, y este estaba llegando, listo para arrestar a los Galras traidores del nuevo imperio de paz.
Lance salió de su león con Karoline en brazos, sólo para ser recibido por Keith, corriendo en su dirección y abrazando a Karoline, la cual se aferró a él de inmediato.
—Papá —murmuró Karoline, su rostro oculto en el cuello de Keith.
—Está bien, Karoline. Ya estás en casa —Keith la apretó un poco entre sus brazos mientras los demás se reunían para darle a Karoline la bienvenida.
Lance abrazó a Keith y a Karoline mientras soltaba un leve suspiro, agradecido de que su familia estuviera completa de nuevo.Karoline es la hija Klance en uno de mis roles :'v y se vienen más One Shots de ella y sus hermanos
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One Shots Klance
RomanceUna vez que tenían una maldición, otra donde vieron a sus futuros hijos, otra donde eran criaturas mitológicas, y otras con diferentes mundos alternos. Pero en todas, se enamoraron.