Los asientos en el tren son de a cuatro y están enfrentados. Delante mío está Margo, a su lado Bridget, a mi lado derecho Mei y en el izquierdo la ventana. Estamos a una hora de llegar a Verona, hablamos de nuestros países, de lo que pensamos con respecto al tiempo que vamos a compartir, pero me mantuve un poco alejada de la conversación, porque estoy tratando de comunicarme con mis amigas y familia.
Al prender mi teléfono, tengo diez llamadas de Cel, cinco de Erick, doce llamadas de Cat, cuatro de mi madre, una de un número desconocido, una de Jess, tres de Tiffany y dos de Emily. Los mensajes me dejan bizca tratando de leerlos, pero voy a un chat particular.
La llamo, y luego de varios tonos, atiende.
"-¡Hola!, ¿cómo estás?, ¿llegaste bien?, ¿te sientes cómoda?, te extrañamos.-"La imagen de mi madre se ve algo pixeleada dentro de la pantalla, y sonrío.
"-Si, estoy bien. Aún no llegamos, pero nos quedan algunos minutos. ¿Cómo están ustedes?.-" Junto a mi madre se suma la imagen de Agness, luego la de Jess, y luego la de mi padre.
Todos me saludan, y les mando un millón de besos. Les presento a las chicas, que simpáticamente los saludan, y terminamos hablando de algunas cosas, me dijeron que la prima de Cel está a segundos de llegar a mi casa. Les doy consejos, les digo que no sean ansiosos para no hacerla sentir incómoda, y luego de miles de saludos más, mi madre corta la llamada.
-Wow, qué intensa es tu familia.-Dice Margo con una sonrisa surcando su rostro.
-Lo sé.-Respondo entre risas.
Terminamos hablando de mi familia, les mostré fotos, y todas me molestaron con mis hermanos. El resto del camino me dediqué a escuchar música, hablar con mis amigas hasta quedar sin batería, y mirar el paisaje.
Íbamos rápido, pero los edificios y los lagos cristalinos podían deleitarse como si viviésemos en cámara lenta. Si miraba por detrás del hombro de Margo, podía ver a Tomm y a Andrei. También escuchan música, pero Tomm no está mirando el paisaje. Sino más bien a mi. Cuando su mirada choca con la mía, trato de quitarla, pero es imposible. Tiene una belleza notable y llamativa, pero no es mi tipo, y menos con su carácter de pocos amigos.
En la primera estación bajaron Margo junto a Andrei, y luego de unos pocos minutos bajamos el resto. Verona es hermosa. Y más iluminada por el sol naciente. Los rayos de luz tratan de penetrar los edificios que rodean una plaza, saco una cantidad de fotos bestial, y dejo colgada mi cámara sobre mi cuello. Parezco una turista que viene del campo y nunca ha visto una infraestructura.
El resto de los chicos está igual, menos Tomm, claro. No tiene otra mirada que no sea despectiva. No me gusta juzgar a la gente de mala manera, pero él parece ser un centro de atención que quiere ser criticado como un famoso. Para mi sorpresa, me descubre observándolo, y me sonríe. Pero no simpáticamente. Esa sonrisa es todo menos alegre, y sé lo que insinúa. Volteo los ojos, y sigo a los coordinadores. La casa en la que yo me hospedaré queda a unos cortos minutos de aquí. Si hace poco sentía nervios, ahora son descomunales y tengo ganas de salir corriendo.
Para mi desgracia el camino es demasiado corto, el auto que me lleva va por un camino de tierra rodeado por pocos árboles y edificios hermosos. Me despedí del resto de los chicos, aunque nos veremos a la noche para la fiesta de bienvenida.
Si creí que ya había visto lugares hermosos, estaba equivocada. Cuando el auto estaciona, una casa enorme se alza sobre mis pies. ¿Cómo es posible que aquí vivan cuatro personas?. Tienen un patio donde caben tres veces toda mi casa entera, es una villa típica de Italia. Pero no digo típico como algo despectivo, porque es el edificio más lindo que he visto hasta ahora. Tiene millones de ventanas y un porche lleno de enredaderas que surcan las paredes hasta llegar al balcón.