Capítulo 15

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- Estas loca si planeas que camine medio kilómetro bajo la lluvia - Se quejó "doña especial" cuando vio que aún llovía ligeramente.

- ¿Quieres dejar de ser tan dramática? - Respondí - Ni que fuera una tormenta -

Ella se quedó bajo el techo, pensando en si debía exponer su delicada piel a unas cuantas gotas de agua.

- ¡Vamos! - La apresuré, pero no se movió.

Rodé los ojos y me quité el suéter que había conseguido en vestuario, iba a entregárselo amablemente cuando recapacité en que aquello era un acto considerado "romántico".

Así que lo lancé a su cara.

- Andando - Me puse en marcha y escuché sus pasos detrás.

Caminamos en silencio una al lado de la otra y, para ser sincera, era un silencio que no me incomodaba.

En general el silencio nunca me incomodaba, pero ese era distinto. Lo estaba disfrutando más de lo usual.

Pensar en que ella estaba caminando conmigo bajo la lluvia y no besando a Beck en su auto me hacía suspirar de alivio.

No me habría dado cuenta que lo hice literalmente de no ser porque ella volteó a mirarme.

- ¿Qué? - Pregunté cuando sentí su mirada.

- ¿Qué fue eso? - Cuestionó.

- ¿Qué cosa? - Fingí demencia.

- Eso - Insistió señalando mis labios.

- ¿Eso? ¿El payaso? - Rodó los ojos. - ¿Quieres flotar? - Pregunté fingiendo mi tono diabólico.

- No empieces... - Se quejó.

- ¿Entonces qué? - Pregunté.

- Suspiraste - Dijo - Y no como cuando el odio te carcome por dentro... Fue más un suspiro de satisfacción -

Traté  de ignorarla hasta que olvidara el tema, pero luego de unos minutos de nuevo en silencio volví a mirarla sutilmente. 

Su cabello estaba ligeramente mojado y aun así no se desacomodaba. Una fina capa de agua cubría sus mejillas.

Era adorable.

Volví a suspirar sin pensarlo.

- ¡Ahí está de nuevo! - Me señaló.

- Estas loca - Rodé los ojos.

- ¡Suspiraste! -

- Si... Es una reacción fisiológica normal de un ser humano - Desvié la mirada.

- Motivada por un sentimiento - Argumentó ella.

- Eres un poco menos irritante cuando no hablas -

Sonrió triunfante y se mantuvo en silencio de nuevo. Al poco tiempo me invadían las dudas de saber en qué pensaba ella.

"Yo tenía razón"

Volvió a sonar su voz en mi cabeza. Y la duda comenzó a perforar mi razón.

- Oye... - Dije al tiempo que la miré para preguntarle de una buena vez, pero algo llamó mi atención - ¿Qué hacías? -

- Nada - Respondió de inmediato metiendo las manos en los bolsillos del suéter.

- ¿Estabas...? -

- No - Negó rápidamente.

- Estabas oliendo mi suéter - Entrecerré los ojos. Ella titubeó por unos segundos con nerviosismo.

La cita - JoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora