Capítulo 37

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¿Cómo se puede arruinar una relación en aproximadamente un mes y dos semanas?

Yo les diré cómo, la fórmula es muy sencilla. A una personalidad explosiva como la mía agréguenle muchos detonantes; exámenes finales, proyectos, tareas, la producción y dirección de un largometraje, problemas con dicha producción, un equipo por debajo de mis expectativas, pocas horas de sueño y una novia exigente.

Lo peor es que Tori ni siquiera era más exigente de lo que debía. Yo no estaba cumpliendo con lo mínimo y eso terminó por detonar la explosión de nuestras vidas.

- ¿Acabas de despertar? – Preguntó Tori al otro lado del teléfono, su tono molesto se dejaba notar con claridad.

- Mas o menos – Dije sosteniendo mi celular contra mi hombro mientras intentaba ponerme mis pantalones de forma correcta y apresurada. - ¿Dónde estás? Te alcanzo y... -

- Mejor olvídalo ¿sí? - Dijo ella con mortificación y un largo suspiro siguió a la frase.

- Tori no... De verdad quiero acompañarte sólo que... - Intenté discutirlo mientras buscaba las llaves del auto.

¿¡Dónde maldita sea están!?

- Si, si... No pudiste levantarte a tiempo... Ya me sé esa historia –

Dios... Esta chica. Su tono de decepción hace que me sienta como si hubiera pisado la pata de un perrito.

- Tori... Sólo tengo que encontrar las llaves de mi auto, estaré ahí en menos de media hora – Continuaba revolteando como loca la habitación.

¡Ya se! ¡En mi chaqueta!

¿¡Y dónde diablos está!?

Carajo Jade... Por qué eres tan desordenada.

- Tenías que estar aquí hace cuarenta minutos Jade... - Suspiró – 40 minutos... - Dijo entre dientes.

Okay... Está muy molesta.

- ¡Ya sé! ¡Ya lo sé! – Comencé a perder la paciencia por no encontrar las jodidas llaves - ¡Me bañé con la maldita agua congelada que salía de la estúpida ducha con tal de no perder más tiempo! ¿Puedes darme un poco de crédito por favor? – Escuché una risa amarga del otro lado.

- Crédito... Por llegar 40 minutos tarde igual que las últimas 15 veces... -

- Dios Tori... Podemos pelear cuando nos veamos, que te pongas así no me está ayudando a concentrarme -

Justo en ese momento encontré la chaqueta debajo de un montón de ropa que no estaba muy segura si estaba limpia o no, pero... ¡Bingo!

Sólo hasta entonces... Me volví a la cuenta de que Tori llevaba varios segundos sin darme respuesta y que prácticamente mi diálogo anterior había sido de lo más idiota.

- Hey... Las encontré, Tori, tengo las llaves solo... Sólo espérame ¿Si? – Trate de arreglarlo.

- Estoy cansada de esperarte – Dijo con un tono profundo.

- Yo sé, lo siento pero... ¿Tori? – Miré la pantalla de mi teléfono para darme cuenta que ya no había ninguna llamada en curso.

Solté un grito de frustración y las ganas de lanzar mi teléfono no faltaron. Era la pelea 285 en la semana.

Me quedé un segundo con mi frente recargada sobre la puerta del apartamento. ¿Se supone que aún debía ir a buscarla?

Si iba a buscarla, ella continuaría enfadada, posiblemente estaría el resto de la mañana lanzándome miradas de odio y comentarios hostiles. Y si no iba a buscarla, entonces eso se prolongaría por el resto de la semana.

La cita - JoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora