Capítuo 11

13.9K 1.1K 296
                                        

Dos días.

Dos días pasó la ojiazul desparecida. No llegaba a clases y  mucho menos a los ensayos de la obra. 

Estoy segura que Sikowitz estaba a punto de enloquecer y arrancarse el poco cabello que le quedaba. 

Y no podría culparlo, yo estaba en la misma circunstancia. 

No contestaba mis llamadas, ni mis mensajes. Algunos de mis amigos habían ido a su casa, incluyendo a Beck y tampoco lograron nada. 

No sabía qué estaba pasando, pero estaba dispuesta a averiguarlo. Me había mantenido al margen, pero ya había sido suficiente.

Me estaba volviendo loca la idea de ser la última persona que la vio. Sobretodo por las circunstancias en las que estábamos. Tenía un presentimiento raro respecto a todo aquello y simplemente no podía estar en paz sin saber absolutamente nada de ella. 

- Hola, chica bonita - Sentí unas manos sujetando con algo de timidez mi cintura. 

La desaparición de Jade no era el único problema que tenía que resolver. 

- Beck... - Dije, liberándome sutilmente de su contacto, mientras mantenía mi atención puesta en la combinación de mi casillero. 

- Ese soy yo - Sonrió, recargándose en el locker vecino - ¿Tienes planes para esta tarde? - preguntó con decisión. 

- Eh... - No lo había mirado en todo el rato y no tenía ganas de hacerlo, así que me concentraba aún en los libros que introducía al casillero. 

- Podríamos... Podríamos ir a comer algo, o tal vez a ver una película... Ya sabes, lo que tú quieras - Se apresuró a decir, la seguridad con la que había comenzado parecía desvanecida. 

- Yo... Lo siento, Beck - Lo miré por fin - Tengo... Algunas cosas que hacer - Observé su mirada apagarse. 

No era tan fácil de leer como la de Jade. En ella, sus ojos cambiaban de tono en una forma muy sutil con cada emoción y era realmente lindo de ver. 

Debatí internamente si debía decirle a Beck lo que planeaba, por alguna razón me sentía incómoda hablando de Jade frente a él. 

- Yo... Pensaba ir a buscar a Jade - Su mirada cambió a confusión, no era tan difícil de adivinar cuando sus cejas se juntaban. 

- ¿A Jade? - Asentí - ¿Para qué? - 

Me asombraba la indiferencia con la que hablaba de la chica que alguna vez fue su novia; su desinterés era tan evidente que rozaba el olvido.

Yo me preguntaba como simplemente podía olvidar a alguien como Jade. 

- ¿Para qué? - Cerré la puerta del locker - ¿Cómo "Para qué"? - Pregunté casi con molestia - Es nuestra amiga... Tu ex novia... ¿A caso a nadie le importa que no sepamos nada de ella desde hace dos días? - 

- Tori... Fui a buscarla ayer ¿Recuerdas? - Se acercó poniendo sus manos sobre mis hombros - Ella no quiere vernos, es a ella a quien no le importa que nos preocupemos, así que... - Alzó los hombros despreocupado.  

- Bueno... Tengo que intentarlo - Respondí liberándome, una vez más, de su contacto. - Está decidido - 

- Vaya, una decisión - Escuché directo en mi oído por lo que di un pequeño salto - ¿Qué decidiste? ¿Que vas a aceptar a este farsante como novio? - Me giré para ver a Rex siendo el causante del reciente susto. 

- No seas entrometido... - Me acerqué a su pequeña cara con expresión desafiante. 

- Yo solo digo que una nena como tú debe estar con un muñeco de verdad, no con un payaso de cabello increíblemente sedoso y manejable, no se puede confiar en ese tipo de sujetos -

La cita - JoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora