Smile for me [J.H] - EN EDICIÓN -

¬Capitulo 12¬

Tu perspectiva/Hoseok

Fue realmente agotador llegar a casa junto a mi hermano, después de retrasarnos por unos minutos para ir a tomar el autobús. Pero la verdad, tanto Sami como yo estábamos felices.

- ¿Ahora Hyung vendrá seguido a vernos? - asenti - ¿y me dará dulces, chocolates y cupcakes?

- No, claro que no - dije tomando a Sami de los cachetes - Te estás poniendo regordete, por tanta azucar.

- Pero Noona - Samuel se sacudió como un malcriado - Quiero dulces.

- No, no mas dulces para ti - abrí la puerta de la casa y lo hice entrar - Quítate la chaqueta y lavate las manos para ir a cenar.

- Si, Noona - Samuel subió las escaleras rápidamente mientras yo colgaba nuestras cosas junto a la puerta y me iba a la cocina.

- Llegan tarde, ¿Dónde estaban? - di un suspiró al ver al bastardo de mi madre sentado en la mesa tomando cerveza, mientras que ella cocinaba - ____ te hice una pregunta.

- En la escuela, ¿Qué no sabes que salimos tarde los lunes? - me crucé de brazos - Ah claro que no, nunca estás en casa y te importa una mierda nuestra vida escolar.

- Cuida ésa boca conmigo, señorita - mi madre me dio un leve golpe con la cuchara de palo - Y siéntate, para comer.

- ¿Qué? ¿Acaso ahora vamos a jugar a la familia felíz? - mi madre me miro seriamente - ¿Y serás la madre del año para ganarte un oscar?

Mi madre se quedo en silencio, de seguro contando hasta 10 para no agarrarme a golpes.

- Mamá, Mamá, Mamá - por suerte Sami, llego a interrumpir el momento de tensión - Saqué un sobresaliente, mira.

- Que bueno hijo, al menos tú si eres bueno en algo - me trague mis palabras, solo porque Sami estaba presente.

- Déjame ver - mi madre le tendió la prueba a su novio, quién la analizó con detenimiento - Vaya... Un 9.5... ¿Me puedes explicar porque te sacaste esta nota y no un 10?

Mi hermano dejo de sonreír al ver la cara sería de ese idiota ebrio y se puso a jugar con sus dedos nerviosamente.

- Pues yo... Yo, no leí... - Sami me observo con aquella mirada plagada de miedo en su rostro y quién no lo tendría a su edad - No lei bien el problema.

- No es para tanto amor, saco un sobresaliente - dijo mi madre, mientras acomodaba los platos sobre la mesa - Sientense a comer.

- No - mi hermano se aferró a mi cintura, tras el golpe que dio ese bastardo en la mesa - ¡Los dos se van a ir a la cama sin cenar! Uno por estupido y el otro por grosero.

- Tú no eres nuestro padre. No puedes decirnos que hacer y tampoco puedes insultar a mi hermano - el bastardo se puso de pié y me tomó por el brazo, bruscamente para separarme de Sami - ¡No te atrevas a lastimar a mi hermano!

- ¡Noona! ¡Me duele! - mi madre se quedo congelada sin hacer nada, mientras el bastardo de su novio nos empujaba hasta la puerta y mls echaba a la calle.

- ¡Dormiran en la calle esta noche! - nos tiro las mochilas y las chaquetas al suelo - A ver si así aprenden a comportarse en casa.

Solté un gruñido y tomé una de las piedras que siempre estaban fuera de nuestra casa para tirarla contra la ventana.

- ¡¡Vas a pagar por esto, imbécil!! ¡¡Te lo juro!! - Sami, se abrazó a mi cintura para intentar calmarme - ¡Te voy a matar!