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Catch Me #8 [Hyungkyun]

Hyung Won era incapaz de disimular su molestia. Estaba tan ensimismado en su enfado que ni se estaba percatando de cómo Chang Kyun estaba arrancando pedazos de su algodón de azúcar para comérselos, a pesar de haberse acabado ya el suyo él solito sin ayuda de nadie.

El mayor estaba odiando estar allí. Con todo su ser.

Habían acudido a la feria que habían organizado cerca de donde vivían para pasearse, comer algodón de azúcar y manzanas caramelizadas, subirse a atracciones y entretenerse participando en algunos juegos. Sin embargo, a aquellas alturas, apenas una hora después de haber llegado, Hyung Won estaba de morros y lo único que quería era volver a casa.

-Hyungwonie, ya te lo dije, no necesitas conseguirme ese peluche. Da igual.

Pero el aludido paró en seco, obligando a Chang Kyun a, algo confundido, hacer lo mismo.

-No se trata de eso -dijo, mientras se giraba para mirarle-. Esa mujer me ha timado, Kkukkungie, me ha timado. ¿Cómo es posible que me haya gastado más de cincuenta dólares en ese maldito juego y no haya conseguido más que un llavero? ¡Un maldito llavero, joder! Necesitaba ese peluche, lo necesitaba para ti. Tú lo querías.

-Era gigante y adorable, por supuesto que lo quería -contestó el menor con un puchero en los labios-, pero te repetí durante diez minutos que nos fuésemos de allí y tú seguías insistiendo en pedirle fichas a la señora. Si tanta ilusión te hace regalármelo, compra uno y ya está.

El menor estaba mirando a Hyung Won con tal cara de preocupación que éste terminó por sentirse estúpido.

Tras haberse quedado un momento en silencio, el mayor había acabado por suspirar, para luego darse la vuelta y alejarse un par de pasos nada más, lo suficiente como para separarse de su acompañante, mientras éste le miraba tratando de comprender qué pasaba por su cabeza.

En momentos como aquel, Hyung Won era un misterio para él.

-No lo entiendes -murmuró, antes de darse la vuelta tras haberse quedado mirando por segundos muy largos a la nada.

Se le acercó e hizo el ademán de apretarle las mejillas. No obstante, cuando apenas estuvo a centímetros de lograrlo, se arrepintió y, tras chasquear la lengua, terminó por posar las manos sobre sus hombros.

-¿Qué no entiendo, Hyung Won? Sé que eres tú normalmente el que no entiende las cosas que hago, pero esta vez el que está confundido soy yo. Solo es un peluche...

-Es que no es por el peluche. Es porque estamos aquí dando vueltas como si fuésemos amigos cuando no somos amigos, cuando querría poder cogerte de la mano y besarte como hacen Joo Heon y Min Hyuk sin que les importe lo que digan, hagan o piensen los demás. Conseguirte algo que quieras en un maldito juego es solo una forma de que esto parezca una cita de verdad.

Chang Kyun boqueó brevemente antes de sonreír como un bobo, dejando que sus profundos hoyuelos se dejasen ver.

-¡Hyunwonie! Estamos paseando por una feria a solas mientras compartimos algodón de azúcar, ¡esto es una cita de verdad!

-Nosotros no estamos compartiendo... -al mayor le hubiera gustado terminar la frase pero, tal y como sus ojos fueron a parar al dulce en cuestión, se dio cuenta que había la mitad que la última vez que le prestó atención.

Tras parpadear despacio, miró de nuevo a Chang Kyun y acabó riendo. Tan ensimismado había estado en su cabreo por lo de la dueña del puesto de los peluches que ni tan solo se había dado cuenta de que su novio había estado comiendo de allí tras haberse terminado el suyo.

-¿Por qué eres así, Changkyunie?

El aludido encogió los hombros.

-Soy un alma libre, qué decirte, mi querido Hyungwonie. Y ahora por favor disfrutemos de esta cita doble sin berrinches, te lo suplico -lloriqueó el menor.