«A veces, Changkyun rescataba sus CDs del último estante y los escuchaba antes de irse a la cama. Soñaba con él y sus hyungs en cientos de universos alternos.
Donde a veces eran felices, a veces no.
Donde en ocasiones se amaban, pero en otras se od...
Sin importar si se encontraba relativamente cerca o muy lejos, Hyung Won hacía tiempo que siempre terminaba quedándose embobado cuando Hyun Woo aparecía en su campo visual.
Especialmente cuando éste no estaba de frente. Entonces se preguntaba si habría un lugar más atractivo, más tentador y más cómodo para descansar la cabeza que no fuera la espalda de su hyung.
Se había vuelto un pensamiento recurrente últimamente, y una obsesión el acercarse disimuladamente para aprovechar cualquier excusa para recostar su cabeza en la nuca ajena.
Era en momentos como ese cuando odiaba ser tan alto.
Si se hubiera quedado en la altura de Chang Kyun, podría arrimarse a Hyun Woo y su cabeza terminaría sin esfuerzo entre los omoplatos de su hyung. Por desgracia para él, había acabado midiendo lo mismo que el mayor y solo le quedaba buscar excusas baratas y aprovechar las pocas ocasiones que se le presentaban para acomodarse allí.
Hyung Won lo odiaba. No era justo que la espalda de Hyun Woo fuera tan ancha, tan musculada. Tan... apetecible.
A veces se preguntaba por qué, sencillamente, no podría ser tan abierto como Min Hyuk, el que no tenía problema para manosear, abrazar y dar besos a los otros seis con toda la naturalidad del mundo, sin preocuparse de que resultase raro, sin comerse la cabeza con si pensarían algo extraño de él o le rechazarían.
Por qué no podía ser como Joo Heon, que no tenía ningún problema en andar siempre alrededor de Hyun Woo y agarrarse de él.
O por qué no podía ser Joo Heon, a secas. Su dongasaeng con el que Hyun Woo tenía especial predilección y el que siempre le acompañaba e iba con él a todas partes.
Hyung Won lo único que quería hacer era dormir sobre esa espalda durante horas y horas, despertar con sus brazos rodeando el vientre del mayor.
Por qué no podía Hyun Woo ser su cuchara pequeña al menos una vez.
Solo una vez. No pedía absolutamente nada más.
Sin embargo, seguía mirando en la distancia al mayor pasearse sin camiseta presumiendo de esos hombros anchos que había ganado haciendo natación durante años, suspirando porque su piel morena era demasiado atractiva y él demasiado cobarde como para olvidar sus inseguridades por un minuto para armarse de valor y decirle que le dejara compartir cama con él.
Sabiendo que Hyun Woo jamás le diría que no a ninguno de los seis.
Sin embargo, seguía siendo el mismo cobarde que solo fantaseaba con cosas que algún día se atrevería a decir en voz alta.
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Dadle un consejo a Hyung Won, por favor.
Ya sea a favor o en contra de su obsesión, es igual, pero dadle un consejo, lo necesita¿
