Addict #56.2

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(📢Esto es una segunda parte, procurad leer el #56.1 primero















Ese día la jornada laboral se le hizo más larga de lo habitual. Llevaba lloviendo todo el día y apenas había dormido. Resultaba agotador incluso tratar de mantener los párpados abiertos.

Joo Heon no quería nada distinto que llegar a casa y descansar un poco, no pedía nada más.

Metió la llave en la cerradura y, tras un bostezo, la giró y abrió la puerta. El apartamento estaba a una temperatura agradable a pesar de que todas las luces estaban apagadas y el suspiró con alivio por estar en casa por fin, mientras dejaba su abrigo en el perchero, se quitaba los zapatos y se adentraba en el salón para abandonar su maletín en el sofá. Tenía tan pocas ganas de hacer nada que siquiera se molestó en llevarlo al estudio.

Se quitó la corbata y la americana y las abandonó en el mismo sitio que el maletín, mientras se dirigía hasta su cuarto.

Había un enorme bulto bajo las sábanas de la cama hecha y Joo Heon no pudo evitar reírse por lo bajo.

Se subió al colchón y, nada más lo hizo, se escuchó un ronroneo proveniente de ese bulto, arrancándole una sonrisa.

-¿Cómo te has metido ahí sin deshacer la cama, Wonie?

El gato se sacudió bajo las sábanas, estirando su cuerpo mientras, aparentemente, buscaba salir de allí debajo. Cuando emitió un gruñido, el chico de los hoyuelos no supo hacer algo distinto que reírse enternecido. Joo Heon no sabía por qué sería, quizá por él aplastando gran parte de las sábanas, quizá porque Hyung Won seguía adormilado y estaba torpe después de haber estado tanto rato en esa posición, pero parecía que el felino estaba teniendo problemas para abandonar su obvio escondrijo. 

Las reacciones de Hyung Won siempre le resultaban graciosas e imprevisibles. 

Resultaba extraño y fascinante a partes iguales. 

Era tan dulce que, en apenas seis meses desde que le recogió de la calle, se volvió una de las cosas más importantes de su vida. Hubiera dado cualquier cosa por él, siquiera podía explicarse lo mucho que estaba llegando a quererle, lo mucho que le importaba o las ganas y ansias que tenía de protegerle de todo. 

Hyung Won volvió a quejarse mientras trataba de revolverse, causando que Joo Heon negara con la cabeza con una sonrisa práticamente tatuada en los labios. 

Al final, el chico de los hoyuelos se bajó de la cama pasando por encima de Hyung Won y deshizo la cama, descubriendo en el acto la cabeza del felino con ello. 

Los ojos grandes del muchacho parpadearon despacio al encontrarse al descubierto, moviendo la cabeza de un lado para otro tratando de ubicarse. Tenía todo el pelo alborotado y una expresión más que somnolienta en la cara. 

Hyung Won era como un huracán, algo que llevaba desordenando su vida por meses, que hacía que su corazón latiera más deprisa, que se saltara latidos de vez en cuando si a Hyung Won le daba por lucir como lucía en ese momento, tan pequeño e insignificante, tan frágil como ciertamente no era. Las uñas que ya le habían vuelto a crecer tras que las tuviera cortadas cuando le encontró, sus afilados dientes que podían hacerle sangrar solo con un mero roce accidental. Era un gato grande a pesar de su delgadez y de ser bastante más ligero de lo que aparentaba. Era su pequeño gatito a pesar de que, aunque no tenía forma de confirmar algo así, tenía la intuición de que, por edad, Hyung Won era algo mayor que él. 

Cuando finalmente Hyung Won se ubicó en el espacio y sus ojos aterrizaron en el chico humano, el felino deslizó sus brazos hasta los hombros de Joo Heon y pronto se bajó de la cama para subirse encima del regazo ajeno y empezó a lamerle la cara.

Random System » MONSTA X. OneshotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora