⚠ [SPECIAL: #1122KIHYUNDAY] Bobby Doll #38

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Tortura, violencia explícita, acoso sexual  





Tenía una sonrisa vacía adornándole los labios. Sentado en esa enorme mesa en la que estaba, rústica y lujosa que solo ocupaba él, comía con tranquilidad mientras jugaba con un cuchillo entre sus dedos. 

Masticó lentamente un pedazo de carne, lo tragó despacio y, después, de forma sorpresiva arrojó el cuchillo con el que se entretenía hacia adelante.

Rozó la mejilla del chico al que tenía sujeto y se incrustó en la pared, sacándole un gimoteo provocado por la angustia, por el susto, por la cercanía de la amenaza, al pobre muchacho.

Estaba con los brazos en alto, con éstos sujetos a una cadena que colgaba del techo y que le dejaba a él prácticamente suspendido en el aire, con solo los dedos de sus pies, de puntillas, rozando la superficie. Estaba completamente desnudo, con las mejillas llenas de lágrimas y el cuerpo temblándole entero.

En la pared que había detrás de él había dos cuchillos más clavados, ambos habían sido lanzados desde la mesa por ese chico de baja estatura y mejillas grandes que estaba disfrutando de torturarle de esa manera.

A Ki Hyun le gustaba lo dócil que era. Había cazado a un enorme conejo y estaba enteramente encandilado en la forma en que el otro respondía a las amenazas, a sus acciones que hacían peligrar la integridad de ese muchacho de piel pálida. 

Él sabía perfectamente lo que hacía, pero el otro muchacho no sabía hasta qué punto Ki Hyun tenía la buena puntería suficiente como para no herirle, mucho menos hasta cuándo duraría ese juego, hasta cuándo el que era más bajo que él se hartaría de solo aterrorizarle y pasaría a apuñalarle o algo todavía peor.

Pero Ki Hyun no tenía ni la más mínima intención de herirle. Ho Seok era demasiado hermoso como para que él se atreviera a hacerle daño. Solo verle las quemaduras que tenía en las caderas, esas que se había encargado de curar y cubrirlas de apósitos, ya se ponía enfermo. 

Esperaba que no le quedaran cicatrices porque sino se iba a enfadar mucho. Ya le irritaban los tres tatuajes que llevaba el chico, ya le irritaban esos agujeros o marcas de agujeros que tenía en las orejas y en el labio inferior. Era demasiado puro para estar marcado de alguna forma, Ki Hyun creía que esa inocencia no debía haberse mancillado de esa manera tan burda y, a sus ojos, tan antiestética. ¿Qué necesidad había de manchar o agujerear la piel de algo tan sumamente hermoso? Le parecía un insulto al arte, una aberración, una blasfemia. 

Lanzó otro cuchillo. El chico se sacudió de nuevo. Dos más y, al cuarto, el chico empezó a suplicarle en susurros que parara. A pedirle por favor que se detuviera, que dejara de torturarle de esa manera.

Ki Hyun había ampliado la sonrisa y se había reído, ocasionando que su presa gimoteara y llorara más. 

El más bajo sabía de sobras lo que debía estar pasando por la cabeza de ese muchacho. Y le encantaba porque el miedo que irradiaba era tan fuerte que podía palparlo con los dedos. Podía verlo en la forma en que sudaba y temblaba, en la forma en que sollozaba sin ser apenas capaz de respirar ya. 

Temblando como estaba, cerró los ojos y, apretando los párpados con fuerza, agachó la cabeza y continuó derramando lágrimas que se precipitaban hasta caer a sus pies.

Random System » MONSTA X. OneshotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora