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Oh! My Mistake #40

Lee Min Hyuk siempre fue el chico popular de la universidad, el típico chico guapísimo que además tenía una personalidad preciosa que enamoraba a todo lo que encontraba a su paso. Era difícil no hacerlo. Ese chico era una vitamina que brillaba más que el sol.

Sin embargo, debajo de esa bola de luz, el chico era un maldito desastre. Bajo de esa personalidad empalagosa y chillona que no dejaba indiferente a nadie y conquistaba a mujeres y hombres por igual, Min Hyuk era posiblemente una de las personas más inseguras con las que alguien pudiera encontrarse jamás. Se enamoraba rápido, se encariñaba deprisa, perdonaba siempre y nunca guardaba rencor. Sonaba sano, pero esa era solo la forma bonita de definir su personalidad dependiente.

Aquella mañana nada más acabar las clases, mientras todo el mundo se preparaba para ir a casa él corrió al piso de abajo a buscar la clase B del curso por encima al que él iba y, entrando a toda prisa sin preocuparse de toda la gente que intentaba salir, trató de atravesar la clase hasta el fondo de la misma.

No obstante, una vez logró llegar, se paró en seco y frunció el ceño a la vez que formaba un puchero porque con lo que se había encontrado no le había gustado ni un ápice.

Se cruzó de brazos y carraspeó, buscando llamar la atención de las dos personas que tenía en frente o, más bien, en concreto a la persona que se sentaba sobre las piernas del chico al que él había ido a ver, quizá a molestar.

Joo Heon, sin apartar los brazos del cuello de Ho Seok que rodeaba sin decoro alguno mientras se arrimaba a él lo más que podía, miró a Min Hyuk con una sonrisa traviesa.

Había ganado. Esa vez, él había ganado.

Aunque Min Hyuk no aceptaría la derrota tan fácilmente.

Se acercó con prisas y le dio un manotazo en la cara a Joo Heon como si fuera un niño pequeño y trató de apartarle de sobre el chico que le gustaba molestar y en un chasquido de dedos, los dos habían empezado a pelearse y a chillar como si fueran niños pequeños ante la mirada estupefacta de media clase y las risas escandalosas de Ho Seok.

Ese par de chicos menores llevaban desde el curso anterior peleándose por Ho Seok con frecuencia. Mayormente él solía huír de ellos porque le trataban como un juguete o como a un muñeco, porque le toqueteaban demasiado y les importaba muy poco que fuera mayor. Se seguían aprovechando de que él porque, a pesar de su contextura fuerte, seguía siendo un pobre niño dócil que no sabía decir que no. También, aunque fuera a negarlo incluso a punta de pistola, incluso aunque juraba que sentía alivio cuando tenía lejos a Min Hyuk, lo cierto era que se sentía mucho más seguro cuando estaba en brazos del chico con cara de cachorrillo. Con respecto a Joo Heon... ese muchacho con hoyuelos y cara de bebé era la mayor debilidad de Ho Seok de lejos. Cuando se juntaba con Min Hyuk se volvía insoportable y se aprovechaba muchísimo de él, pero Ho Seok no podía culparle cuando era él el que hasta que ese muchacho se hizo cercano a Min Hyuk le había estado molestando de ese modo. Porque Ho Seok adoraba abrazar a Joo Heon por la espalda y recargarse en su nuca porque el chico, a pesar de su cuerpo delgado, tenía los hombros anchos y él cabía en ellos perfectamente. Y aquel tipo de relación era mutua. Al menos hasta que Min Hyuk se metió entre ellos.

Era algo que el mediano ni había planeado ni hizo siendo consciente de que lo hacía. Había coincidido con Joo Heon en la cafetería de la universidad un día y, como la única mesa que tenía sillas libres era en la que el menor estaba sentado, él no había tenido problema en ir y sentarse frente a él ante la mirada de estupefacción de Joo Heon. Min Hyuk al darse cuenta de su expresión le había preguntado si, por casualidad, el asiento estaba ocupado y, al recibir una negativa de parte del menor, siguió comiendo como si nada.

Esa actitud tan extraña y amigable había despertado la curiosidad del menor, quien no tardó en interesarse por él. Al final, de alguna forma se habían hecho amigos. Amigos de una forma muy extraña, porque no fue raro que pronto Min Hyuk se portara con él con excesiva familiaridad y afecto físico que, aunque Joo Heon intentara disimular, le encantaba.