✳U N O✳

17.3K 1.8K 540
                                    

Algo peludo le provocaba un agradable cosquilleo en la nariz.

Taehyung sonrió entre sueños hasta que el cosquilleo pasó a convertirse en una desagradable picazón y finalmente las ganas de estornudar fueron inevitables. Abrió los ojos apesar de querer seguir durmiendo y agachó la mirada observando una peluda cola pegada a su cara.

—¿Tannie?– dijo con la voz ronca, restregando sus ojos e intentando apartar el sueño al tiempo que se incorporaba apoyando los codos sobre la cama.

El cachorro estaba muy cómodamente acurrucado sobre su pecho moviendo la cola sin mostrar señales de querer moverse. Taehyung desvió la mirada al espacio vacío en la cama y frunció el ceño.

Jungkook ya no estaba.

Raro, ya que era un agradable domingo y ese día su novio no solía despertar muy temprano por tratarse del único día libre que tenía a la semana. Agudizó el oído intentando escuchar movimiento en la casa pero no captaba nada salvo la bomba de agua del vecino.

Apartando finalmente a Yeontan, el peludo hijo que la pareja había decidido adoptar medio año atrás, Taehyung se levantó y caminó al baño. Se observó al espejo haciendo una mueca de inmediato ante su revoltoso cabello grisaceo que parecía más bien un nido de paja con las raíces castañas ya asomando cerca de dos centímetros. Debía teñirse nuevamente aunque no estaba seguro si regresar al gris o dejarse el color natural de su cabello.

Luego de lavar sus dientes y una ducha en agua fría finalmente salió vistiendo su siempre confiable pijama de X Force ya que no planeaba salir a ningún lugar. Caminó a la cocina y observó un par de tazas de té a medio servir en la barra. Al parecer Jungkook había salido apresuradamente de casa.

Yeontan llegó moviendo la cola y se contoneo cerca de su bolsa de alimento.

—Ya entendí– sonrió Taehyung y se apresuró a servir un poco de comida a su pequeño. —¿Dónde se metió tu padre?– hizo una mueca.

Regresó a la recamara en busca de su celular y al encenderlo se dio cuenta de que tenía llamadas y mensajes perdidos. Lo había dejado en silencio.

Tenía dos llamadas de su madre, cinco mensajes de Seokjin, siete de Hoseok, trece de Jimin, otros trece de Yoonji, cuarenta notificaciones de Facebook y quien sabe cuantas en Wattpad.

Pero nada de eso le importaba.

Borrando las notificaciones marcó el número que se sabía de memoría pero antes de siquiera presionar el botón verde su celular empezó a sonar en sus manos al ritmo de Momoland y «Baam, Baam».

—Maldición...– se quejó entre dientes observando el nombre que aparecía en la pantalla.

Su padre.

Sin muchas ganas decidió responder.

—¡Hola, pa!– saludó.

—Vaya, al fin respondes– dijo la voz al otro lado de la línea —hubo casi seis tonos antes de que contestáras, ¿qué hacías?–.

Su padre tan controlador y maníaco del orden cómo siempre. A Taehyung ya no le sorprendía.

—Acabo de despertar– respondió sin perder el tono ligero.

—¿Tan tarde?–.

Taehyung buscó la hora en su reloj de pared con forma de la guanteleta del infinito.

Apenas eran las 08:21 a.m pero decidió no contradecir a su padre ya que sabía lo temprano que solía despertar él.

—Bueno, es que no trabajo sino hasta más tarde– se excusó simplemente.

Good Manners ♠ KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora