Parte 29

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Jueves.

La alarma de mi nuevo celular sonó, indicándome que eran las 8:00am. Desde que habíamos regresado del torneo, mi estado de animo era nulo, tenia la muerte de Camille en mi cabeza las 20 horas del día, y no podría evitar preguntarme si seguiría viva de haber ido a visitarla.

Me sentía derrotada, y todavía necesitaba encontrar a Cameron, pero no podía contactarme con él porque no había asistido a clase de psicología aquella semana y no lo podia llamar, porque había tenido que comprar un nuevo móvil y obtener un nuevo numero, haciendo que mi lista de contactos se esfumara.

Faltaban tan solo dos semanas para las vacaciones, y tenía que prepararme para los exámenes finales, los cuales se realizarían en la ultima semana.

Al terminar de cursar, me dirigí directamente hacia la fraternidad de Cameron.

Permanecí en frente de la puerta antes de tocar, no tenia idea de lo que me esperaba y tenia miedo de arruinarlo todo.

Golpee con mis nudillos y esperé intranquila a que alguien contestara.

Noté como la cerradura se movía y la puerta comenzaba a abrirse para dejar a una Emily en shorts y sudadera en frente mío, noté como su humor cambiaba de alegre a molesto y la escuché gruñir con poca gracia.

–¿Qué quieres?

Sacudí la cabeza y puse los ojos en blanco, ahora yo me encontraba molesta.

–Necesito hablar con Cameron. –le respondí dura.

–Pues que mal, porque no se encuentra en este momento.

Me dijo mientras comenzaba a cerrar la puerta, pero antes de que lograra dejarme afuera, apoyé mi mano en la madera y la empujé logrando que se abra unos pocos centímetros.

–¿Dónde esta? –pregunté con poca paciencia.

–No lo sé, llámalo y descúbrelo sola, estoy ocupada con mi nuevo amigo. –me contestó para que luego se escucharan unos pasos resonar por el piso de madera, que la hicieron mirar por encima de su hombro.

No logré supe de quién se trataba porque la puerta cubría mi camino. Justo antes de rendirme, escuché una voz masculina que provenía del interior de la casa.

–Se ha ido al campo de football americano. –me guió Jeremy, que se encontraba sentado en el trozo de sillón visible entre el pequeño espacio que dejaba al descubierto Emily con la puerta.

–Gracias Jeremy.

Le agradecí para luego darme la vuelta y comenzar a caminar.

Escuché como Emily me llamaba perra mientras cerraba la puerta, y Jeremy le decía que cierre la boca.

No entendía cómo Cameron podía seguir viviendo allí sin volverse totalmente loco.

Caminé con mi mochila en la espalda hacia el inmenso campo, mi cabeza revivió aquella vez que habíamos pasado nuestro tiempo libre entre las clases, y luego navegó hasta la primera noche en la que nos conocimos.

Por fortuna, ese día estaba soleado, y no parecía sentir el frio.

Lo busqué con la mirada a lo lejos hasta que lo encontré, se encontraba al fondo, acostado en el césped con una pierna levemente recogida.

Me introduje en campo y comencé a caminar con tranquilidad, no tenia idea qué le diría, o como reaccionaría al verme, de lo único que estaba segura era que lo necesitaba, y sabia que él me necesitaba a mí.

Cenizas del Pasado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora