Parte 6

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 Se encontraba del otro lado de la calle, con una campera de cuero negro, botas marrón claro y sus gafas, las cuales le entonaban su nariz puntiaguda.

Cuando terminó de cerrar la puerta de la casa con llave se dirigió hacia un auto negro, que estaba estacionado a un lado. Se subió y lo arrancó, perdiéndose por la calle.

–Estaba convencida de que nos vería. –comenté sorprendida.

Nicole simuló secarse el sudor de la frente.

–¿Porque no querías que nos vea? Tarde o temprano le tendrás que escribir... –comentó Sara.

–Si, o se encontrarán por casualidad en algún lado, el campus no es muy grande para andar escondiéndose. –dijo Violet por arriba.

–Lo sé, tendré que hacer algo, con suerte lo que tenga para decirme no sea más que una tontería o una excusa para dejarme su numero y seguir en contacto –expliqué–... Pero hoy tengo otras cosas en la cabeza, quiero concentrarme en el primer día de clases. Además, tengo mi primera práctica.

Las tres me escuchaban atentas mientras caminábamos.

–Tienes razón, yo haría lo mismo... ¿A qué hora entrenas? Yo tengo mi clase de danza a las tres y media. —me respondió Nicole.

–Empieza a las 4 pero necesito ir un tiempo antes.

–¡Pues vayamos juntas entonces!

Me pidió emocionada mi nueva compañera de habitación.

–¡Perfecto!

Al llegar al edificio donde se encontraban las clases, disimuladamente me fijé entre los autos distribuidos por el estacionamiento si se encontraba el del morocho, pero no lo encontré estacionado por ningún lado. Había una fila de autos que continuaba a un costado del edificio, pero no lograba ver con claridad, así que me rendí.

Al entrar al establecimiento, cada una se fijó a cuál clase se debería dirigir, yo tenia filosofía en el salón número 10, que quedaba al final del pasillo.

Me despedí de las chicas y caminé hasta encontrar la sala.

Al entrar, me di cuenta que todavía no habían llegado los alumnos, solo unos cuantos jóvenes que parecían aterrados. De no ser mi primer día, yo también llegaría en punto.

Pasaron los minutos y la clase se fue llenando.

El profesor llegó, se presentó y comenzó a contar de qué se trataba la materia.

El resto de las clases transcurrieron de la misma forma.

A las tres y cuarto, ya nos encontrábamos junto con Nicole caminando hacia el estadio. Tardamos unos diez minutos en llegar, y cuando entramos notamos que un par de chicas se encontraban entrando en el salón de danza, Nicole me saludó apresuradamente y yo me limité a desearle suerte mientras se alejaba.

A los pocos minutos, un hombre robusto se acercó hacia donde me encontraba sentada, y se presentó. Se trataba de mi entrenador, me dio la bienvenida y me mostró el camino hasta nuestro vestuario.

Dentro estaba mi nuevo equipo, había un par de chicas que eran de primer año al igual que yo. Las cuatro permanecimos calladas, mientras veíamos como el resto de las jugadoras hablaban entretenidas.

Dentro de la pista hablé con una de las nuevas y con una jugadora que llevaba el número 17 en la camiseta, era muy simpática, su nombre era Carly y era su segundo año. Eso fue todo lo que me llegó a contar, ya que nos vimos interrumpidas por el entrenador indicándonos nos juntáramos.

Cenizas del Pasado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora