"-Solo será sexo, ¿de acuerdo? No pláticas, no afectividad, no cursilerías y nadie lo puede saber.
-Está bien. Estoy de acuerdo. Entonces ¿amigos con beneficios?
-Oh no cariño, nosotros no somos amigos.
-¡Bien! Entonces enemigos con beneficios."
P...
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25 de Octubre de 2018.
Abigail.
—¿Quieres ir a mi casa?—Daniel preguntó mientras estábamos caminando hacia la salida de la escuela.
Estas últimas tres semanas nos habíamos estado viendo demasiado.
—Quisiera pero ya tengo planes—no quería sonar interesante pero sí tenía planes.
Bueno y también quería sonar interesante.
—¿Con quién?—se detuvo por un segundo, luego se dio cuenta de su reacción y siguió como si nada.
Hombres estúpidos que no saben disimular un golpe a su ego.
—Pues...
—¡Chicos!—Clío nos interrumpió—. Es sorprendente que están caminando juntos sin matarse.
—Danos diez minutos más y la haré gritar—le di un golpe a Daniel por el obvio doble sentido que uso en la oración.
Claro que Clío es muy inocente y no lo entendió. O eso espero.
—¿Nos iremos juntas?—Clíome preguntó.
—Claro, si es que no me vas a dejar de nuevo por Nathan—¿qué puedo decir? Es divertido hacer escenas de celos.
—Solo déjame ir a despedirme.
—Apúrate, recuerda que tengo que llegar temprano.
—¡Sí!—me gritó mientras se iba saltando como niña feliz para ver a su novio.
Qué asco me dan.
Yo no había tenido un novio en demasiado tiempo pero espero nunca haberme visto así como ellos.
—Entonces, ¿quién es tan importante para rechazarme?—Daniel volvió al tema.
—Cualquier persona—me reí—. No te preocupes mañana te aseguro que pasaremos el rato—seguí caminando hacia la salida para esperar a Clío.
Era divertido dejarlo con la intriga.
Hoy llegaría mi mejor amigo desde México, Mateo.
Iba a quedarse a estudiar aquí hasta que terminara la escuela para tener un currículum más amplio para la universidad que quería y mientras se quedaría en mi casa.
Él es el que siempre escucha mis problemas aunque sea por teléfono, claro que él aún no sabía nada de Daniel. Es como otro hijo para mis papás puesto que nos conocemos desde niños.
A pesar de que ya faltaban dos semanas para vacaciones él había decidido venir antes para irse adaptando al lugar, o eso me había dicho. Así que por eso quería llegar temprano ya que me había avisado que ya estaba en mi casa.
