Pequeño Ángel #2

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Aurora:

Los golpes en la puerta de la que ahora será mi habitación durante seis días de la semana, llaman mi atención.

Dejo de doblar mi ropa y guardarlo en el armario, para ver a Dorothea de pie en el arco de la puerta.

—Lamento interrumpir.

— No, yo .. no hay problema.

—Sé que aun está instalándose, pero Sofie se encuentra despierta ahora..

— Oh.. eso..

—Quería conocerla ¿No es así?

Sonrio. — Si..

—Acompáñeme, señorita Wellsy.

—Aurora. —Le corrijo.

Me observa confundida.—¿Perdón?

Muevo mis manos con nerviosismo. —Señorita Wellsy suena muy estricto, llámeme Aurora. Suena más..

—Lo siento, señorita Wellsy. — Se disculpa conmigo y niega con la cabeza. —Solo sigo el protocolo.

Me muerdo el labio.

—No solemos dar mucha confianza así de rápido, el señor Desmont cree que para mantener el orden en esta casa no debe existir esa clase de

—Desmont suena como todo un tirano.

Los ojos de Dorothea se abren y yo quiero que la tierra me trague, cuando intento disculparme, ella me interrumpe.

—Eso también está contra las reglas.

Mis ojos se abren.— ¿Qué?

—Tampoco lo llame por su nombre.

Trago saliva.

—Ahora por favor, sígame.

Callo para no malograr más mi primer día y la sigo un par de pasos detrás, subimos las escaleras en silencio mientras me quedo viendo las paredes aun sin fotografías, planto mi mirada en el techo y veo la hermosa estructura, hay pinturas, retratos que no puedo descifrar, pero muy similares a las que encuentras en los techos de las iglesias.

—Avance y no se detenga. — La voz de Dorothea me interrumpe. —Tendrá mucho tiempo para admirar la casa.

— Lo siento, yo..

Nos detenemos frente a una puerta.

— Es muy hermoso.

—La señora amaba los retratos pintados, en su décimo aniversario el señor James se lo dio como obsequio.

¿La señora?

— ¿Se refiere a Abigail?

Sus ojos me observan con sorpresa cuando digo ese nombre.

—Eso también está prohibido.

—Perdón..¿Qué?

— No mencione ese nombre en esta casa, mucho menos cerca del señor Desmont.

—Son demasiadas reglas. —Confieso agotada.

Dorothea alza una ceja.—Aun está a tiempo de retirarse si no le parece.

Parpadeo tras escucharla. —No, claro que no.

—Bien.. sería muy agobiado si se va ahora.

No logro preguntar, ella abre la puerta de la habitación y lo primero que veo ademas de la habitación color rosa bebe, juguetes por todos lados y una cuna de color blanco con rejillas, es a una de las empleadas de espaldas mientras una risa de bebé llena la habitación.

Una Mamá para mi Bebe (#3 Saga Bebé)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora