Una Mamá para mi Bebe (#3 Saga Bebé)

Despertar a tu lado #19

Aurora:

—¿Una cena?.—Repite mis palabras.

Asiento con la cabeza.

—Le dije a Dorothea que te cocinare esta noche, además.— le doy una mirada a Sofie quien tengo en mis brazos y mantiene su atención en el peluche que su padre le gaño, no lo suelta incluso ahora.—Fue idea de ambas.

Desmont sonríe como si no me creyera.

—Es la verdad.

— No tienes porque hacer la cena, ese es trabajo de Dorothea.

—Pero quiero cocinarte esta noche, ya que..

Alza ambas cejas mirándome confuso.

—Estamos, ya sabes..

¿Por qué me cuesta decirlo?   

—Saliendo.— Completa por mi. —Estamos juntos, Aurora.

Ahora soy yo quien  no puede avanzar.

—Si, saliendo.—Digo ruborizada.

Su sonrisa se ensancha.—De acuerdo, entonces.. vendré temprano.

—Bien..

Cuando intento salir de su oficina me detiene llegando hasta mi, me sostiene del brazo y me acerca a el, Sofie se interpone entre nosotros balbuceando, Desmont baja la mirada y sonríe de nuevo gracias a los gestos de su hija, el esta avanzando muy rápido con ella ahora.

Sus ojos regresan a los míos, parpadeo confusa hasta que veo como baja los ojos a mis labios.

Ohh , eso..

Una sonrisa se me escapa y pongo fin a sus deseos, nos besamos despacio para no incomodar a la pequeña Sofie que tengo entre mis brazos, muevo mis labios y el me recibe hasta que la misma Sofie nos interrumpe.

Desmont junta su frente a la mía.

—Te veré esta noche.

—Te veré esta noche.—Repito sus palabras.

Le acaricia la cabecita a Sofie y ella deja el oso de peluche para examinar el extraño comportamiento de su padre.

—Ella luce feliz.

Desmont la mira por un pequeño momento y luego carraspea.

—Debo irme.— Vuelve anunciar nerviosos, no puedo creer que Sofie cause estos efectos en el Iceberg.

Se acerca a darme un ultimo beso rápido y se marcha por la puerta.

Observo al pequeño ángel, otra vez tiene su atención en el peluche.—Tienes el poder de descongelar Icebergs, Sofie.

Ella ríe.

(*)

Mi cena no ha marchado como esperaba, para empezar el invitado de honor no llego a la hora acordada, sino pasada las 11 y aunque una parte de mi se sintió decepcionada, me gusto que me avisara a tiempo, Desmont tuvo que quedarse en el trabajo por asuntos de la empresa y me alegra que haya sido así porque estuve toda la tarde tan nerviosa que por primera vez termine de quemar la comida.