Hada Madrina #28

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Aurora:

Hacer el amor con Desmont..

No me alcanza para describir cómo se siente exactamente.

Deseo.

Amor.

Calor.

Deseo de nuevo..

Eso es lo poco que puedo rescatar mientras nos entregamos el uno al otro y no quiero abrir los ojos, no quiero hacerlo porque sé que empezare a llorar, no quiero recordar mi llanto esta ultima vez, solo quiero recordarlo a él y lo bien que se sentía tenerlo en mi toda la noche, así que mantengo los ojos pegados mientras nuestros labios se mueven respondiendo el uno al otro y nuestras caderas están igual, juntas, empujándose y recibiéndose entre sí.

Gimo.

Jadeo.

Me dejo llevar gritando de placer y dolor.

—Desmont..

Deslizo las manos por su espalda, dejo la marca de mis uñas y provoco que gruña.

Dios, me encanta.

Me encanta como se mueve dentro de mí.

—Más.—Suplico, aun no quiero llegar, pero necesito que vaya de prisa.—Más , mi amor.

Ese gesto cariñoso hace que complazca mis pedidos, aunque una parte de mí, sabe que el también deseaba aumentar la fuerza, hacemos el amor en la habitación , llenándola de gritos de placer y lo disfruto, disfruto cada beso, cada marca que deja en mi piel con sus labios y sus manos apretando por todos lados.

Pero entonces recuerdo algo.

Y si esta es la última vez, yo..

—Te amo.

Sus arremetidas se detienen, Desmont retira la cabeza del hueco de mi cuello y su cuerpo sudoroso hacia atrás, sus ojos me observan con mucha ilusión y algo sorprendido.

Como si no creyera que fuera posible que esas palabras salieron de mí, pero es cierto.

Han salido de mí.

—Aurora.. repítelo.—Me pide llenando mis ojos de lágrimas.

Me trago el nudo en mi garganta y asiento con la cabeza.

—Te amo.—Le prometo, la voz se me rompe.—Yo también te amo, Desmo..

No logro acabar.

Estampa sus labios dejándome sin aliento y enseguida mis manos caídas por sus brazos suben hasta su espalda, mis caderas y mis piernas lo aprietan para recibirlo con más vehemencia y seguimos.

Nos amamos en esa habitación.

Solo el y yo.

Y llega el momento, después de una explosión de placer que deja caliente la habitación, llegamos al final.

La última vez..

Trato de no llorar y me hago la dormida, la mañana siguiente no lo despierto, me visto sin decir nada y esperando no cruzarme a nadie mientras bajo las escaleras, no lo hago y contengo mis lágrimas hasta llegar a casa de Lia.

Más que nada, la necesito a ella ahora.

La puerta se abre luego que prácticamente rompo su timbre.

—¿Por qué no aprendes a tocar bien..?.—Se detiene al ver mi rostro.—Aurora.. ¿Qué pasó?

He salido tan rápido que seguro me veo ridícula frente a ella y a un espejo.

Una Mamá para mi Bebe (#3 Saga Bebé)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora