Tengamos una cita #13

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Aurora: 

—¡Muy bien, Sofie! .—Felicito al pequeño ángel cuando da unos tres pasos, tengo mis manos a cada lado de su cuerpecito por si pierde el equilibrio y estoy sentada en el piso.

Y llega un momento en que lo hace, pero mis brazos están para sostenerla.

—Muy bien..—Pronuncio y presiono mis labios sobre su cabecita.—Haz dado tres pasitos, Sofie.

Ella sonríe ante mi alegría y hace un puchero al intentar bajar de nuevo.

—Está bien, está bien.— Intento calmarla y vuelvo a poner sus piecitos en el suelo.— No reniegues.

Le sostengo las manitos y la ayudo a caminar, creo que son muchos intentos porque enseguida se pone en posición para empezar a gatear, Desmont aparece por el umbral de la habitación y los ojitos de Sofie dan con él, enseguida gatea hasta llegar a los pies de su papá.

Cuando le toca la pierna, hablo.—Cárgala.

Los ojos de Desmont me observan.

—Está pidiendo que la cargues, Desmont.

Veo como traga saliva y mientras Sofie balbucea unas cuantas palabras, él se agacha y finalmente la carga en sus brazos, mi corazón late rápido al presenciar la dulce escena y por los cambios que Desmont James ha mostrado esta semana.

En especial desde que él y yo..

No tardo en notar lo incomodo que esta, sin embargo me sorprende que aun así, no me la entregue, con una sonrisa me acerco a ellos.

—Ven, Sofie.— Digo mirándola, subo mi mirada a Desmont. Ha perdido su color — Antes que papá se desmaye.

Sofie extiende los brazos y bosteza cuando la cargo.

—Alguien tiene sueño.

Le doy la espalda mientras acomodo a Sofie en mis brazos, sus ojitos se cierran tras el día largo que hemos tenido y por un momento se abren cuando el teléfono de Desmont suena en su bolsillo, le doy una mirada de molestia y el sale de la habitación.

Logro hacer dormir a Sofie a pesar del pequeño inconveniente y la recuesto en la cama junto al peluche que su padre gano por ella, salgo de la habitación y junto la puerta antes de dirigirme a mi habitación en el piso de abajo, sin embargo a penas mis pies están a la mitad de la larga escalera, lo veo, de pie, esperándome, igual que cada noche desde lo ocurrido.

Pensé que esto sería cosa de una noche, pero ha resultado diferente.

— ¿Ya se durmió?

—Si no no estaría aquí.—Sonrio y me quedo viendo sus ojos un instante, mi respiración se agita y me recuerdo que ya debo irme.—Buenas noches, Desmont.

No logro hacer ningún movimiento más, me toma de la cintura y me atrae hacia él, sus labios chocan contra los miso y los recibo por un breve tiempo.

—Ven a mi habitación.— Murmura sobre mi boca.

Levanto los ojos a los suyos y me separo un poco, aunque aún tengo sus brazos en mi cintura..—Ya hemos hablado de esto.

—No hace falta hablarlo.

Me lamo los labios.—No puedo quedarme todas las noches en tu habitación, van a empezar a hablar y..

—A nadie le importa eso.—Me presiona más contra el.—Sé que también quieres esto.

Si, lo quiero.

Aunque ni siquiera sé que es exactamente esto.

Sexo, Aurora.

Es solo sexo.

¿Y por qué se siente diferente cada vez que estamos juntos?

— Aurora.—Su voz sale llena de súplica y deseo. Solo el Iceberg puede lograr algo así.

Me muerdo el labio.

—¿Debo cargarte?

Me rio, observo una pequeña sonrisa en las esquina de los labios del iceberg y se acerca otra vez peligrosamente a mi boca, sin embargo resulta ser una distracción.

Un pequeño grito sale de mi boca cuando me levanta y me obliga a rodearle la cadera con mis piernas.

Me cubro la boca tras mi pequeño grito y me aguanto la risa debajo de mi palma.

Espero no haber despertado a nadie.

—Joder, eres tan escandalosa. —Dice y comienza su camino escaleras arriba.

Le rodeo el cuello con los brazos en busca de sostenerme y terminamos por llegar a su habitación.









(*)







—Te has quedado callado.— Pronuncio al recuperar mi respiración.

Sigo con el cuerpo sudado y con las sabanas cubriéndome el cuerpo en medio de la oscuridad, logro ver el rostro de Desmont y al igual que siempre, solo me da pequeños gestos al acabar.

—No tenemos que hablar.

—Discúlpame por querer meter un tema de conversación.—Mi voz molesta se hace notar.

Lo escucho reír y alzo una ceja volviéndome hacia él.

—¿Puedo terminar, Aurora?

No respondo y se acerca a mí.

Ni que piense que volveré a acostarme con el después de esto.

—No me refería a eso.—Dice y lo observo confundida.—He estado pensando en ti y en algo que quiero decirte.

—¿En algo?

Hace un gesto mirando hacia arriba.—¿Cuáles eran las palabras?.

— Desmont..

Una sonrisa marca su rostro de iceberg y baja los ojos hasta ubicarlos en mí, sus labios se separan y mis ojos se abren mucho cuando por fin lo dice.

—Tengamos una cita.

Mis ojos se abren.

—Ten una cita conmigo, Aurora Wellsy. 







Una Mamá para mi Bebe (#3 Saga Bebé)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora