Tu gran corazón (Erwin y tu)

love.

De un momento a otro estaba acorralada contra la pared recibiendo múltiples besos cargados de lujuria, como si quisiera torturarme.

__: hazme el amor Erwin.

Erwin: bien, te haré gritar.

Mis labios reclamaban su nombre entre gemidos, pues cada vez me daban más ganas de tenerlo dentro de mí.

Erwin: hace mucho tiempo que no lo hacemos.

__: tengo ganas de esto.

Ambos teníamos ganas y lentamente el deseo y la lujuria nos empezaron a cegar.

Movía mis caderas, alterando su bulto ya erecto, el cual me indicaba que Erwin ya se había puesto cachondo.

Erwin: me encanta tu ánimo hoy, que tal si te pones así todos los días.

Me dijo el al sentir como me movía.

__: cierra la boca baka.

Le dije mientras deslizaba su pantalón por sus piernas.

Erwin: me toca.

Me quito la camisa y enterró su cabeza en mis pechos, empezando a lamerlos sin ningún pudor mientras me cogía fuertemente del trasero.

__: mierda.

Gemía sin control al sentir su lengua jugar con mis pechos.

Erwin: te necesito tanto.

Termino de quitar mi camisa, para luego intentar quitar mi brassier, al ver que no lo conseguía me lo quité ante su atenta mirada y el volvió atacar mis pechos.

__: déjame...Respirar.

Erwin deslizó mis pantalones y los lanzó a un rincón de mi habitación.

Erwin: nunca.

Deslizó su ropa interior y murmuró sonrojado.

Erwin: te necesito.

Deslizaba mi ropa interior mientras yo le besaba el cuello y le arañaba la espalda haciéndole gruñir y gemir.

Erwin: sabes lo que toca ¿verdad?

Sin darme tiempo a reaccionar entró dentro de mí.

Erwin: no...recordaba que esto era tan... Estrecho.

__: te... Jodes

Erwin: me gusta...

Empezó a darme estocadas certeras en mi punto G mientras ponía una cara de infinito placer.

Erwin: esto es genial.

Gruñia y gemía mi nombre​, pero eso no era suficiente para saciarlo, empezaba ha hacerlo con más fuerza, con más lujuria, ambos nos ahogamos en gemidos mientras nos convertíamos en una sola esencia.

En la habitación solo se oían gemidos de placer, desde el chocar de nuestros cuerpos, hasta suspiros llenos de placer, Erwin me tenía a su entera disposición desde mi trasero hasta mis pechos, ambos estábamos excitados.

Gemi fuertemente y me cogí a las sábanas dando a entender que había llegado al orgasmo, a los pocos segundos dio una fuerte estocada y gruñó mi nombre, me apretaba fuertemente el trasero hasta que se corrió dentro de mí.

Salió de mi y se acostó a mi lado exhausto mientras me decía.

Erwin: eres genial princesa ¿mañana repetimos?

__: si no me has dejado en silla de ruedas me parece bien.

Ambos agotados no tardamos en dormirnos, hacia solo tres días que dejamos a Mel con sus padres y eso nos permitió el lujo de darnos unas pequeñas "vacaciones".