Hast A marte

Jaque Mate (2ªparte)

Ante todo,  gracias por seguir la historia y a la vez, perdón por subir el capítulo a esta hora. 

Espero que con este entendáis de dónde parten ambos ya que a partir de aquí, sí que comienza todo.

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Este capítulo va para mis desconocidas que son como una pequeña familia en mi vida.  

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PV Alfred

Esa risa perfecta y arrolladora me mataba. ¿Sabéis la sensación cuando has quedado con la persona que te gusta y has ideado lo que va a pasar de un millón de maneras posibles? Pues yo había imaginado infinidad de situaciones en las que volvía a encontrármela pero, en ninguna, se daba lo que estaba sucediendo.

Ella, cogida de mi antebrazo, sonriéndome como si acabásemos de conocernos y buscando a Catalina, la persona que ahora, junto a la música, ocupaba mi corazón. Es cierto que se ganó a pulso que la dejase pero esto, estaba siendo surrealista. Aun así, me iba ganando el juego, un juego que no sabía ni siquiera a cuento de qué había comenzado pero que si quería ganar, tenía que espabilar rápido.

No me dio tiempo a pensar cuando echándose el cabello hacía el lado contrario a mí, se separó, sacando su brazo de mi brazo y se acercó hasta mi con una sutileza desconocida.

- Necesito ir al baño ¿puedes acompañarme o Catalina se enfadará?

Note su aliento en mi oído y su mano caliente sobre mi hombro mientras iba pronunciando lentamente la pregunta. Daba la sensación de que estaba celosa pero no de esos celos de cuando alguien está enamorado sino de cuando ves que otra persona se ha llevado un premio que tú no querías y de repente te vuelven a entrar unas ganas terribles de volver a conseguirlo.

Creía entender lo que estaba haciendo, yo era el que la había dejado, yo era el dependiente y ella, simplemente me estaba queriendo enseñar que la situación no había cambiado.

Me paré en seco y me gire a mí izquierda para quedarnos cara a cara, puse mis manos en sus hombros y acercándome lentamente le aparté el pelo y le dije:

- Catalina es mucho más madura que tú, más perspicaz y por supuesto, nada celosa. ¿Acaso crees que por acompañarte al baño, le darías motivos?

No estaba siendo sincero, pero eso, ella, no lo sabía.

PV Amaia

¡Dios! Se está dejando tentar y entrando en el juego, de forma aguda y sagaz me sigue intentando ganar la partida. Por supuesto, conozco perfectamente dónde terminaría todo, pero, si consiste en ver quién aguanta más, perfecto. Tengo claro que sí quiero.

Estaría encantada de que fuese mi caballero andante esta noche aunque tenga que hacer la vista gorda a mi propio corazón y a las reglas de mi cama. Y quién sabe, quizás también necesite de un poco de teatralidad para solventar el pequeño escollo que supone su 'acompañante'. Lo mío es un fino instrumento que no todos los hombres saben tocar con delicadeza para llegar a la melodía final.

Iniciamos el paso hacía los aseos que había visto justo cuando entré pero estaban limpiándolos y la señora nos mandó a los de la primera planta.

¡Fuuu! Suspiré. Se me vienen tantos recuerdos a la mente. La gente corriente hace las cosas corrientes en sitios corrientes, pero nosotros...nosotros no éramos de esa clase de personas. Creo que el próximo día que quiera conocerme de nuevo profundamente deberé de realizar un remember de todas aquellas... dejémoslo en, primeras veces... en las que no había día sin locura, pasión y música.