Hast A marte

Wanderlust (EV)

¡Buenas noches! 

No he tenido tiempo hoy de contestar a los comentarios pero sin falta me pongo mañana. Perdonad si veis algún fallo, mañana lo releeré pero no quería faltar a mi cita. 

Quiero dedicar los siguientes capítulos a los que ponéis estrellitas, así que iré recopilando vuestros nombres . ¡Mil gracias!

El de hoy va para mochilo, un imprescindible, de mi imprescindible. 

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 Una historia que no se lee, es un mundo por descubrir, así que gracias por querer descubrir mi mundo y mi imaginación. 

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PV Amaia

Me levanto sobresaltada por la alarma y, un mensaje de mi hermano con mi planing del día me devuelve a la realidad. He dormido estupendamente, de hecho, el sueño ha sido tan profundo que creo que si he fantaseado, no lo recuerdo.

Comienzo a andar descalza por el pasillo y hay un ruido en esa casa que enamora, no oyes el exterior pero el viento que mece el edificio te hace sentir parte de él. Paso por la puerta de su cuarto, está cerrada. Me encantaría entrar pero puede ser que me entretenga y no puedo perder ni un segundo si quiero que mi vida profesional continúe.

En la cocina, investigo para hacerme un buen café. Nunca me han gustado las máquinas de cápsulas y conociendo a Alfred, seguro que tiene la típica italiana de toda la vida.

¡Umm! He hecho para un ejército pero creo que cuando despierte lo agradecerá. Especulo sobre si dejarle un mensaje en la pizarra de la nevera pero por una vez en mucho tiempo, pienso antes de actuar y decido que lo mejor es que le eche un papelito por debajo de la puerta, vaya a ser que Catalina vuelva y abramos el pastel antes de tiempo.

Recorro la casa y cada estancia es mejor y más interesante que la anterior. Se nota que la mano de Alfred ha estado en cada detalle. El azar no es lo suyo. Llego al estudio y solo puedo decir que si la cama me había atrapado, aquella habitación podría ser mi refugio durante días. No me extraña que nos dejase plantadas para venir aquí. Sin duda, los orgasmos que debe de producir la música a tope en esta sala no serán comparables con nada. Bueno o con nada mundano.

Veo que tiene todas las cosas extremadamente ordenadas y de hecho, siento hasta pena cuando retiro una de las hojitas tipo pos-it de aquella caja tan bonita. Pienso y como nunca se me ha dado muy bien, soy escueta.

Gracias por esta y por todas las noches que vengan, tengo trabajo con Universal. Amaix

Tan pronto como me visto, llego a la puerta de su cuarto, dejo el papelito y salgo corriendo. Tengo que coger un taxi, ir a mi casa, cambiarme de ropa, llamar a Milagros para que venga y arregle el desaguisado de la ducha y a mi hermano para decirle que seguro que llego tarde.

Y efectivamente, cuando mis labios rozan las mejillas enfadadas de mi hermano Javier, ya me he pasado una hora de lo acordado.

Entramos en el estudio de grabación de Universal y para mi sorpresa un joven alto y bastante mono nos espera en la puerta.

- ¡Hola Javier! ¿Qué tal?

- ¡Hola Luis!

Al parecer deben conocerse aunque a mí su cara no me suena de nada. Al menos debe medir treinta centímetros más que yo, tiene los ojos azules, una incipiente barba y por su vestimenta diría que es bastante pijo.