30 day OTP Challenge

En una cita

Miraculous pertenece a Thomas Astruc y este fic es por mera diversión.

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04. En una cita

Words: 353
Rated: K+

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Marinette observaba maravillada la sesión de fotos de Adrien Agreste, era como un sueño verlo directamente en ese escenario, con todas las luces y toda esa vestimenta a disposición para él. Aún seguía agradeciendo esa invitación que él le había hecho después de lo sucedido con el akuma en casa de ella y de haber visto todas esas fotos en su pared.

Aunque seguía sintiéndose nerviosa y moría de la vergüenza, más cuando le contó a Alya la invitación del rubio. Su amiga le seguía recalcando que esta era una cita y era el mejor momento en que tratara de articular más de una palabra y se le declarara de una buena vez.

―¿En qué piensas Marinette? ―preguntó de pronto Adrien haciendo que la muchacha se pusiera más nerviosa de lo que ya estaba.

―Eh, bueno, solo estaba pensando en la cita, digo, en esta salida, sí, además luces fabuloso, tu siempre luces fabuloso, quiero decir que las fotos están fabulosas ―terminó de dictar Marinette con una extraña sonrisa en su rostro.

Adrien sólo rió ante la actitud de la peliazul.

―Me quedan un par de fotos más y después, tengo un tiempo libre ¿Te gustaría acompañarme? Podríamos ir a jugar con el videojuego, o si gustas podríamos... no sé...

―Me encantaría ―dijo embobada, sin titubeos y muy animada.

―Genial ―acotó Adrien.

Marinette seguía embelesada, ni siquiera la voz de Tikki lograba traerla de vuelta a la realidad.

―Marinette ¿Cómo no te das cuenta que esto es una cita? ―habló la pequeña kwami.

―Sí... una cita... con Adrien... ¡UNA CITA! ―se tapó la boca rápidamente sonrojándose en el instante y siendo observada por el rubio que sólo carcajeo con aquella actitud y le hizo un par de saludos con su mano.

Sin duda su sonrisa era maravillosa y ella olvidaba la vergüenza de recién para seguir admirando al chico. Sí, era probable que a eso le llamaran cita los demás a su alrededor, pero ellos, los mismos implicados nunca lo entenderían.

―El maestro Fu tiene razón, son el uno para el otro ―dijo Tikki emitiendo una pequeña risita que su amiga nunca presenció.