··Eʟ ᴘʀᴏsᴛɪᴛᴜᴛᴏ·· ᴷᵗʰ⁺ᴶʲᵏ (EDITANDO)

··Uɴᴏ··

Jungkook

Era un día como todos sus días, estaba en el restaurante trabajando como mesero de medio tiempo y se encontraba atendiendo una mesa en la que estaban dos chicos y una chica muy guapa para el gusto del azabache, mienteas que uno de los chicos era sonriente y el otro...No sabía muy bien como describirlo, era raro y discutía demasiado, no hacía sino mirar mal al azabache y eso le estaba desagradando bastante, ya que siempre detestaba toda persona que fuese antipática o fastidiosa, y ese molesto chico rubio parecía ser una de esas personas.

—Entonces su orden es—El rubio chico lo interrumpió antes de poder decir algo más—.

—Si nosotros sabemos cual es la orden para que la vas a repetir —Lo miró serio—.

—Por favor comportate...—Le dijo por lo bajo el otro chico a su lado—, ¿podrías repetir la orden por favor? —Sonrió al terminar la pregunta—.

—Pidieron un bulgogi, un Mandu Guk y...¿Que pidió el caballero? —Preguntó al chico rubio y grosero—.

—¿Ves cómo eres de inservible?, deberían despedirte —Dió una media sonrisa y se cruzó de brazos—, yo pedí un Kimbap, ¿lo captas?

—Listo, bueno ya les traigo su orden —Y por fin, había acabado con esa tortura haciendo una reverencia y yéndose inmediatamente—.

Al retirarse llevó el papel con la orden del chico al que llamó "El rey de Roma" a su amigo y compañero de trabajo, Hoseok, quien se encargaba de la caja registradora y también de poner todas las hojas con los pedidos en la ventanilla de la cocina.

—¿Por qué ese ceño fruncido, Kookie? —Preguntó mirando al azabache—.

—¿Ves esa mesa de allá? —Señaló disimuladamente haciendo una mueca de fastidio—.

—Este...—Miró el sitio señalado—...Si...¿Qué pasa?

—El chico de cabello rubio que está sentado con la mirada fija en mi, me tiene harto, es grosero, se atrevió a decir que era un inservible y que deberían despedirme

—Sabes que no todos los clientes son amigables, siempre existe una pequeña piedrecita, y ese chico es una de esas

—Es que si fueras tu quien lo atiende me entenderías...

—Deja de prestarle atención, porque entre mas le demuestres que te molesta, más tratara de hacerte enojar, así que sólo ignoralo, es lo único que puedes hacer

—No puedo dejar que un idiota como ese me trate de tal manera por ser un empleado, y no voy a parar hasta sepa quien soy

—Bueno, entonces arréglatelas tu mismo, yo seguiré con mi trabajo —Musitó mientras ponía una hoja en la ventanilla—.

—Está bien, iré a la otra mesa, ahora hablamos

—Ok, suerte

—Gracias —Dio la vuelta y se fue—.

El azabache atendió un par de mesas más, y cuando regresó a la caja, para su mala suerte lo llamaron para llevar el pedido del Rey de Roma...

—Aquí está su orden

Comenzó a pasar plato por plato empezando por el de la chica, a quien le guiñó el ojo y le regaló una sonrisa; seguido del plato del amable chico y por último, el chico rubio.

—Mire su orden, Rey de Roma —Le pasó el plato con una cara de total desprecio—.

—Gracias, sirviente, aunque...Pensándolo bien, sería como, insirviente, ¿no crees?