Nunca antes había experimentado la oscuridad absoluta. Quizás en varias épocas de su vida, la ausencia de luz se asemejaba a eso, pero nunca fue completa. Hasta ahora. Y lo entendía, sabía que llegaba a su fin. Por que no sentía su cuerpo, nada le respondía, los ojos le pesaban y ya no podía mantenerse otro segundo consciente.
Se llenaba de angustia, pesar y lamentos.
¿Y si las decisiones que tomó toda su vida no fueron las correctas? No estaría allí ahora.
¿Y si su tiempo debió haber llegado hace mucho, pero lo prolongó por esperar algo que no pudo realizar?
¿Y si su mayor error fue formar una familia? Una familia de la que ni siquiera sería parte.
Kakashi era eso, un libro sin completar, sin desarrollo, sin emoción, vacío. Pero creyó que todo era diferente cuando las páginas se pintaron de rosa. Pensó que su historia estaba cambiando, que el final feliz era real, que sí le pasaban cosas buenas a la gente como él. Pero los errores pesan y traen consecuencias, y las elecciones que hizo no fueron las adecuadas. Se desvió de su camino y eligió una ruta que tenía el final marcado, y no era el que esperaba. Sus pasos se equivocaron, él se equivocó.
Y como dicen ambiguamente, su vida pasó frente a sus ojos.
Sentía el calor y la delicadeza de una mujer cargando su débil cuerpo que a penas entendía donde estaba. Unas suaves caricias se marcaban en sus mejillas. Lloraba, como nunca lo había hecho. La voz de aquella mujer era dulce, pero se apagaba. ¿A dónde iba? Lo mecían de un lado a otro, sentía la calma en su corazón. Pero lo arrebataron de aquellos brazos. Ahora lo sostenían unos más fuertes, era un hombre, estaba seguro. Aquel hombre estaba triste, podía sentirlo, porque las lágrimas que botaba llegaban directo a su cuerpo.
Con un último suspiro, las tres almas que abarcaban la habitación se transformaron en dos. Aquellos fuertes brazos que lo sostenían, lo estrecharon.
— Todo va a estar bien, hijo. Yo te cuidaré. Siempre seremos tu y yo.
Y esa voz masculina lo acompañó sus primeros años, ya no se la podía sacar de la cabeza. Pero siempre miró su espalda. Grande, imponente pero llena de amabilidad. Se sentía seguro, protegido y amado. Pero Kakashi no sabía abrir su corazón, nunca aprendió como hacerlo.
— Es un genio, Sakumo, a penas tiene cinco años y ya puede controlar su chakra
No, él no quería eso. No le importaba ser reconocido, le daba igual si era o no un genio, no quería las miradas sobre él. Solo caminar junto a aquel fuerte hombre que lo crió.
¿Cuál es el error más grande del ser humano?
Funcionar por lo que dice el corazón en una sociedad enferma que se preocupa más por seguir una serie de normas y leyes, privando la libertad de actuar.
Y él bien lo sabía. Por que eso lo había dejado en un cuarto vacío. Una habitación donde no llegaba la luz del sol. Un lugar que lo obligó a cerrar aún más su corazón. Y todo se volvía frío, el ambiente, él y su alma. Por que cuando sentía calor, se lo quitaban. Por que cuando se admiraba de alguien, no era lo correcto. ¿Qué es lo correcto? ¿Lo que uno piensa o lo que te obligan a ser? ¿Lo que sientes o lo que te hacen sentir? ¿Amar u obedecer? Sea lo que sea, ya no lo entendía. Tampoco quería hacerlo. Su mente se apagó y junto a ella sus sentimientos. Ya no tenía nada por lo que avanzar. Pero era un genio, y los genios son reconocidos, tienen la aprobación de todos, los miran, los alagan. Y aunque no sea lo que quiere, debía conformarse con eso.
Pero no todo era tan malo. A veces la luz se enciende cuando la gente se queda a tu lado a pesar de la oscuridad que te rodea. Y aunque es tenue, sirve para avanzar y ser mejor. Y te comparas con ellos e intentas alcanzarlos, superarte, y tienes otro objetivo. Que tu maestro te reconozca y tus compañeros te admiren. Pero... ¿Por qué no puedes protegerlos? ¿Por qué si todos te tratan como un genio no eres capaz de mantener a tu lado lo que te hace feliz? ¿Así que tu destino es estar siempre solo? ¿Qué maldición te rodea para que todo lo que quieres perezca?
ESTÁS LEYENDO
Comenzamos al revés
RomanceLo normal para empezar una relación es conocerse, enamorarse y quizás formar una familia... ¿Ellos? Comenzaron al revés