Capítulo 13: Apagón

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 La tarde después del accidente en casa de Ana, María se levantó mut contenta y se dirigió hacia el hospital. En el jardín de su casa estaba Dani, el pequeño gatito. Se acercó a verlo y le acarició. El pequeño animal no se había aconstumbrado aún a la presencia de la chica, pero cada vez se acercaba más a ella. El gatito de color anaranjado volvío a entrar rápidamente en su escondite, había otra persona allí. Pero María notaba que no era la sombra, ya que cuando ella estaba cerca tenía una estraña sensación y aquella vez no. Sin prestar atención al desconocido, cortó cuidadosamente una rosa de un intenso color rojo. Se la acercó a la nariz y la olío:

- Es para Ana ¿Sabe? Voy a ir a verla al hospital- dijo en voz alta

Al darse la vuelta pudo ver a un joven chico de no más de veinticinco años. Vestía un traje que María pudo reconocer como uno de policía

-¡Ah! El agente Wiliams, no le conocía en persona...

 El policía seguía callado, como si tuviera que calcular exactamente lo que debía de decir , como si una frase incorrecta le costará la vida.

-¿No habla?-  A pesar de que la chica hablabá con un policía, había adquirido un tono burlón- Es usted el policía por el que murieron cinco jovenes en una explosión de gas, le llamaron y creyó que era una broma... Me sorprende que no lo despidieran...

-Oye, jovencita, aquello fue un error...¡ Un error que no volverá a pasar!

- Bueno eso no me interesa, ¿Qué le trae por aquí?

- Parece mentira que no lo sepas...

María dudó y dejó su tono burlón por uno más serio:

- ¿Por ellos...?¿Por los muertos...?

- Veo que eres una chica lista- le sonrió el agente- mi nombre se ensució por un caso parecido a este que además nunca resolví...

 <<La clase de aquel chico que se convirtío en la sombra >> pensó María

- Pero esta vez- continuó él- estoy investigando el caso en secreto y cuando detenga al asesino, que es uno de vosotros como la última vez, mi nombre quedará limpió y recibiré el acenso de mi vida.

 María vió tras estas palabras que el agente Wiliams no estaba del todo enterado y volvió a su tono burlón: 

- Entonces, ¿Yo soy la principal sospechosa?

- Sí, estubistes en la mayoría de los crímenes y puede que estubieras también en los demás, y no lo sepa..

- Bueno, entonces no debería haberme dicho eso- dijo Maria mientras miraba su reloj. Llegaba tarde- Lo siento, pero me tengo que ir, pero como soy una asesina peligrosa, lo volveré a ver por mi casa ¿verdad?

- Claro- dijo el policía sonriente- pero cuando vuelva aquí será por última vez, y para cambiar mi destino.

- ¿Cambiar...qué?

- Eso, porque tu nuevo destino será la cárcel o bueno, adondequiera que te lleven...

 María río y salío con la rosa en mano, sin despedirse del agente. Aquel tipo era un desastre, ni siquiera estropearía las cosas. 

 El hospital no estaba lejos de allí, a media hora. María se encontró a Andrés en la puerta de aquel edificio, esperándola.

- ¿Y eso?- dijo señalando a la rosa.

- Un.. regalo ¡AH! Sabes me ha hecho una visita el inútil del agente Wiliams, ha perdido la cabeza con esto.. Cree que yo soy la asesina ¿Cómo es posible?

Los 32 asesinatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora