La tarde después del accidente en casa de Ana, María se levantó mut contenta y se dirigió hacia el hospital. En el jardín de su casa estaba Dani, el pequeño gatito. Se acercó a verlo y le acarició. El pequeño animal no se había aconstumbrado aún a la presencia de la chica, pero cada vez se acercaba más a ella. El gatito de color anaranjado volvío a entrar rápidamente en su escondite, había otra persona allí. Pero María notaba que no era la sombra, ya que cuando ella estaba cerca tenía una estraña sensación y aquella vez no. Sin prestar atención al desconocido, cortó cuidadosamente una rosa de un intenso color rojo. Se la acercó a la nariz y la olío:
- Es para Ana ¿Sabe? Voy a ir a verla al hospital- dijo en voz alta
Al darse la vuelta pudo ver a un joven chico de no más de veinticinco años. Vestía un traje que María pudo reconocer como uno de policía
-¡Ah! El agente Wiliams, no le conocía en persona...
El policía seguía callado, como si tuviera que calcular exactamente lo que debía de decir , como si una frase incorrecta le costará la vida.
-¿No habla?- A pesar de que la chica hablabá con un policía, había adquirido un tono burlón- Es usted el policía por el que murieron cinco jovenes en una explosión de gas, le llamaron y creyó que era una broma... Me sorprende que no lo despidieran...
-Oye, jovencita, aquello fue un error...¡ Un error que no volverá a pasar!
- Bueno eso no me interesa, ¿Qué le trae por aquí?
- Parece mentira que no lo sepas...
María dudó y dejó su tono burlón por uno más serio:
- ¿Por ellos...?¿Por los muertos...?
- Veo que eres una chica lista- le sonrió el agente- mi nombre se ensució por un caso parecido a este que además nunca resolví...
<<La clase de aquel chico que se convirtío en la sombra >> pensó María
- Pero esta vez- continuó él- estoy investigando el caso en secreto y cuando detenga al asesino, que es uno de vosotros como la última vez, mi nombre quedará limpió y recibiré el acenso de mi vida.
María vió tras estas palabras que el agente Wiliams no estaba del todo enterado y volvió a su tono burlón:
- Entonces, ¿Yo soy la principal sospechosa?
- Sí, estubistes en la mayoría de los crímenes y puede que estubieras también en los demás, y no lo sepa..
- Bueno, entonces no debería haberme dicho eso- dijo Maria mientras miraba su reloj. Llegaba tarde- Lo siento, pero me tengo que ir, pero como soy una asesina peligrosa, lo volveré a ver por mi casa ¿verdad?
- Claro- dijo el policía sonriente- pero cuando vuelva aquí será por última vez, y para cambiar mi destino.
- ¿Cambiar...qué?
- Eso, porque tu nuevo destino será la cárcel o bueno, adondequiera que te lleven...
María río y salío con la rosa en mano, sin despedirse del agente. Aquel tipo era un desastre, ni siquiera estropearía las cosas.
El hospital no estaba lejos de allí, a media hora. María se encontró a Andrés en la puerta de aquel edificio, esperándola.
- ¿Y eso?- dijo señalando a la rosa.
- Un.. regalo ¡AH! Sabes me ha hecho una visita el inútil del agente Wiliams, ha perdido la cabeza con esto.. Cree que yo soy la asesina ¿Cómo es posible?