La mañana del 13 de mayo, María se levantó como siempre y se dirigió al autobus como todos los días. Pero aquel día, en la parada, no solo estaban Juan, Raquel y Carol, como siempre. Está vez se encontró con Pedro allí:
- ¿Qué pasa María?¿Cuando me ibas a decir que me dejaste por qué había otro mejor?
- Yo...
Pero entonces Juan hizo algo que nunca tenía que haber hecho y se acercó a defender a María:
- ¡Déjala ya! Qué no te quiere, ¿te enteras?
- ¡Ah! Ya lo entiendo todo, tú y María, me dejaste por él.
- ¡Pedro! Te estas volviendo paranóico, yo no te he dejado por nadie...
- Pues que sepais que me vengaré algún día de ti, Juan, y recordarás entonces este día.
Entonces Raquel, la hermana melliza de Juan se acercó corriendo
- Tu ni lo toques, bruto asqueroso, que no sabes nada más que joder...
-¡Ah! Ya llegó la sirenita, ¿Qué se siente al estar sola por qué tu mejor amiga está muerta?
Entonces Carol terminó por asercarse:
- A ella no le digas nada, ¿Qué te ha hecho a ti?¿Y acaso que le guste nadar es motivo de insulto?
Pedro abrió la boca pero el autobus llegó y, mirandolos a todos con odio, subío.
- ¿Te sientas hoy conmigo?- le sonrío Carol a Raquel- y algún día podemos ir a la piscina las dos, ¡Me encanta nadar!
Raquel y Carol subieron juntas y se sentaron en el final del autobus, charlando. María le dió las gracias a Juan y subío al autobus.
<<¡Mirá que venir a mi parada solo para echarme en cara eso!>> Iba pensando María.
***
Al entrar en el instituto acompañado de Andrés, a María se le aparecío una chica rápidamente.
- ¡Hola!- era Lucía, una de las amigas de Silvia a la que le gustaban bastante los chicos, como su amiga Jeniffer. Llevaba unas enormes gafas azules y en la mano sostenía una carpeta y un boli- como sabreis la tía de la profesora Isabel es alcaldesa, y no ha dejado que traigan el Extreme- X, así que nos hemos puesto ha recaudar firmas que la profesora le entregará a su tía antes de esta noche, para que puedan montar la atracción y poder disfurtarla esta noches y el resto de la semana.
Andrés y María firmaron.
- Una cosa- preguntó Andrés antes de que Lucía se fuera- ¿Por qué no quieren traerlo?
- ¡Ah! Nada una accidente que hubo se llevo la vida de un chico, pero nada, no creo que pase...
Un rato después, la profesora anunció que el Extreme-X sería traído a la feria. Y cuando María volvía a su casa en autobus, cuando este pasó por el recinto ferial, vió como lo montaban.
***
Jorge, Andrés y Carol se presentaron en casa de María a las diez de la noche. Carol se pusó un vestido azul impresionante y Jorge se quedó ipnotizado. Pero cuando llegaron, María estaba sentada en el salón en pijama:
-¿Qué haces? No me digas que no vendrás...- preguntó Andrés.
- Allí hay una y mil oportunidades de morir, y encima...
- ¿Encima qué?
- ¡Vale, te lo diré! Va Lucas y no quiero ir con él después de...de lo que le dije.
- No pasa nada, estás solo un poco deprimida.
- ¿Y si me traes un vaso de agua y ya lo hablamos?
- ¡Ya lo traigo yo!- dijo Jorge.
Carol se sentó al lado de María a hablar, y Andrés salió a la cocina a ver lo que hacía, cuando vió que vertía unas pastillitas en el vaso.
-¡¿Qué haces?!
- ¡Ah! Son solo unos...antidepresivos....para que María venga, lo hago como su amigo.
- ¿Seguro que son antidepresivos?- dijo Andrés acercando su nariz al vaso.
- Segurísimo- dijo Jorge saliendo alegremente de la habitación.
Andrés escuchó como Jorge le daba el vaso y ella bebía, un poco confundido. A la media hora, la madre llevaba a los cuatro chicos a la feria. En el asiento de delante, María sacaba la cabeza de la ventana y gritaba a los cohes.
- Hija, ¿Qué te pasá? Estas muy rara.
-¡¡Nada mamá, es que soy la reina!!
- Creo que te has pasado- susurro Andrés.
El recinto ferial era enorme, había dos norias una era grande y la otra, muy muy grande. El Extreme-X era una atracción que consistía en una gran columna, decorada con luces de alegres colores, que movía cinco grandes palos llenos de unos ocho asientos cada una. Cuando la atracción se ponía en marcha la gran columna se elevaba y se deleaba, de tal manera que los asientos quedaban de lado, casi boca a bajo, y entonces comenzaba a dar vueltas. Era un espectaculo impresionante.
Los cuatro chicos bajaron del coche. María comenzó a correr y abrazó a Natailia, que estaba junto a Rafa, Javi y Lucas, que la ignoró.
- ¿Qué te pasa, María?- dijo mientras le abrazaba su amiga- Estás muy rara...
La noche pasó rápidamente. Juan y Raquel aparecieron y se unieron a ellos. Tomás, el amigo de Juan obsesionado con la televisión, fue a una tómbola y estubo media hora comprando papeletas, hasta que por suerte le tocó la papeleta dorada, y ganó un gran televisor plasma. El chicó chilló mientras le caía confeti de colores. También pasaron Pedro y Edu con otros chicos, pero ni siquiera se molestaron en cruzar miradas. Susan apareció al rato y Jorge se alegro mucho. Vieron a Raúl dando un paseo con Silvia, Jeniffer y Lucía, esta última feliz por que lo de las firmas había funcionado. Juan saludó a Silvia, y ella se ruborizó. Más tarde, pasaron Jimena con dos amigas suyas, y Javi, por no variar, fue tras ellas. La profesora Isabel iba con varias chicas jovenes, más o menos de su edad. También estaban con ella la profesora Eva y Laura la niñera. La profesora Isabel iba muy borracha y Andrés se acercó a decirle que el alcohol era malo para su bebe.
La noche llegó a su parte más interesante cuando fueron a montarse en el Extreme-X. En una fila se sentaron María, Andrés, Juan, Rafa, Natalia y Lucas. Al lado de Lucas había dos niñas pequeñas de once años que impresionaron a todos. Lucas y María no se habían hablado en toda la noche, y parecía seguir igual. Carol se sentó con Raquel en otro brazo y Jorge con Susan en otro. El aparato empezó a funcionar. Cabeza abajo, María gritaba, pero con cada vuelta, los tornillos que sujetaban la columna empezaban a soltarse lentamente... A María incluso le pareció ver una sombra antes de que....antes de que la atracción parara y todos bajaran ¡Y todavía la noche seguría!