-¡Pedro está muerto!
-¿Cómo?
-Se había vuelto loco, ¡Intentó matarnos!
-¿¡Qué?! Tengo que ir a verte ya, ¿Dónde estas?
***
María no se había sentido así desde hacia mucho tiempo. Acababa de recibir de Inma, la hermana de Dani, la brújula. Tras despedirse de Lucas, había comenzado a correr como una loca. Estaba un poco preocupada por Pedro, Lucas y Natalia. Pero sobretodo por Carol. Antes de morir, Dani le había dejado una carta a su mejor amigo, donde aparecían los nombres en orden en el que morirían posteriormente. Y en aquella lista aparecía el nombre de Carol, pero ella no estaba en su clase, ¿Qué podría significar aquello? Carol no había editado la lista de la clase, asique la teoría de los que cambiaran algo de la clase se incluian en la lista de la sombra era descartada. María se acordó de aquella teoría... la había dicho Rafa, un día, en su casa. Puede que cuando la maestra Isabel aceptara la petición de la chica a entrar en la clase...pero eso había sido mucho antes de que Dani escribiera aquella lista. María estaba ya muy cerca, pasó por el vertedero en el que Dani había muerto; siguió su camino y vio una cristaleras muy grandes. Seguía pensando sobre Carol; cuando, como un susurro, la hizo parar. A su lado, veía un supermercado, en el escaparate, unos microondas. María susporó y continuó caminando; pasó por una tienda de móviles nueva que nunca había vista; estaba ya muy cerca de la casa de Carol, que no se dio cuenta de que delante suya había un charco de agua.
-¡AH!- gritó al escurrirse.
Tirada en el suelo y con la rodilla sangrando, empezó a reñirse a ella misma. Una señora mayor la ayudó a levantarse.
-Ven a mí casa, está aquí al lado, tienes una herida muy fea.
-No, lo siento, pero...
-¿Cómo qué no? ¡Qué te crees tu que te vas a ir por ahí con esa herida!
María bufó mientras miraba a la casa de Carol. El coche del director, que había ido a hablar con los padres de Carol, estaba delante de la casa. Se levantó y siguió, cogeando, a la mujer y sin dejar de mirar a la, ahora, tan lejana casa de Carol.
***
Carol estaba sentanda en su cama, mirando la pared donde había colgado docenas de noticias de periódicos de la muerte de Dani. Recordaba aquellos días en los que la habían tomado por loca cuando se había obsecionado con descubrir al culpable. Y ahora que lo miraba así, veía esa pared, que antes había sido todo su ser, como un montón de papelajos inservibles. Cogió una caja que había encima de su armario y empezó a quitar los periódicos cuidadosamente de la pared, colocandolos con el mismo cuidado en la caja. Contra más periódicos quitaba, más se veía el dibujo que había tras ello. Cuando despegó el último recorte, en su pared volvía a relucir el mosaico de Londres. Volvió a acordarse de su sueño de viajar a Londres junto con su hermano, y su mente volvió a iluminarse. Cuando el asunto que la llevaba en vilo durante todo ese tiempo acabara, ella se iría a Londres. Era perfecto. Carol comenzó a guardar fotografías de sus años en esa ciudad. Montones de recuerdos le venían a la mente mientras, foto tras foto, iba guardandolas. Tras guardar la última fotografía de Rafa, se quitó el colfante que llevaba al cuello y lo guardó. Había sido un regalo de Dani, y al quitarselo se percató de que era una paloma. Nunca se había dado cuenta de aquello, ¿Sería una ironía? Carol guardó el colgante en la caja y la cerró. Pero al colocarla de nuevo encima del armario, un papel se cayó. Carol encendió la televisión sin darse cuenta del papel tirado en el suelo. La reportera hablaba delante de un chalet, bajo el titular de: Tres jóvenes hayados muertos asesinados. Carol suspiró y apagó el televisor. Tenía una mala sensación. Varias palomas se habían posado sobre la ventana de su habitación y otra se había cagado encima del coche nuevo del director Tom. ¿Que estaría diciendo a sus padres? Problamente sería sobre que van a hacer con las notas, porque ella había asistido al instituto pero no estaba apuntada en esa clase. Se asomó a la puerta para ver si oía algo, pero desitió y volvió a entrar, justo para darse cuenta del folio tirado en el suelo. Al cogerlo vio que era unos apuntes sobre lo que el libro de las sombras, aquel libro que había sido entragado por los primos de Pedro a María y que contenía información sobre las sombra.