-¿Has oido lo de Rafa?
-Sí...Lo siento mucho, de verdad.
-No importa, es que, simplemente, no se puede hacer nada.
-Ya...¿Cuando es el entierro?
-Mañana...¡¿Vas a venir?!
-Sí...¿Tanto te extraña?
***
Esa misma tarde habíian llegado noticias de un chico que había muerto accidentalmente por un rifle. La policía intentaba imaginarselo una y otra vez, pero eran demasiadas coincidencias para ser un accidente normal. A tres kilómetros del lugar del accidente, en pleno centro de la ciudad, alguien esperaba en un callejón oscuro. Un fuerte ladrido se escuchó momentos antes de que una persona, un chico adolescente, saliera y se quedara parado delante de la línea donde acababa la sombra y comenzaba la luz del sol a iluminar. Llevaba mucho tiempo en la oscuridad y no sabía si la luz le vendría bien. Levantó una mano, donde tenía una pequeña foto de una joven de cabellos negros. En el pie de la foto aparecia el nombre de una chica: Carol.
El joven arrugó la foto y la tiró al suelo con brusquedad, entonces se percató de una presencia detrás suya:
-Ahora no- le dijo, y saliendo a la luz del sol- Esta hora es la hora de la venganza.
***
María no había estado mas triste desde la muerte de su padre. Aunque había pasado una semana desde la muerte del chico, a María le era imposible olvidarse de él. Había intentando hacer un montón de cosas para estar entretenida, pero nada la calmaba ni la hacía sentirse mejor. El día del entierro, María se levantó muy temprano para coger de los primeros asientos. El cementerio era el lugar que menos deseaba María visitar, estar allí le recordaba lo que podría significar morir, nada. Al llegar, su madre se quedó en la puerta hablando con una conocida mientras María seguía caminando. Llevaba un vestido negro que le llegaba hasta los pies y unos tacones bastantes grandes para lo que estaba acostumbrada, además se había puesto una sombrero de color verde que parecía una flor. Al llegar, Lucas estaba dando un discurso. Habían dejado la tumba de Rafa detrás del micrófono, y a su lado estaba situado una foto de Rafa rodeada de flores. María se sentó en el asiento más cerca que había de Lucas y la tumba de Rafa, en la segunda fila, al lado de un chico al que no le prestró importancia.
-...Rafa era un chico fantástico: divertido, amable...-Lucas miró a la foto de Rafa con nostalgia- creo que una parte de mí murió con él...
Unos aplausos llenaron de sonido el sonido y Lucas se bajó lentamente del escenario donde estaba el micrófono. María miró hacia atrás y vio a Natalia con su hermana mayor y la saludó con una sonrisa, que ella le devolvió. En otro lado estaban los padres de Andrés, sin él. María había tenido la esperanza de que su amigo hubiera ido, pero seguía hospitalizado. Atrás de todo estaba la numerosa familia de Susan, y ella también. Intentó buscar con la mirada a Jorge o Carol, pero alguien la llamó, provocando que se dejara su busqueda.
-¿A mi no me saludas?
-¡Ah! ¿Qué?- Entonces, Marñia se dio cuenta de que se había sentada al lado de Pedro- ¡Pedro!
-Estás muy mal de vista...
-¡Ay! Lo siento, es que últimamente estoy todo el rato en...
-Otro mundo, sí, ya lo sé. Perder a un amigo es muy duro.