Capítulo 4: Aléjate de mí

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     La clase de la señorita Alba fue un aburrimiento y la maestra, que estaba más nerviosa que de costumbre, se le caían todo el rato cosas de las manos. Explicaba pero pocos les prestaban atención. María juraría incluso que los chicos jugaban a las cartas debajo del ventilador. La mañana fue larga y las sospechas de que algo fuera a ocurrir por lo que oyó en la sala de profesores se le fue de la cabeza. En hora de gimnasia, Jennifer les enseño diferentes figuras de acroesport, ya que ella estaba en un equipo profecional y el profesor se quedó encerrado en el baño, como otras veces y los alumno aprovecharon para tontear. Cuando salió les puso un cero a todos, menos a Pablo que seguía leyendo y a Alicia, que no se la veía por ningún lado.

  Cuando terminó la clase, los alumnos tenian que volver a su aula. El instituto tenía una forma parecída a una H mayúscula y era fácil perderse. Pero para una alumna que llevaba allí cinco meses no. Mientras que María iba caminando con la cabeza en otra parte noto que alguien la llamaba, y giró la cabeza:

-¡Ah! Hola Rafa, perdona no te había vistó y..

-¿Por qué te disculpas?- dicho el chico con una sonrisa

  Rafa era un chico bajo como ella y tenía el peño muy corto, pero lo que le destacaba era ser una persona muy dulce, solía hablar con un tono de voz cariñoso y, por supuesto, defendía a los animales y plantas, ya que era ecologista y además, vegetariano. Eso de no comer carne de animales les resultaba un poco extraño a los de toda su clase pero Lucas, que era su mejor amigo, siempre les regañaba diciendoles que tenian la mente muy cerrada.

- Bueno, tu ya me conoces, siempre con excusas ¿Qué?¿Pudiste salvar a aquella oruga de Marcos?-

-No-dijo con triteza el chico- la próxima que pase algo así actuaré más rápido

Mientras que subian, María se fijo en los chicos grandes de Bachiller que jugaban lanzadose cosas como indiacas y boomerangs. En la planta alta, ya cerca de su clase, había un pasillo en las que las ventanas ocupaban toda la pared. A María le encantaba aquello, era como tener una pared transparente. En ese momento, la conversación con Rafa se volvió interesante.

-Oye, María, no te he querido preguntar nada de esto, pero... ¿No ves nada extraño en la fecha de hoy?

-¡Tu también te diste cuenta!- chilló feliz María- pensaba que me estaba volviendo loca.

- ¿Sabes? He descubierto algo pero...- el chico vio a Alicia unirse al grupo

-Bueno, luego hablamos, voy a preguntarle que es lo que le pasa- se despidió Rafa

Mientras Rafa se iba vio como a Alicia se le cayó un bolígrafo. Se acerco y lo miró, pero no le dió ningún valor, estaba gastado y era de esos bolis baratos que se escurren todo el rato. Levantó la mirada y se puso a mirar através del uno de los grandes ventanales mientras que pensaba: ¡qué bonito paisaje! Y yo aquí metida...

 La clase de la señorita Isabel había llegado, por fin, y era, además, la última hora del día. Aquello le hizo pensar a María que ella y Rafa estaban dandole demasiada importancia a una fecha, era solo casualidad.  En ese momento miró a Rafa, y este se dió la vuelta y le sonrió ¿Qué sería lo que tenía que contarle? Miró al sitio de Dani, pero se sorprendió a ver que Alicia no estaba tampoco. Miró a Susan, la chica de la que todos se reian y siempre estaba sola, y se entristeció. Aquello no era justo. 

   En ese momento la profesora entró en el aula sonriendo. María vio que llevaba un ramo de rosas junto a sus cosas.

- Vaya- dijo Natalia, la compañera de pupitre de María- parece que ya a perdonado a Hunt.

 María no contesto, le encantaba aquella maestra, pero la veía muy frágril y fácil de engañar.

- Chicos- dijo la profesora - ¡Es un niño!

 Y todos los alumnos aplaudieron, pero muchos lo hacian de maneras absurdas para burlarse de la profesora, pero está los ignoro y se acercó a la parte de atrás del aula, donde estaban los armarios. Todos se levantaron y formaron un tumulto de gente mientras la maestra les enseñaba la nueva ropa de su bebe.

  Alicia entró un rato después en clase. Era un chica bajita y su pelo era muy largo, le podría cubrir hasta toda la cara. Estaba con la mirada perdida, como había estado todo el día. Al oirla entrar todos se girarón y Alicia cambió su mirada y dijo horrorizada con un gran torrente de voz:

-¡¡ALÉJATE DE MI, MONSTRUO!!-

Tras decir aquello, cogió su mochila y salió corriendo de la clase.

-¿A quién le decía...eso?- preguntó Lucas confusó.

- Pues a ti, con lo feo que eres- le contestó Natalia.

- Eso es por que no te ha visto a ti- continuó Lucas sonriedo porque aquello la había molestado.

- Basta ya- gritó Rafa- vamos a buscarla.

 Rafa salió de la clase y detrás fue María, después Lucas y Natalia salieron para ver quién la encontraba antes y después la profesora con movimentos torpes.

  Alicia corría por el pasillo con su mochila en la mano. Sintió que Rafa venía detrás y se guiró bruscamente, pero cuando ya había puesto su mirada hacia delante otra vez, era ya demasiado tarde. 

  Alicia pisó el bolígrafo y perdío el equilibrio. María vio horrorizada como caía hacia un lado y rompia el ventanal en pedazos. De la mochila empezaron a salir libros y papeles que se quedaban tirados por ahi. Alicia cayó desde la segunda planta hasta el duro suelo.

 Natalia se había puesto a llorar y Lucas la tranquilizaba, a la maestra Isa su rostro de alegría desapareció. Empezaron a llegar alumnos, y Andrés abrazó a María, pero esta estaba en shock. Delante de ella había caído la agenda de Alicia, y se había abierto justo por el día 29 de septiembre. Aquel maldito día...

Los 32 asesinatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora