-¿Has oído lo de Tomás?
- Sí, fue horrible...
- Manuel, el primo de Pedro, le envió una foto del chico muerto, clavado por la antena...
- Ese chaval se pasa, está tan loco como su primo...
-Pobre Juan, a muerto su amigo...
- Pero no fue la única desgracia, Sebastián se quedó ciego...
***
María fue corriendo al hospital. En la habitación veintueve se encontraba Sebastián, rodeado por Maribel, la maestra Eva y una mujer alta, que María pensó que sería la madre del joven. Se acercó corriendo y le cogió la mano al chico:
-¿Qué ha pasado? ¿Estás bien?
- María...¿Eres tú?- dijo con una lúgubre voz. Tenía una venda alrededor de los ojos, pero se veía por las lágrimas que salían de ella que había estado llorando. Pero no era la única persona de la sala que lo estaba pasando mal. La profesora Eva no podía parar de llorar, y sus llantos comenzaban a molestar a la mujer alta que había allí. María no sabía mucho de la vida de Sebastián, y menos de su madre, pero por la ropa que llevaba parecía que trabajaba en una oficina o algo así. Era bastante alta y tenía el pelo muy oscuro.
-¿Qué le ha pasado en los ojos?- preguntó María a Maribel.
La chica no contestó angustiada, y María comprendió que no lo sabía.
- Se le han derretido las pupilas- dijo una enferma que había entrado en la sala- lo siento, pero su hijo a perdido la vista- dijo cogiendole las manos a la profesora Eva
- Perdona, pero no es mi hijo, es mi alumno, su madre es ella...
- ¡Ah! Perdone, como usted lo estaba pasando tan mal...- se dirigió hacia la madre de Sebastián, que la miraba ofendida- un producto químico le derritió la pupila. Se ha quedado ciego para...siempre.
Maribel se tapó la boca y la profesora soltó un chillido. Pero la madre de Sebastián se quedó allí parada, como si fuera de piedra.
-Muchas gracias señorita- dijo mientras le arrevataba el papel de registro- Ahora, si puede irse...
La enferma se fue gruñiendo en voz baja. La madre de Sebastián, Cristina, miró a la profesora, severa:
- ¿Qué se supone que has hecho con mi hijo?- le gritó
- Yo...nada, hubo una exploción y no llevaba gafas....
- Es usted una inconpetente, yo misma me encargaré de que la echen de ese instituto
-¿Qué? Es inspectora....vaya
- No solo la echaran si no que no volverá a pisar un solo colegio, y le quitaré la licencia que tiene de estudiante de ciencias
-¡No! Por favor no. Mi marido murió este verano, mi hija se fue a otro país y no me habla- sollozaba la maestra- ¡Hasta me robaron el loro! Mi trabajo es lo que me queda, por favor no me lo quite...
- Y ese laboratorio y todos sus...experimentos serán destruidos.
-Por favor no, he dedicado mi vida a eso, no puede...no puede
- Sí que puedo- dijo la mujer con una malvada sonrisa- y no solo se quedará sin trabajo, la vista de mi hijo le costará mucho dinero...
- No me puede arruniar, no tiene tanto poder.