-¿Has oído lo de la profesora Isabel y Hunt?-dijo Natalia mientras se tocaba el pelo.
-¡Claro qué sí!- gritó Maribel- Ha sido lo más importante que nos ocurrido...
-Perdona- dijo Natalia- Es la constumbre...
-No importa... Entonces ella nos quería matar porque creía que uno de nosotros le robaría el bebé...
-Exacto-sonrió Natalia.
-Bueno, todo ha pasado...
-Será ahora raro volver a nuestra viva normal.
-Sí, claro...- Maribel suspiró- pero tú lo has pasado peor que yo...
-No pasa nada- dijo Natalia- Yo ya tengo planes para el futuro.
Natalia miró hacia la mesa donde estaba sentado Lucas. Maribel sonrió:
-Venga vámonos ya...
-¿Y que hacemos con eso?-señaló Natalia al único objeto sobre la mesa, una figurita de perro.
-Lo llevaremos a su hermana, ahora está rica con las piscinas públicas. Le gustará tenerlo...
-Sí-sonrió Natalia.
***
Tres meses después
Una chica de pelos rizados caminaba con su amigo, un chico alto que jugueteaba con su piercing.
-Laura ya lleva tres meses en la cárcel...
-Sí, espero que lo este pasando mal...
-Andrés, creo que el destino nos preparó para esto, te lo digo otra vez aunque te parezca absurdo, quiero dedicarme a buscar más sombras y salvar a los inocentes que...
Andrés desconectó. Llevaba mucho tiempo esperando aquel momento y por primera vez empezó a mover los labios para decirle a María lo que deseaba desde hace meses:
-Sabes, Andrés...
-María, te quiero- interrumpió Andrés- te quiero desde el día que te conocí, pero nunca pude decirtelo...
María acercó su cara a la de su mejor amigo:
-Andrés...
-¡Hey,chicos!- gritó Lucas, pero al verlos tan cerca unos de otros, se extrañó- ¿Qué haceis?
-Nada-dijo rápidamente Andrés.
-Vale...Venga, vamos, han empezado ya.
Los tres chicos fueron por el patio trasero del instituo. María miró hacia arriba y vio los pequeños ventanales que sustituían las grandes cristaleras. Subió al escenario que había en el patio y se sentó en una silla para ella. La pared estaba repleta con las fotos de los treinta y dos fallecidos.
-Tres meses han pasado ya desde que perdimos a nuestros últimos amigos- decía la nueva directora Eva- quizás esto nos enseñe, por el duro coste de treinta y dos vidas, que la venganza es la peor opción.
María miró al público. La madre de Sebastin, Cristina,y la maestra champiñón estaban al final del todo, detrás de la inspectora. Inma, la hermana de Dani, saludaba sonriente. También reconoció al hijo de la profesora Alba y a la tía de Isabel, la alcaldesa, que llevaba a Andy, el bebé. La madre de Ana,que llevaba a Sultán encima, le hacia un gesto de OK a su hija,que le contestaba igual.
Lucas se levantó en ese momento,y mirando a los padres y hermano de Rafa, comenzó:
- Yo, junto a Carolina- señaló a Carol. La chica ahora era la misma de siempre y sehabía olvidado un poco de los chicos, para empezar a pensar en Londres- Hemos decidido continuar con los planes de Rafa en su ONG.-mostró una foto en la que aparecian Dani, Javi y Rafa juntos-Por ellos, se lo merecen.
-Hagamos un último aplauso a estos chicos- gritó Eva.
Todo el público comenzó a aplaudir. Maribel y Sebastián,que ahora llevaba unas enormes gafas para poder ver del todo sonreian. Jorge miraba a lafamilia de Susan, especialmente al padre, que hizo un gesto como si no mirara, y Jorge se lo tomó bien y le colocó el brazo por encima a Susan. Natalia se dio cuenta de que su hermana la miraba y entonces, delante de todo el mundo, comenzó a besar a Lucas. Hubo chiflidos chistosos entre el público. Juan y Silvia se besaron también. La rencién reconciliada hija de Eva los saludaba con el loro subido al hombro, estaban también el policía regordete y el joven; Carlos, el chico de otra clase. Su madre le hablabla a los otros padres, especialmente a los de Andrés, gritando:¡es mi hija, ella nos salvó, es mi hija! Pero de pronto le pareció ver algo oscuro al final del todo, algo que solo veía ella. La profesora Isabel la estaba saludando. Estaba oscura, como la sombra,y llevaba una capa negra. Sacó una brújula y la dejó colgando, para que Maríala viera bien. Tras una perversa sonrisa, desapareció.
María tomó aquello como una alucinación, y le cogió la mano a Andrés:
-Lo que me has dicho antes...
-¿Sí?...-preguntó Andrés nervioso.
-Yo también te quiero.
A partir de ese momento, María sabía que su vida cambiaría. Pero recordaría de por vida aquella fecha:
29 de septiembre