03 | night shift

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Makayla odiaba los turnos de noche con toda su alma

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Makayla odiaba los turnos de noche con toda su alma. Durante el día los pasillos estaban llenos de enfermeras, doctores, pacientes, visitantes... incluso en ocasiones - últimamente demasiadas ocasiones - la policía. Pero durante la noche todo quedaba en silencio y aquello lo odiaba, no es que no le gustara el silencio, pero le daban miedo los pasillos tan vacías y mucho más después de todo lo extraño que estaba sucediendo en Beacon Hills.

Aquella madrugada no fue de esas noches tranquilas en las que sin que nadie lo supiera se echaba una cabezadita en alguna habitación libre. No, aquella noche había ingresado un adolescente con los nudillos llenos de cristales diciendo que su familia había sido asesinada por un hombre con hacha. ¿Increíble no? Pues estaba segura que aquello no era lo más raro que había oído/visto o que oiría/vería en sus eternos turnos en el hospital.

- Vamos holgazana. Se acabó la siesta. - la llamo Melissa sacándola de su ensimismamiento. - el chico ha despertado y está completamente histérico. A ti se te dan bien estas cosas, así que es tu turno.

- A ti también se te da bien Mel. - bostezo la rubia.

- Por supuesto, a mí se me da todo bien. - sonrió la mujer llevando ambas manos a sus caderas. - pero un poco de trabajo no te matara.

- Llevo toda la noche despierta y estoy haciendo horas extras... ¿no puedes consentirme un poquito? - pregunto al mismo tiempo que se incorporaba de la silla donde se había quedado a medio dormir.

- Bienvenida al mundo adulto Makayla. - se burló la mujer. - además ya te consiento demasiado.

- Dilo. - se burló la joven caminando junto a Melissa.

- ¿Qué diga qué? - se hizo la loca la mayor.

- Sabes a que me refiero. - rio la rubia doblando la esquina del pasillo. - que soy la hija que nunca tuviste, pero siempre quisiste tener.

- Y si ya te lo dices todo tú ¿para qué voy a repetirlo?

- Quiero escucharlo de tu boca. ¡Vamos! ¡No seas aguafiestas!

- Scott dice que vengas a cenar esta noche. - sonrió la morena mientras cambiaba de tema, le encantaba molestar a la joven.

- Cambiando de tema... muy hábil McCall, muy hábil. - entrecerró los ojos antes de contestar. - me parece bien, pero dile que la próxima vez que tenga una duda de biología, no me lo pregunte a las cinco de la mañana o envenenare el postre.

Justo acabo de decir esas palabras Melissa estallo en una ligera carcajada a la que la rubia no dudo en sumarse. Esa era la parte buena de trabajar allí, que Melissa McCall era su compañera.

Se habían conocido cuando Makayla acabo la universidad y llego allí para acabar sus prácticas. Ella era realmente buena, los pacientes la adoraban, en realidad, todos allí la adoraban, por eso no era de extrañar que cuando las prácticas acabaron el gerente del hospital ya tenía su contrato preparado.

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