// WHEN A CHILD LAUGHS FOR THE FIRST TIME A FAIRY IS BORN \\
«Delicada: Dicho de una persona u objeto que está dotado de elegancia y satisface un gusto sutil y refinado»
¬ season four
¬ liam dunbar x oc
¬ j...
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Sentada sobre la cómoda cama de la habitación de invitados de Jordan, Makayla se devanaba los sesos entre el agente y Derek. Las últimas palabras que el oficial le había dicho la noche anterior no hacían más que rondar en su cabeza, sin embargo, la promesa de esperarla de Derek tampoco la había dejado indiferente. ¿Qué debía hacer? Esa era la gran pregunta, la incógnita que había intentado despejar durante toda la larga noche.
Makayla siempre había sido una persona indecisa, pero por lo general nunca había tenido que tomar una decisión más importante que escoger entre comida japonesa o sushi, por lo que tener que elegir entre dos hombres increíblemente guapos se le antojaba una misión imposible.
Por un lado, estaba Derek. Lo conocía desde que era pequeña, habían sido amigos y después pareja, pasaron por mucho juntos y conocía absolutamente todo de su juventud. Sin embargo, la forma en la que acabaron no fue la mejor. Él seguía amando a Paige y aunque sonara horrible, Mak pensaba que solo la utilizo de remplazo. Además ellos ya habían estado juntos y la relación no había funcionado en absoluto.
¿Quién le aseguraba que si volvían a intentarlo no acabarían peor?
Y por el otro lado, estaba Jordan. El guapo agente que se había ganado un sitio en su corazón rápidamente. No se conocían demasiado, pero una innegable química surgió entre ellos en el mismo instante en que se vieron. Él había sido amable con ella, la protegió y cuido, probablemente fuera todo lo que una chica querría en un hombre. Pero apenas lo conocía y mucho menos ahora que él parecía tampoco conocerse a sí mismo.
Era posible que lo suyo fuera solo química, puro físico, pero en el interior Mak sentía que no solo era eso, sentía que había algo más que les unía. Y quizá ese era el problema, que Jordan era un terreno inexplorado para ella.
Con frustración se dejó caer de espaldas sobre el colchón. No sabía qué hacer y el tiempo se le acortaba, no podía tenerlos a ambos esperando una respuesta eternamente. Ya había malgastado la mayor parte del día encerrada en aquella habitación, sin querer más contacto que la del repartidor de pizzas a domicilio.
Finalmente, decidió que quedarse allí encerrada no resolvería nada, justo en ese momento tenían problemas más grandes que un triángulo amoroso. Debía ayudar a Scott y Stiles con todo el tema de la lista negra y por suerte ella sabía exactamente por donde podía comenzar a investigar.
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Parada frente a la entrada de Eichen empezó a pensar que aquella no había sido la mejor idea del mundo y mucho menos pretender ejecutarla sola. Sin embargo, había algo sobre la muerte de Meredith que no le encajaba, por lo que sin pensarlo mucho se encontró tomando un bus hasta la institución.
Decidió entrar tras una honda inspiración, ya estaba allí y no iba a retroceder. Extrañamente el interior se encontraba más tranquilo de lo habitual, nadie en la recepción, ningún paciente gritando por ayuda, nada.
