― epilogue

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Liam Dunbar caminaba tranquilamente por el bosque de la reserva de Beacon Hills, era un hábito que llevaba repitiendo desde hacía más de diez años, desde la última vez que vio a Faye Wood en su mundo

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Liam Dunbar caminaba tranquilamente por el bosque de la reserva de Beacon Hills, era un hábito que llevaba repitiendo desde hacía más de diez años, desde la última vez que vio a Faye Wood en su mundo.

Con las manos en los bolsillos se dedicó a patear una pequeña piedra, intentando mantener su mente ocupada. De alguna forma, aquella rutina le traía una especie de paz interior que se esfumaba rápidamente cuando regresaba a la civilización.

Sabía que eso se debía a que, en aquel lugar se sentía más cerca de ella, como si siguieran conectados a pesar de los años que habían pasado separados.

Todos, de alguna forma habían logrado seguir adelante, él en cambio, seguía esperando que regresara como si solo hubieran pasado unas horas desde su partida. Le prometió intentarlo y lo hizo, pero no funciono, inevitablemente acababa comparándolas a todas con ella o decidiendo que era mejor terminar porque no significaban ni la mitad de lo que Faye significo y significaba.

Ver como sus amigos avanzaban y formaban sus propias vidas había supuesto mucho para él, tanto bueno como malo. Por una parte se alegraba por ellos, porque a pesar de todo lo que vivieron pudieran avanzar y formar sus propias familias. Pero el otro lado se sentía solo y envidiaba que pudieran avanzar.

Quien más comprendía su situación era Makayla, ambos fueron quienes peor lo pasaron los primeros años. Pero con el tiempo, la rubia empezó a formar su vida con Jordan y poco a poco pudo ir superando el dolor, además, gracias a su condición de mitad hada podía ver a Faye de tanto en tanto.

No se vieron muchas veces, pues al regresar empezó a estar sumamente ocupada y lo que empezaron por visitas frecuentes acabaron en una o dos veces por año.

Desgraciadamente, las reuniones eran mediante sueños, por lo que él no pudo esconderse para verla o convencer a Makayla de que lo llevara en ninguna ocasión. Al principio, la rubia le explicaba cómo veía a Faye, como le iba y todo tipo de detalles.

Pero con el tiempo, comprobó que hablar de la chica con él solo le provocaba más dolor, por lo que al final acabo por no contarle nada más. Liam se enfadó con ella durante mucho tiempo, estuvieron meses sin hablarse y más de una vez tuvo que ser retenido por Jordan para no atacarla, estaba desesperado.

Cuando el enojo inicial gradualmente fue pasando, acabo por arrastrarse a la casa donde ellos vivían y pedir perdón prometiendo comportarse. Como castigo, Makayla le obligo a ejercer de niñero gratis durante los próximos tres meses.

Y es que si, Makayla y Jordan acababan de ser padres de su tercer hijo. La primera, una niña de cabellos rubios fue nombrada Anjana, como Faye le había explicado que se llamaba su madre y abuela respectivamente.

La siguiente fue otra niña y Parrish fue el encargado de darle nombre esta vez, Nadia fue el escogido, aunque Mak acabo interviniendo y el simple nombre de Nadia, acabo por convertirse en Naida porque su tía le había dicho que sonaba más a hada que el anterior.

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