31 | i'm a fairy

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La batalla se desarrollaría en el bosque, ese era su elemento, donde las hadas tenían ventaja, donde estaba seguras de ganar por su causa, donde la manada de Scott intentaría frenarlas, hablar con ellas y convencerlas; pero si eso no era efectivo,...

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La batalla se desarrollaría en el bosque, ese era su elemento, donde las hadas tenían ventaja, donde estaba seguras de ganar por su causa, donde la manada de Scott intentaría frenarlas, hablar con ellas y convencerlas; pero si eso no era efectivo, lucharían con todo lo que tenían.

Con todo, excepto con Faye.

No la habían vuelto a ver desde que la pequeña hada rubia se la llevo dejando un rastro de bruma azulada. Tampoco la vieron las hadas, esta vez, había sido ella quien decidió desaparecer.

Hacer aquello y bajo sus circunstancias era peligroso para sí misma, las hadas podían aparecer y desaparecer a voluntad, pero solo cuando más fuertes eran y ella ya llevaba demasiado viviendo entre humanas, para ese momento, era más humana que hada.

Faye se transportó a si misma al único lugar al que podría ir en una situación como aquella, en la que se veía, nuevamente, obligada a escoger entre el corazón y el deber.

- Hola, hermana.

La morena jamás había visto la tumba humana de su hermana pequeña, pero Makayla le había dicho encontrarla y le había prometido ir juntas la próxima vez, porque pensaba que tenían todo el tiempo del mundo, cuando aquello, en realidad, no era cierto.

Por lo que ahora, Faye se encontraba sola, envuelta en un mar de lágrimas y dispuesta a iniciar traiciones, asesinatos y una batalla.

Ella iba a iniciar una batalla que lo arrasaría todo, no importaba el bando en que estuviera, alguien saldría herido escogiera lo que escogiera.

Cayó de rodillas sobre el frio suelo, algunas piedrecitas clavándose dolorosamente en sus rodillas desnudas. Sus manos apoyadas en la lápida con el nombre de su hermana, como una especie de burla, ahora debía destruir todo lo que Náyade amaba.

- Lo siento, lo siento tanto. - sollozó sin contener las lágrimas. - Esto es mi culpa, me deje llevar, nos falle hermana. Perdí la noción de la realidad, mi realidad y me enamore, eso no tenía que pasar y ahora lo he fastidiado todo. ¿Qué debería hacer? ¡Oh Morgana! ¡Estoy tan perdida!

Tal vez, una parte de ella esperaba que alguien le diera la respuesta a sus suplicas, incluso que el fantasma de su hermana apareciera para consolarla.

Esperaba en vano.

Nadie podía solucionar aquello y si alguien podía esa debía ser ella, no otra persona.

Livy había estado celosa y todo el mundo sabía que un hada celosa era capaz de arrasar con pueblos y ciudades enteras en cuestión de minutos. Ahora eso estaba a punto de suceder, pero por la mano de las hadas guerreras influenciadas por la pequeña rubia.

Ella era la responsable de Livy y la dejo por un capricho y por curiosidad, no contenta con eso, perdió de vista la verdadera razón por la que estaba allí al jugar a los súper héroes, a ser una adolescente humana y poder enamorarse sin consecuencias.

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